Mientras la población mexicana crece y supera los 126 millones de personas en 2021, disminuye el número de hablantes de alguna de las 68 lenguas maternas y 364 variantes que existen en el país.

El Censo de Población y Vivienda 2020 indica que la población de tres años y más hablante de alguna lengua indígena asciende a 7,364, 645 personas, es decir, 6.1% de la población total. En proporción, este grupo demográfico disminuyó respecto de 2010 cuando conformaban 6.6% del total de la población, o sea, 6, 913, 362 de los 112.3 millones de habitantes censados 10 años atrás.

No obstante, México sigue como quinta nación con mayor diversidad lingüística del mundo, patrimonio cultural intangible de alto valor para la conservación de la naturaleza que se debe preservar, ya que distintas personas dedicadas a la ciencia han documentado la relación entre riqueza lingüística y diversidad biológica.

Con tecnologías de percepción remota y procesamiento de datos han detectado en el planeta 40 regiones, con apenas 8.5% de la superficie terrestre, donde existe 67% de todas las plantas vasculares y más del 50 % de los mamíferos, reptiles, anfibios y aves.

Precisamente en esos sitios ubican también la presencia de pueblos indígenas que se expresan en el 68% de las lenguas habladas del mundo, lo que evidencia un estrecho vínculo entre la diversidad biológica y la cultural.

La diversidad biológica de México está acompañada de una gran diversidad cultural, afirma la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, y agrega que el rico mosaico cultural que posee México reúne numerosas lenguas indígenas que van de 59 a 291 en 68 agrupaciones dentro de las 11 familias lingüísticas indígenas, aunque se han reconocido 364 variantes lingüísticas que deben ser consideradas propiamente como lenguas, porque se hablan.

Conabio sostiene que las culturas que existen y han existido en nuestro territorio han desarrollado una estrecha relación con la diversidad biológica de su entorno, tanto en su cosmovisión como en la manera en que han aprovechado los recursos naturales disponibles.

Esas y más razones motivan la celebración en México del Día Internacional de las Lenguas Indígenas, proclamado en 1999 por la Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en reconocimiento a los mártires que lucharon para dar a la lengua bengalí el lugar que le correspondía, y para exhortar a otros países a preservar los idiomas maternos.

De las 7 mil lenguas maternas que existen en el mundo, 28 son habladas por más de 50 millones de personas, y al menos un 43% del total está en peligro de desaparecer. México, advierte el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI), podría perder aproximadamente el 60% de sus lenguas.

El Instituto señala que en todo el mundo por prejuicios nos hemos orientado a la escritura y el uso de la lengua políticamente dominante, haciendo que los pueblos indígenas abandonen diariamente su lengua, debido a la poca funcionalidad que representa su uso para llevar a cabo las tareas diarias y para participar activamente en la vida política, social, económica y cultural de su sociedad.

En la actualidad, cuando la pandemia de COVID-19 ha confinado a las sociedades de todas latitudes, el uso del Internet ha ofrecido diversas oportunidades para compartir información y conocimientos en varios idiomas, pero apenas unos cuantos idiomas, por lo que es urgente promover y facilitar la diversidad lingüística y el multilingüismo a través del Internet y otros medios de comunicación, porque la pandemia ha estado acompañada por una infodemia, que ha hecho difícil encontrar información precisa para salvar vidas.

Orientaciones sobre la higiene, la distancia física, la cuarentena y la prevención, y ahora las vacunas, expresa la UNESCO, deben llegar a todo el mundo, incluidos los pueblos indígenas y los usuarios de idiomas no predominantes, ya que a medida que el COVID-19 se esparce a países vulnerables con altos niveles de pobreza, desnutrición y otras desventajas que los afectan, es fundamental unir esfuerzos y cooperar estrechamente para asegurar el intercambio de información correcta que salve vidas, y de recursos acerca de COVID-19 en las lenguas menos utilizadas, minoritarias e indígenas.

El INPI tuvo iniciativas importantes para difundir en las diferentes lenguas y entre diversos pueblos y comunidades indígenas mensajes sanitarios preventivos, lo que seguramente abonó –más adelante habrá que confirmarlo-- a que algunos de estos núcleos de población estuvieran libres durante muchos meses de la pandemia, o registraran tasas bajas de contagios.

Los idiomas son importantes durante la pandemia de COVID-19, ya que forman parte intrínseca de los derechos humanos y las libertades fundamentales de sus usuarios, incluido el acceso a información precisa que puede salvar vidas y a la atención de la salud.

Con el Empoderamiento de los hablantes de las lenguas indígenas como tema, el próximo año iniciará el Decenio Internacional de las Lenguas Indígenas 2022-2032, proclamado por la Asamblea General de la ONU el 18 de diciembre de 2019, y nos dará la oportunidad de escuchar con respeto y gratitud las 364 voces que matizan y enaltecen nuestra pluriculturalidad y multilingüismo: hombres y mujeres descendientes directos de quienes a través de los siglos han cuidado de la naturaleza desde su cosmovisión integradora.

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