Señor Licenciado Miguel Alemán Velasco, Presidente de la Fundación Miguel Alemán; Asociación Civil;

Doctor Alejandro Carrillo Castro, Director General de la Fundación;

Respetable familia Alemán;

Muy distinguidos invitados que hoy nos acompañan;

Medios de comunicación;

A todos muy buenas tardes.

Agradezco la cordial invitación que me hizo la Fundación, para asistir y participar en el 35 Aniversario Luctuoso de un gran mexicano, hombre visionario, empresario, político y nacionalista como lo fue el Expresidente Miguel Alemán Valdés.

En esa virtud, aprovecho la deferencia que me otorgan, para hacer algunas reflexiones de la importante trayectoria de este ciudadano ejemplar, que siendo Primer Mandatario de la nación, tomó ─en su momento y ante sus circunstancias─ decisiones firmes que generaron y permitieron sentar las bases de un México moderno, enfocado al desarrollo sostenible.

El Licenciado Miguel Alemán, nació en Sayula, Veracruz el 27 de septiembre de 1903; fue hijo del valiente y distinguido General Miguel Alemán González, uno de los precursores de la Revolución Mexicana, específicamente en el estado de Veracruz, lo que explica su carácter perseverante y su espíritu apegado al orden y a la disciplina, pero al mismo tiempo inquieto y emprendedor.

La historia nos enseña que desde joven, demostró talento y definición en el ámbito laboral; estableció un despacho jurídico en la Ciudad de México, y al mismo tiempo, incursionó en la construcción de fraccionamientos; todas esas actividades que le permitieron tener estabilidad económica y, con esto, dedicarse de lleno a la carrera política.

Su inteligencia, dedicación y disciplina, fueron cualidades fundamentales para ocupar el cargo de Senador de la República en 1935 y más tarde, un año después, Gobernador del estado de Veracruz.

Siendo titular del ejecutivo en su entidad, le tocó hacer frente a las tensiones que se vivían y quedaban entre autoridades civiles y el clero, logrando conciliar y dar tranquilidad a los veracruzanos.

Sin duda, el cúmulo de virtudes y cualidades, su mente crítica profesional y experiencia desarrollada, lo distinguieron en el ámbito político, circunstancia que fue debidamente aprovechada por el General Manuel Ávila Camacho, quien lo designó como coordinador de su campaña Presidencial y posteriormente ya siendo Presidente, lo nombró Secretario de Gobernación.

Entre los años de 1945 y 46 los ánimos y visiones de los actores y factores del momento, coincidieron con el deseo y la idea progresista de que era el momento adecuado para que llegara un civil a la Primera Magistratura del País.

Los ciudadanos Lázaro Cárdenas y Manuel Ávila Camacho, generales y ex presidentes, dieron clara muestra de la necesidad y voluntad de alejar a los militares de los asuntos de la política y percibieron la urgencia de dejar atrás el caudillismo y la influencia revolucionaria, para dar paso así a un liderazgo civil, condición que perdura hasta nuestros días.

Estos anhelos y exigencias políticas y de desarrollo, se hicieron presentes de manera efectiva, con el Licenciado Miguel Alemán Valdés.

El inicio de su administración se enmarca en diversos acontecimientos; en el ámbito interno, particularmente en la transición del poder militar al poder civil y, en el externo, con la culminación de la Segunda Guerra Mundial, ambos eventos exigían al titular del Poder Ejecutivo una dirección sensible, con amplia visión política para conducir el destino del país y adaptarse a los cambios que necesariamente se vislumbraban.

Considerando la situación que prevalecía en el país, el presidente Miguel Alemán, con gran visión impulsó a México en diversos aspectos que consideró eran esenciales para su crecimiento y desarrollo.

Orientó su nacionalismo con visión progresista, vislumbró una transformación importante del país, de lo rural hacia lo urbano; fortaleció la infraestructura carretera, que se convirtió en el símbolo del desarrollo modernizador de México; fortaleció además, la inversión gubernamental en el campo que obligó al desarrollo agrícola; respecto al sector industrial, lo dotó de la infraestructura necesaria para el desarrollo de los sectores de la construcción, eléctrico, energético, de comunicaciones y transportes.

También, al exterior difundió las riquezas naturales y culturales de nuestro país; proyectó la imagen de un México con deseos de avanzar a pasos agigantados, para consolidarse como una de las naciones más prósperas de Latinoamérica y el mundo; para este fin, de igual manera impulsó la cultura mexicana y la industria cinematográfica; y de forma sobresaliente al turismo, destacando en aquella época el desarrollo del puerto de Acapulco, como destino mundial.

A la par de esta proyección, transformó a la ciudad de México, mediante procesos de industrialización y urbanización, en el que surgieron nuevas colonias, fraccionamientos, edificios ─la Torre Latinoamericana es un claro ejemplo─ avenidas y vías rápidas como el Viaducto que lleva su nombre.

Uno de los proyectos más relevantes para beneficio de los mexicanos, a mi parecer, es el significativo impulso que le dio a la educación, reformando el artículo tercero de la Constitución, para reiterar que la educación impartida por el Estado sería laica, gratuita y nacionalista.

Otro claro ejemplo, es la construcción de la Ciudad Universitaria en la zona del Pedregal de San Ángel al sur de la Ciudad, sede de la actual Universidad Nacional Autónoma de México.

De esa máxima casa de estudios con gran prestigio y reconocimiento, han salido distinguidos e ilustres mexicanos; es ahí, donde se realiza la mayor parte de la investigación en nuestro país; logro indiscutible que ha perdurado al paso del tiempo y que se ha constituido en el emblema educativo nacional del más alto nivel.

Con esa misma visión fueron creados la Dirección General de Enseñanza Normal; el Instituto Nacional de Pedagogía; el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y el Colegio Técnico de Educación Superior e Investigación Científica… grandes instituciones que se conservan hasta nuestros días.

Quiero destacar otro gran mérito que tuvo este ilustre mexicano durante su mandato, al cohesionar a todos los actores políticos del país sentando bases sólidas y robustas que permitieron afianzar y consolidar el liderazgo civil al frente del Estado mexicano; reto que no solo implicaba mantener alejadas a las Fuerzas Armadas de la vida política, sino darles el sentido propio de quienes son encargados de velar por la integridad, independencia y soberanía de la nación.

Al ser hijo de un distinguido General Revolucionario y sabedor de los orígenes de los soldados de México también surgidos de esa Revolución y que representaban al pueblo, mostró su preocupación por el bienestar de los integrantes del Ejército y de sus familias.

Entre las primeras disposiciones que dio en favor de las Fuerzas Armadas, es digna de magnificar la creación del Banco Nacional del Ejército y la Armada en 1947, hoy mejor conocido como BANJERCITO.

Con esta acertada medida, por primera vez, la familia militar proveniente de los estratos sociales más necesitados, pudo acceder a créditos de montos considerables con bajas tasas de interés, para hacerse de un patrimonio y mejorar así su calidad de vida.

Esta decisión de gran trascendencia, perdura también hasta nuestros días; actualmente, BANJERCITO, reconocido como uno de los principales bancos de desarrollo de México, ha orientado sus esfuerzos hacia una modernización permanente y a la diversificación de sus productos y servicios, ya sea a través de crédito o de instrumentos de ahorro e inversión, haciendo uso de la tecnología para brindar un servicio oportuno, rentable, de calidad y con excelencia a militares, derechohabientes y en general a los mexicanos.

También destaco que en 1947, fue Inaugurado por él, el edificio que actualmente ocupa la Secretaría de la Defensa Nacional en Lomas de Sotelo; asimismo, colocó de manera simbólica la primera piedra donde serían edificadas las instalaciones que ocuparían las oficinas centrales del Departamento de la Industria Militar ya como organismo autónomo y que siguen vigentes.

Como lo he venido mencionando, demostró su preocupación por la educación y por las Fuerzas Armadas; identificando la necesidad de ampliar planteles militares de formación, que contribuyeran en la profesionalización de los integrantes del Ejército y de la Fuerza Aérea.

En 1946, se creó la Escuela Militar de Materiales de Guerra, para capacitar a quienes tienen la misión de mantener y reparar el armamento que emplean las Fuerzas Armadas; plantel que ahora cuenta con nuevas instalaciones en Santa Lucía, Estado de México.

En 1947 se edificó la Escuela Militar de Meteorología, para capacitar oficiales que pudieran desarrollar, analizar, predecir y realizar estudios meteorológicos  como asesores de los comandantes en el Ejército y en la Fuerza Aérea; además, de su importante contribución al seguimiento de fenómenos meteorológicos que pudieran generar afectaciones graves a la población civil.

En 1948 se construyó en la ciudad de México la Escuela Militar de Clases del Ejército, tres años después, el 27 de febrero de 1951, fue trasladada a la Ciudad de Puebla, lugar donde permanece actualmente.

A 70 años de la creación de esta escuela, y hoy con el nombre de Escuela Militar de Sargentos, este plantel, sigue cumpliendo la misión de normar, formar y forjar a las mujeres y hombres que lideran en la clase de tropa y que se constituyen en la columna vertebral de las unidades militares; sin duda, este fue otro de los grandes logros del Presidente Alemán.

Además, realizó importantes acciones para complementar la preparación profesional de los Médicos Militares, instituyendo en 1947 el internado para los Médicos ya graduados de la Escuela Médico Militar hoy Escuela Militar de Medicina; asimismo, implementó los cursos para graduados en pediatría.

Su visión, nacionalismo y espíritu conciliador guiaron a este ilustre mexicano  a tomar la decisión de cohesionar  aún más a las Fuerzas Armadas, dando un giro en 1948, a la connotación Ejército Nacional por un concepto integrador y unificado bajo la denominación de Ejército Mexicano... un Ejército del pueblo para todos los mexicanos.

Bajo esa premisa, apoyó de manera determinante al equipo ecuestre de la Secretaría de la Defensa Nacional que representó a México en los Juegos Olímpicos de 1948 en Londres, obteniéndose las primeras medallas de oro, que se registran en la historia de nuestro país en ese deporte.

Asimismo, tuvo la sensibilidad para autorizar la creación de la Legión de Honor Militar en 1949; organismo encargado de enaltecer y rememorar las acciones de armas sobresalientes de nuestra historia y reconocer a sobresalientes militares.

Yo como hijo del Colegio Militar, quiero hacer mención especial sobre el importante reconocimiento que igualmente en 1949, Miguel Alemán le hizo a este insigne plantel al distinguirlo junto con la Escuela Naval de Veracruz, como HEROICOS, en homenaje a las múltiples epopeyas realizadas a lo largo de su devenir, honrando así la memoria de quienes defendieron los ideales de honor, valor, lealtad, abnegación y patriotismo propios de esas emblemáticas instituciones educativas que orgullosamente hoy se conocen como HEROICO COLEGIO MILITAR Y HEROICA ESCUELA NAVAL MILITAR.

Del mismo modo, para él, la destacada labor de los soldados, debía ser reconocida y celebrada en una fecha específica; por ello, en marzo de 1950, instituyó la conmemoración del “Día del Ejército” el 19 de febrero, tomando en consideración que en ese mismo día pero de 1913, Don Venustiano Carranza emitió el decreto que dio origen al Ejército Constitucionalista, actual Ejército Mexicano.

El Presidente Alemán, con su amplia visión, también pensó en el fortalecimiento de la Fuerza Aérea Mexicana; por ello, se construyó la Base Aérea de Zapopan, Jal, que fue inaugurada el 6 de marzo de 1951, y en el mismo sitio, se edificó la Escuela Militar de Aviación, alma mater de los pilotos de la Fuerza Aérea; modernizó a esta fuerza armada con instalaciones que eran de vanguardia y con todos los adelantos tecnológicos y de construcción de aquella época.

Hoy en día, esta Base Aérea de Zapopan, es una instalación de suma importancia para la seguridad y defensa del espacio aéreo mexicano, en ella se concentran la mayor parte de los planteles de formación de oficiales de la Fuerza Aérea, además de unidades de vuelo, de mantenimiento y de control de operaciones aéreas.

Cabe también destacar que a lo largo de su administración, se realizaron los trabajos de construcción de la Base Aérea de Santa Lucía en el Estado de México; esta es la instalación estratégica y campo de aviación militar más grande e importante del país, que representa el pasado, el presente y sobre todo el futuro de la Fuerza Aérea Mexicana.

Desde esta Base se llevan a cabo misiones de adiestramiento, de transporte aéreo, de auxilio a la población civil en casos de desastres con el plan DN-III-E, operaciones logísticas, de vigilancia aérea y de apoyo a la seguridad pública.
De la misma forma, en su administración y para garantizar la operatividad, apoyó la adquisición de equipo, armamento, vehículos y aviones, y de manera significativa aumentó los haberes del personal militar, extendiéndose esta preocupación hacia sus derechohabientes.  

Es oportuno señalar así mismo, la creación de la primera Colonia Urbana Militar en las antiguas minas de San Isidro, a inmediaciones del Campo Militar No. 1, hoy conocida como Lomas del Huizachal; fueron 225 mil metros cuadrados que se destinaron a la construcción de cientos de casas para Generales, Jefes y Oficiales, mismas que se otorgaron en propiedad mediante créditos de BANJERCITO.

Igualmente, inauguró la primera colonia residencial del Campo Militar No. 1, cuyas viviendas se dieron en renta mediante sorteo, previa solicitud.

Con estas medidas sentó las bases de lo que hoy sigue siendo un beneficio indispensable y de enorme valor para el personal militar y sus familias... la asignación de viviendas dignas de uso temporal a bajo costo.  

Además, en 1952, último año de su mandato, creó a partir de las unidades militares el Cuerpo de Guardias Presidenciales, con la finalidad de asistir en sus actividades y proporcionar seguridad al Primer Magistrado de la Nación, vigilar el funcionamiento y la seguridad de la Residencia Presidencial, oficinas y bienes de la Presidencia de la República; importantísimas tareas que dicho cuerpo especial, sigue desempeñando.

Por estas acciones y otras más, expreso que las mujeres y hombres que formamos el Ejército y la Fuerza Aérea, tenemos muy presente la empatía del Expresidente Alemán, con los Institutos Armados de la nación.

Sin duda Miguel Alemán Valdés es uno de los expresidentes más sobresalientes en la historia reciente de nuestro país; su tiempo, circunstancias y los grandes logros alcanzados en su gestión, dan cuenta de su amplia visión de estado y sus ideales para conducir a la nación y desplegarla hacia su progreso y desarrollo, en un complejo periodo post-revolucionario.

Hoy, México, nuestro México, es una gran nación que avanza hacia un futuro promisorio, una nación que se sostiene en los sólidos cimientos que han dejado ejemplares mexicanos como el que hoy rememoramos.

El sexenio del Presidente Alemán Valdés, constituye un punto de inflexión en la historia nacional, supo adoptar y fortalecer los ideales revolucionarios y ajustarlos a una visión de estado para dar paso a un país republicano e incluyente.

En pleno siglo XXI, este ejemplo de Don Miguel Alemán, debe ser referente para todos aquellos que sirven o desean servir a los mexicanos; él dejó claro que toda transición democrática debe tener como objetivo supremo el progreso y el bienestar del pueblo de México.

Concluyo mi intervención, mencionando que la relación del Presidente Alemán con los soldados de México fue significativa, y no me refiero específicamente en su función de Comandante Supremo, sino a que verdaderamente, tuvo un afecto especial con las Fuerzas Armadas, mismo que queda demostrado con algunos ejemplos atrás citados.

Por ello, al conmemorarse este 35 Aniversario Luctuoso, honramos su memoria y recordamos con satisfacción y orgullo el importante legado que dejó a México y a los mexicanos.

Reitero mi agradecimiento a la fundación y a quienes hicieron posible mi participación, de manera muy especial a Don Miguel Alemán Velasco y su muy distinguida esposa Christiane.

Ha sido un honor para mí, asistir a este evento conmemorativo de quien fue el 51 Presidente de México y el primer Presidente civil y Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, posterior a la Revolución Mexicana.

Por su atención
Muchas gracias.