General Salvador Cienfuegos Zepeda, Secretario de la Defensa Nacional.
Distinguidos funcionarios de la plana mayor de esta Secretaría.
Generales en la honrosa situación de retiro.
Señores comandantes de región y zonas militares de regiones y bases aéreas, así como directores de las armas y servicios.
Señores generales, jefes, oficiales, tropa y cadetes del ejército y fuerza aérea.
Compañeros de armas.
Respetables familias y amigos que nos acompañan.
Representantes de los medios de comunicación.
Buenas noches y bienvenidos todos.

Mi general secretario, en este momento histórico por el que transita nuestra institución armada y nuestro querido país, deseo manifestarle mi agradecimiento por su guía, su orientación, su comprensión y sus gentiles muestras de amistad, su gran ejemplo de institucionalidad que me permitió como soldado reafirmar el fervor por la patria.

Durante mi desempeño en su estado mayor, como subjefe operativo tuve la invaluable oportunidad de recibir de usted valiosas enseñanzas sobre el análisis de diferentes problemáticas y la forma de arribar a la toma de decisiones, su trato cercano, cordial y caballeroso, me permitió conocer también la reciedumbre de un soldado ejemplar, digno, valiente, de impregnada convicción patriótica y nacionalista, con arraigados valores y virtudes militares que siempre ha hecho patente su lealtad con honor a México.

Para usted todo mi respeto y admiración porque además de conducir con éxito los destinos de la institución militar ha sabido ser artífice de su modernización, nuestro ejército y fuerza aérea son ahora instituciones completamente diferentes a las que recibió al inicio de su gestión administrativa, con su marcado liderazgo y gran visión, logró imprimir cambios tan decisivos como nadie antes se había atrevido a efectuar.

Bajo su atinada dirección en esta administración que termina, nuestras fuerzas armadas se vieron fortalecidas en todos los órdenes, destacando la reestructuración y fortalecimiento de la infraestructura del servicio de sanidad y la educativa, la construcción de modernos campos militares con magníficas y funcionales instalaciones, la adquisición de adecuados armamentos, equipo y vehículos y sobre todo, la sustitución de la flota de aeronaves de la fuerza aérea, grandes logros que, sin duda, han hecho del ejército y fuerza aérea mexicanos, fuerzas armadas de primer orden.

Todo este esfuerzo y despliegue de iniciativa y sensibilidad de su parte nos facilitó a todos los niveles de mando el cumplimiento oportuno de las misiones asignadas, también con su visionario impulso el servicio de policía militar proyectará a la secretaría defensa nacional como el pilar fundamental de la estrategia de seguridad de la administración federal que inicia.

Por todo lo anterior, le dejo constancia de mi completo y emocionado reconocimiento ante la incansable labor emprendida por usted que ha dejado muy en alto el prestigio y buen nombre de la secretaría de la defensa nacional, tenga la seguridad de que replicaremos su legado de firmeza en el ejercicio del mando y control del ejército y fuerza aérea.

Su ejemplo quedará plasmado en las páginas de la historia de nuestras filas castrenses porque se ha constituido en el impulso latente de la actividad cotidiana en las unidades, dependencias e instalaciones, y que estoy seguro, a los soldados nos ha motivado para continuar sirviendo a nuestro país con la firme lealtad y desinterés de usted heredados.

Finalmente, agradezco de manera especial las finas atenciones que ha dispensado a toda la familia Sandoval medina en esta etapa de transición, de la grande y noble responsabilidad que en breve habré de emprender, le expreso mis mejores deseos porque la nueva etapa de su vida que está por iniciar, la salud y el bienestar estén siempre presentes junto con su apreciable y distinguida familia, reiterándole mi reconocimiento y fraternal amistad; gracias, muchas gracias por todo, mi general secretario.