Tras haber ocupado Guanajuato en junio de 1860, el General Felipe Berriozábal, al mando de las fuerzas liberales, emprendió una nueva campaña hacia el Sur. En noviembre de ese año tomó la plaza de Toluca con dos brigadas y 14 piezas de artillería.
No obstante, las fuerzas conservadoras de Miguel Miramón y Miguel Negrete se dirigieron a aquella ciudad para hacerle frente. Para confundir a sus enemigos, Miramón ordenó a sus hombres que vistieran el uniforme liberal. Al mediodía del 9 de diciembre la tropa de negrete entró a la Plaza de Armas de Toluca para apoderarse de la artillería y la caballería.
Berriozábal resistió en el Convento de San Francisco, pero, ante la falta de parque, optó por rendirse (lo acompañaron en la derrota Santos Degollado, Juan N. Govantes, 36 jefes, oficiales y más de 400 hombres de tropa).
El triunfo de los conservadores duró poco, ya que, unos días más tarde (el 22 de diciembre en San Miguel Calpulalpan, Estado de México), serían vencidos definitivamente por las tropas liberales, con esa batalla concluyó la Guerra de Reforma.