Después de haberse formado el gobierno de la Soberana Convención Revolucionaria y de haberse nombrado al General Eulalio Gutiérrez como Presidente Provisional de la República, la División del Norte y el Ejército Libertador del Sur hicieron su entrada a la Ciudad de México, llevando a cabo un acuerdo de ayuda mutua. Ante esta nueva coalición los convencionistas iniciaron una serie de combates, en los cuales arrebataron a los carrancistas varias plazas de importancia en el centro y en el norte del país.
A finales de 1914, el General Felipe Ángeles avanzaba con tropas villistas de Torreón hacia Saltillo y Monterrey, en busca de tomar esas plazas. Ante esa situación el General Antonio I. Villarreal, Jefe de la División del Bravo, reconcentró en Saltillo, Coahuila, las tropas que operaban en esa región para presentar combate al General Ángeles, el cual venía acompañado con los Generales Raúl Madero, Dionisio Triana, Martiniano Servín y Santiago Ramírez.
En los primeros días de enero de 1915, iniciaron los combates entre las tropas villistas y carrancistas, en los que el General Felipe Ángeles puso en práctica planes estratégicos de campaña, enviando una columna de reconocimiento entre Ramos Arizpe y Saltillo; las tropas carrancistas creyeron que allí se concentraban el grueso de las fuerzas del General Ángeles, por lo que generalizaron el combate. Más tarde, cuando arribó el resto del contingente villista, atacó por sorpresa a la División del Bravo, causándole una terrible derrota.
No obstante el gran arrojo de los generales y jefes carrancistas, la ciudad de Saltillo fue tomada el día 7 de enero de 1915 por la fuerzas convencionistas al mando del General Felipa Ángeles. Debido a esa derrota cundió la desmoralización entre las fuerzas carrancistas, que evacuaron Monterrey sin presentar combate, esa plaza sería ocupada por el mismo Ángeles cinco días después.