A fines de 1907, durante la entrevista que concedió́ el General Porfirio Díaz, Presidente de la República al periodista norteamericano James Creelman, manifestó que el país estaba preparado para la democracia, lo que generó un nuevo ambiente político en toda la nación.
A raíz de estas declaraciones, se crearon diversos partidos políticos de oposición para las elecciones que se llevarían a cabo en 1910; entre éstos destacó el Partido Antirreeleccionista, dirigido por Francisco I. Madero.
Sin embargo, Díaz se reeligió para la Presidencia de la República, por lo que no cumplió a declaración hecha en la entrevista con el periodista Creelman. Ante esta situación, Francisco I. Madero, elaboró y promulgó el “Plan de San Luis”, el 5 de octubre de 1910, documento en el que desconoció los resultados de las elecciones celebradas en ese año y al gobierno del General Díaz; además, lanzó un llamado al pueblo de México a levantarse en armas, a partir de las seis de la tarde del 20 de noviembre de ese mismo año.
Llegada esta fecha, se dieron 13 hechos de armas en diferentes estados del territorio nacional en favor del llamado de Madero, lo que dejó en claro que el pueblo mexicano comenzaba a participar en la lucha armada; en un primer momento, estos levantamientos fueron dirigidos por caudillos regionales, entre los más destacados se encuentran, Emiliano Zapata, que operó en la zona sur del país, Pascual Orozco y Francisco Villa, quienes combatieron en las regiones del norte. De esta forma, el 20 de noviembre de 1910, dio inicio el movimiento revolucionario, con carácter esencialmente popular y social, convirtiéndose en la primera gran revolución del siglo XX.