Publicaciones Recientes
2024-05-18 05:10:00 -0600
2024-05-11 14:10:00 -0600
2024-05-04 10:16:00 -0600
2024-04-27 06:30:00 -0600
2024-04-20 06:25:00 -0600

Transformando el territorio con espacios educativos y culturales

Al hablar de espacios públicos educativos y culturales no es difícil enlistar múltiples beneficios que tienen en términos de las pautas establecidas internacionalmente para fomentar el desarrollo sostenible.

Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano | 29 de febrero de 2024
Transformando el territorio con espacios educativos y culturales Transformando el territorio con espacios educativos y culturales

Estos aspectos positivos son similares y, además, se relacionan con las virtudes generales de cualquier espacio público. Por ejemplo, en los dos tipos de lugares se promueve el ejercicio de la libertad de expresión, el encuentro comunitario y el aprendizaje, en favor del desarrollo individual y el tejido social.

Sin embargo, en aras de delimitar con claridad los alcances de cada ámbito para explicar por qué la Sedatu ha trabajado en favor de ellos, resulta conveniente detenerse en algunas ideas importantes. En primer lugar, la concepción de la educación y de la cultura como derechos humanos y, particularmente, como derechos económicos, sociales y culturales, comúnmente referidos como de “segunda generación”; es decir, aquellos centrados en el bienestar colectivo y la garantía de acceso a bienes sociales y económicos, a servicios y a oportunidades.

Al respecto, un aspecto fundamental de los derechos de segunda generación es que su garantía depende, en gran medida, de la acción o intervención del Estado. Para ilustrar este punto, se puede decir, en pocas palabras, que en aras de que una persona pueda ejercer su derecho a la educación o al acceso a la cultura, el Estado tiene que proveer (construir) infraestructura (inmuebles) donde las personas puedan acceder a las actividades, bienes y/o servicios necesarios. Así, se puede argumentar que el marco legal, por sí solo, nunca bastará si la realidad física y material no acompaña lo supuesto en él.

En este sentido, la efectividad de los derechos de segunda generación depende de la capacidad y voluntad del Estado de transformar los principios legales, de materializarlos, en realidades tangibles y accesibles para todas y todos los ciudadanos. Y eso es justamente lo que ha hecho la Sedatu al construir espacios culturales y educativos.

Ahora bien, partiendo de una noción clara de la cultura y la educación como derechos económicos, sociales y culturales, vale también hacer otra precisión: a saber, que entre ellos se presta más atención a unos que a otros. Y, por consiguiente, no suena exagerado decir que mientras la educación a menudo se entiende y reconoce ampliamente en cuanto a su importancia y rasgos positivos, el derecho a la cultura no se percibe con la misma claridad.

Así, en las siguientes líneas se expondrán los beneficios de los dos tipos de espacios, tomando en cuenta esta cuestión, para dejar en claro por qué la Sedatu los ha considerado parte fundamental de sus intervenciones en el territorio.

La necesidad de proveer educación a las personas es difícilmente negable y, por lo tanto, puede resultar redundante hablar de cómo repercuten de manera benéfica en las sociedades. Sin embargo, fuera de las grandes nociones del concepto, algo que prevalece como tema de discusión constante y de vital importancia es la construcción y mejora de infraestructuras educativas, de escuelas y espacios de aprendizaje. La relevancia de edificar nuevos establecimientos y optimizar los ya existentes —los recintos donde se imparten y reciben conocimientos— no puede subestimarse. Dotar a estos espacios de la dignidad que merecen es fundamental, ya que el entorno físico ejerce un impacto significativo en el proceso de aprendizaje.

Cada vez hay más evidencia de que varios factores estructurales y ambientales en las escuelas tienen un impacto significativo
en mejorar la asistencia y la salud tanto de las y los estudiantes como de las y los profesores, así como en la retención de las personas docentes en su profesión. Escuelas bien construidas y diseñadas para resistir desastres naturales, junto con el acceso
a servicios básicos como agua potable, saneamiento adecuado, disposición de residuos, electricidad y comunicaciones, son fundamentales para crear un entorno seguro y propicio para el aprendizaje. Además, las condiciones del ambiente interior, especialmente en términos de la calidad del aire y control de la humedad, y las oportunidades para el juego al aire libre, son esenciales para el bienestar físico y mental de la comunidad escolar.


Mantener las instalaciones escolares en buenas condiciones no sólo fomenta un ambiente positivo y saludable, sino que también influye directamente en la motivación y el compromiso tanto de alumnos como de maestros con el proceso educativo. Sobra
decir que la mayoría de las escuelas y espacios educativos construidos por la Sedatu tienen diseños arquitectónicos que consideran prácticamente todos estos puntos.

Documentos


  • Paginas : de
Contesta nuestra encuesta de satisfacción.
¿Cómo fue tu experiencia en gob.mx?

Imprime la página completa

La legalidad, veracidad y la calidad de la información es estricta responsabilidad de la dependencia, entidad o empresa productiva del Estado que la proporcionó en virtud de sus atribuciones y/o facultades normativas.