Versión estenográfica elaborada por la Coordinación General de Comunicación Social y Vocería de Presidencia de la República

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ, SUBSECRETARIO DE PREVENCIÓN Y PROMOCIÓN DE LA SALUD: Muy buenas noches.

Son las 19 horas con un minuto, y hoy es martes 17 de noviembre del año 2020, estamos en el Palacio Nacional de México, en la Ciudad de México, y vamos a iniciar la conferencia de prensa diaria sobre COVID-19, COVID-19 es la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2, que aparentemente desde hace un año se detectó en China, la provincia de Wuhan, China.

El reconocimiento público finalmente fue notorio en las últimas dos semanas de diciembre y fue cuando empezó la alerta o la alerta temprana por parte de la Organización Mundial de la Salud a los países respecto a la existencia de un conglomerado de 44 casos en el momento que se hizo el primer informe de neumonía, neumonía de casa por determinar, en un mercado de alimentos y animales vivos en Wuhan, en la provincia de Hubei, en el norte de China.

Pero investigaciones posteriores a lo largo de los primeros meses de la epidemia aparentemente pudieron documentar que algunos de los casos iniciales se habían identificado en estas fechas, en la segunda quincena de noviembre.

Entonces, vale la pena tenerlo presente porque en sentido estricto estaríamos llegando a un año de la pandemia de COVID-19.

Dicho sea de paso, esto es común que ocurra en las epidemias, que se encuentre un primer caso, que se considera el caso índice, ese es el nombre técnico, caso índice, ese es el nombre técnico, caso índice; es el primer caso identificado al cual se hace referencia en los esfuerzos de identificación, estudio y control de la epidemia, pero al estudiarlo se encuentra en retrospectiva que hubo un primer caso genuino, que técnicamente se llama primer caso.

Un tip para todas las fuentes de información, todos los periódicos, no usen el término caso cero, esto no existe en el lenguaje técnico de la epidemiología, esto existe en las películas, pero no en el lenguaje técnico de la epidemiología, llamarle caso cero es algo, es un error técnico.

Entonces, lo que existe es primer caso, es el caso reconocido en investigaciones posteriores, cuando se busca retrospectivamente cuál fue genuinamente el primer caso.

Y caso índice es el caso que se identifica primero y es que da lugar al estudio de la epidemia.

Entonces, caso índice, y en retrospectiva se encuentra primer caso, no hay tal caso cero.

Bueno, pequeño dato técnico e histórico.

Hoy vamos a tener nuestro informe técnico diario que presentará el doctor José Luis Alomía, director general de Epidemiología, y también hoy vamos a hablar de algunos aspectos que tienen que ver con el impacto final, el impacto más desafortunado de la epidemia, que es la pérdida de la vida, la muerte.

Y por eso nos acompaña nuestro colega, el doctor Ruy López Ridaura, director general del Cenaprece, quien ha estado al frente de los grupos técnicos que analizan la mortalidad por COVID en sus distintos aspectos; esto incluye la mortalidad en exceso, que el mismo doctor López Ridaura ha presentado ya en dos o creo que tres ocasiones, y es este boletín que publicamos periódicamente, producto del trabajo que hacemos junto con el Inegi, junto con el Registro Nacional de Población, el Instituto Nacional de Salud Pública y la Organización Panamericana de la Salud.

Pero hoy no nos vamos a referir a eso, a mortalidad en exceso, sino vamos a hablar de lo que estamos identificando como oportunidades adicionales para reducir el impacto letal de la epidemia.

Esta misma mañana en la conferencia matutina el presidente enfatizaba este aspecto y yo, al presentar las curvas epidémicas de cada estado, destacaba un hecho constatable de que a pesar de que en algunas entidades federativas de pronto aumenta la cantidad de casos, o en las cinco o seis que hemos destacado, donde francamente aumentó a una gran velocidad en la región norte-centro, a pesar de ello la mortalidad no ha incrementado sustancialmente.

Por periodos relativamente cortos y, desafortunadamente, siempre cuando aumenta, sí ha aumentado en algunas de estas entidades federativas, hoy mismo destaqué cuáles son, pero en general son muy pocas, son tres o cuatro con este fenómeno de aumento de la mortalidad.

En las otras, durante los periodos donde aumenta la cantidad de casos, permanece relativamente estable la mortalidad.

Pero más allá de eso, más allá de un fenómeno estadístico, lo importante es la señal que nos revela para tener un mejor entendimiento de cómo podemos ayudar a que la población utilice los servicios de salud que están disponibles.

Y destacamos lo que hemos venido mencionado por meses, prácticamente desde que inició la fase tres o desde que estábamos en la preparación de la fase tres, donde el objetivo fundamental, desde el punto de vista estratégico ha sido el tener capacidad de atención hospitalaria, en especial para personas críticamente enfermas.

Y las instalaciones de salud y el personal solamente pueden cumplir su misión cuando las personas enfermas han acudido a estos lugares y las razones por las que las personas no acuden a la atención son muy diversas, pero algunas son modificables.

Y por eso decimos repetidamente, lo volvemos a decir ahora mismo, que es muy importante que aquellas personas que tienen COVID y que además tienen, o bien edad mayor a 60 años, 60 y más, o bien enfermedades crónicas, hipertensión, diabetes, enfermedad cardiaca o pulmonar crónica, cáncer, viven con VIH, utilizan fármacos inmunosupresores, que acudan a las unidades de salud a una evaluación temprana.

¿Cuánto este temprano?

Lo más temprano posible, 24 horas es una cantidad ideal de horas transcurridas para que pueda haber una atención con mayores posibilidades de lograr éxito y hemos comentado que las intervenciones de salud que se pueden hacer durante ese periodo inicial pueden hacer toda la diferencia entre una enfermedad con alta letalidad y una enfermedad que disminuya su letalidad.

Letalidad, como yo mismo lo comentaré, también en un segmento del informe, es la proporción de personas que teniendo la enfermedad pierden la vida.

Y hay intervenciones relativamente básicas que no requieren una hospitalización en unidades avanzadas, y esto también lo destacamos con las curvas estatales, la enorme mayoría de las personas hospitalizadas por COVID no están en una unidad de terapia intensiva o en su equivalente, en las camas reconvertidas con ventilador, sino que están en las camas generales, la enorme mayoría, alrededor de 80 por ciento.

¿Y qué hacen los miembros del personal de salud para atender a esas personas que no tienen ventilación mecánica, que no están intubadas?

Muchas cosas, pero dos fundamentales son la suplementación de oxígeno sin intubación y la hidratación intravenosa.

Entonces, es fundamental que se aprovechen esas primeras horas de la enfermedad, en donde los síntomas son leves y en donde la percepción de las personas puede ser que es una enfermedad intrascendente porque no se sienten verdaderamente mal, pero por el hecho mismo de que tienen 60 o más años de edad, o bien que tienen enfermedades crónicas, como las ya mencionadas, tienen una alta probabilidad de complicarse. Entonces, por eso es muy importante.

Entonces, hoy vamos a abordar sobre eso, vamos a comentar algunos de estos conceptos, y el doctor López Ridaura va a explicar en términos generales algunas de las intervenciones que desde hace más de seis semanas, en un caso, y ocho en el otro, estamos haciendo, y que tienen que ver con la optimización del uso de los hospitales, por un lado.

Y con el trabajo comunitario que ya platicaba ayer el doctor Ricardo Cortés que estamos haciendo para que en las comunidades se detecten personas con mayor riesgo, precisamente personas de 60 y más o con enfermedades crónicas, se les invite a acudir a las instalaciones de salud si es que resultan ser casos.

Entonces, esto lo vamos a estar comentando periódicamente, estamos avizorando un cambio de fases en el manejo de la epidemia que tiene que ver con los momentos epidémicos, pero ya lo vamos a ir explicando con detalle y ahora queremos empezar este nuevo ciclo respecto al enfoque de la epidemia.

Le pido, entonces, al doctor Alomía si es tan amable de presentar, posteriormente presentaré yo, cerrara el doctor López Ridaura y vamos a dejar suficiente tiempo para algunas preguntas y comentarios, doctor.

JOSÉ LUIS ALOMÍA ZEGARRA DIRECTOR GENERAL DE EPIDEMIOLOGÍA: Con mucho gusto señor subsecretario.

Muy buenas noches con todos y todas las personas que están en este momento, tanto de manera virtual, como de manera presencial, acompañándonos en esta conferencia vespertina, ya la número 258.

Tenemos ya cinco meses y medio desde que se han estado aplicando las intervenciones del semáforo de riesgo COVID, que fue precisamente diseñado para operar la regionalización de la epidemia, es decir, si vemos la siguiente diapositiva, a través de estos niveles de riesgo, que van desde un nivel máximo en rojo, pasando por un alto en naranja, un medio en amarillo y un bajo en verde, poder en su momento operar las diferentes intervenciones y sus intensidades para disminuir la movilidad en cada una de las entidades federativas y así contribuir al control epidémico.

Y en su momento, lógicamente, la disminución de casos de pacientes graves y también de defunciones, objetivos que en su momento se han estado logrando en diferentes magnitudes y también en diferentes resultados que han dado cada una de las intervenciones para cada entidad federativa.

Si vemos la siguiente diapositiva, vamos a actualizar la estadística nacional para el día de hoy, son más de dos millones 618 mil las personas que hasta el momento han ingresado, han sido notificadas al sistema, a esta herramienta informática que es el sistema de vigilancia de la enfermedad respiratoria viral.

Ya el 37 por ciento de ellas ha dado negativo a su prueba de virus SARS-CoV-2, por lo tanto, no representan, no han sido clasificados como casos de COVID-19 y son las que están precisamente distribuidas en las barras de color verde.

Y así también para el día de hoy, a través de los diferentes mecanismos de confirmación, recordando que podemos confirmar de COVID-19 a una persona a través de una prueba de laboratorio que sale positiva a la presencia del virus, podemos también confirmar a través de la asociación epidemiológica cuando esta persona ha sido un contacto de un caso previamente confirmado por laboratorio y podemos confirmar a través de la dictaminación clínica epidemiológica cuando es una persona que lamentablemente ha fallecido, no tenía todavía el resultado de su prueba o no había sido posible tomarle la prueba y a través de esta dictaminación, que la hace un comité de expertos en el hospital, en la jurisdicción sanitaria o en la entidad federativa, finalmente podemos también otorgarle la clasificación.

Un millón 11 mil 153 han tenido alguna de estas tres características y son las que están representadas en las barras de color café claro en la parte inferior y representan el 37 por ciento.

Así también, y dentro de este grupo, para el día de hoy, y después de estos ejercicios de clasificación o de resultados tenemos 99 mil 26 personas que hasta el momento integran el grupo de defunciones confirmadas para COVID-19.

Ya veíamos que esta semana abríamos el porcentaje de positividad nuevamente en un 42 por ciento, como lo habíamos tenido hace tres semanas aproximadamente y es un porcentaje que ha estado precisamente moviéndose en estos rangos, que van entre el 38 y el 42, vamos a ver cómo se comporta durante la siguiente semana, ya que como ustedes ver en la barra de color naranja tenemos todavía un número importante de casos que están esperando un resultado, y que al ser emitido este resultado no solamente serán confirmados o descartados, sino que contribuirán a que este porcentaje de positividad en un momento determinado se mueva ya sea para arriba o para abajo.

Si vemos la siguiente diapositiva, que es precisamente la de los casos estimados para efectos de la línea de color azul que tenemos en la parte superior, aquí es donde usamos este porcentaje de positividad para cada una de las semanas para poder, precisamente, estimar cuántos casos más pudieran ser ya casos confirmados de COVID-19 y entonces tener este gran total de un millón 169 mil 846, pero con el objetivo de poder, al graficarlos por su fecha de inicio de síntomas para cada una de las semanas epidemiológicas, observar cómo se está comportando la curva epidémica a nivel nacional, y cuál es la tendencia que esta curva está teniendo.

Y entonces lo que veíamos es que en las últimas dos semanas volvíamos a presentar una tendencia descendente, una disminución de lo que se había obtenido en la semana número 43, y esta disminución se mantiene para efectos de la comparación entre la 44 y la 45 todavía en un menos dos por ciento.

Como ya hemos visto en semanas previas, sabemos que en la medida que avancen los días se van integrando y se van confirmando más casos y, por lo tanto, esta disminución puede verse a su vez disminuida y podemos lograr nuevamente una meseta o inclusive un ascenso, aunque el punto en el cual nos encontramos para la semana 45 continúa, inclusive en la expectativa de lo que pudiéramos cerrar al sábado continúa todavía y continuaría por debajo de lo que hemos venido observando hasta la semana 44.

Algo interesante para el día de hoy es que por primera vez alcanzamos, para efecto de los casos activos estimados, el porcentaje del tres por ciento, habíamos estado variando prácticamente en los últimos dos meses entre un cuatro y un cinco por ciento, porcentaje que vino disminuyendo desde fines de julio, desde haber alcanzado un 14 por ciento, y el día de hoy lo tenemos en tres por ciento.

Sabemos también que este tres por ciento pudiera nuevamente regresar al cuatro por ciento en los siguientes días, pero es interesante ver que hay días en los que en función de la actividad epidémica y, por lo tanto, de estas personas que enferman en los últimos 14 días, para hoy solamente representan un tres por ciento de toda la epidemia que hasta el momento ha ocurrido en México, más de 757 mil también son las personas que hasta el momento ya se han recuperado de COVID-19.

Si vemos la siguiente diapositiva, enfocamos en el comportamiento de la mortalidad, veíamos ya que entre la semana 43 y 44, que fueron las semanas previas, habíamos alcanzado un comportamiento de meseta, de estabilidad, después de dos semanas en donde habíamos un incremento, y para efectos de la semana 45 mantenemos todavía una disminución, probablemente continuemos con esta estabilidad en meseta, pero al menos para el día de hoy y para el corte del martes es de un, todavía, menos dos por ciento para efecto de todas las defunciones registradas en la plataforma.

Recordemos que aquí esta disminución de dos por ciento no es solamente de las defunciones que ya fueron confirmadas, estamos agregando todos estos otros grupos, grupos que están esperando un resultado o grupos que están en su momento siendo dictaminados para poder obtener una clasificación final.

Entonces, los sumamos todo en función de tener la mayor expectativa de lo que en un momento pudiera ocurrir en la semana, y aun así tenemos este menos dos por ciento y continuamos conservando una disminución de menos 46 por ciento cuando nos comparamos con esa semana epidemiológica en donde tuvimos la mayor cantidad de lamentables defunciones.

Y veamos, finalmente, la ocupación hospitalaria, el día de hoy tocan los gráficos de barras, aquí podemos identificar a seis entidades federativas que superarían el 50 por ciento de la ocupación, aunque solamente una, que es Durango, llega a ese nivel de seguridad del 70 por ciento, de hecho está, precisamente, en el 70 por ciento; sigue Coahuila, con un 67, y ahora tenemos a Chihuahua con un 66, si recordarán Chihuahua había llegado hasta tener una ocupación del 88 por ciento en semanas previas, debido, precisamente, a su incremento en la actividad epidémica.

El día hoy ya es un 66 por ciento y ha tenido una disminución en su ocupación en los últimos días y en las últimas semanas.

Por encima del 50 también tenemos a Nuevo León, a Zacatecas y a la Ciudad de México, después de ella el 81 por ciento de todas las entidades, es decir, la gran mayoría de las entidades tienen más del 50 por ciento de ocupación, destacando inclusive Campeche y Chiapas con disponibilidades de 97 y 98 por ciento.

Si vemos la siguiente diapositiva, enfocamos en las camas con ventilador para los pacientes más críticos, aquí son sólo tres entidades que superan el 50 por ciento, inclusive Nuevo León, con el 50 por ciento; Ciudad de México, 54; Aguascalientes, con 61, y aquí vemos ya como Chihuahua, ha bajado un 42 por ciento en función del comportamiento en sus últimas semanas.

Y aquí tendríamos también a la gran mayoría de las entidades federativas con más del 50 por ciento de disponibilidad, y nuevamente destacando los estados de Chiapas y de Campeche con 98 por ciento de disponibilidad para este tipo de camas.

Sería la actualización de esta noche.

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: Gracias, doctor Alomía.

Voy a comentar cuatro diapositivas y vamos a distinguir dos conceptos que son importantes, no tiene por qué ser complicado visualizar su diferencia: el primero es mortalidad y el segundo es letalidad.

En términos coloquiales, en términos del lenguaje común parecieran lo mismo, quizá si uno busca en el diccionario de la Real Academia de la Lengua va a encontrar que son sinónimos, mortalidad-letalidad, pero en epidemiología y para el entendimiento de un fenómeno epidémico como este, es importante visualizar cada uno.

Mortalidad es el número de casos, el número de personas que muy desafortunadamente pierden la vida divididas por la población que puede tener el fenómeno y perder la vida, es decir, la población que vive en un estado, en un municipio, en todo un país o en el mundo entero.

¿Qué significa la mortalidad?

La probabilidad, el riesgo de que una persona fallezca por COVID durante el periodo en que está la epidemia.

Letalidad tiene otro significado, letalidad es el número de personas que pierde la vida por COVID, es decir, igual que en la mortalidad, pero dividido por aquellas personas que se ha identificado tienen COVID-19, por cualquiera de los mecanismos de confirmación, laboratorio, asociación, dictaminación, y el significado es la probabilidad de morir si es que se tiene COVID.

En mortalidad es la probabilidad de morir con COVID o por COVID desde el momento en que uno está, en este momento estamos aquí, no tenemos COVID, pero también tenemos una probabilidad de morir por COVID.

Pero si consideramos exclusivamente a las personas que ya tienen COVID cuál es la probabilidad de que pierdan la vida.

¿Por qué son importantes de distinguir?

Porque la primera, la mortalidad, atañe al riesgo general que tenemos todos y todas, y afortunadamente es un riesgo considerablemente pequeño, por importante que es la epidemia y por dramático que es la pérdida de cada una de las vidas.

En cambio, la letalidad tiene un significado de una vez que se tiene el COVID cuál es la probabilidad de no salir bien librado de la infección.

Y la segunda medida, la letalidad, se puede interpretar como un indicador del éxito o el fracaso en la atención de la enfermedad, no necesariamente se puede interpretar como la calidad de la atención, y ojo con eso porque varios de los medios de comunicación periódicamente aparecen comparaciones, por ejemplo, la letalidad en hospitales privados es menor, que la de hospitales públicos o la letalidad en una institución es más grande que en otra, y se interpreta como si se tratara de un indicador que inmediatamente traduce calidad de la atención y es empieza a pensar es mejor hospital en donde hay menor letalidad. No necesariamente, hay muchas razones por la que esto no es válido.

Una muy importante en especial en la comparación de lo público con lo privado es que al sector privado acuden personas con mejores condiciones de vida en general, porque por su estatus socioeconómico tienen mayores oportunidades de tener una vida saludable.

Entonces, tienen menor prevalencia de enfermedades crónicas, cuando las padecen las tienen en mejor control, pueden acudir más fácilmente a las unidades hospitalarias y en general se observa que acuden más tempranamente, incluso aunque no tuvieran una indicación médica estricta de ser hospitalizados, es decir, una persona con un caso leve de COVID puede ser más probablemente hospitalizado en el sector privado, que en el sector público, mientras que en el sector público se siguen criterios médicos estrictos, porque la atención en el sector público no tiene un interés lucrativo o comercial.

Entonces, no hay una motivación para hospitalizar a alguien cuando no hay una indicación médica solamente porque lo pida, cosa que puede ocurrir en el sector privado y es legítimo, finalmente es la decisión de la persona y es la decisión de la unidad hospitalaria de recibirle.

Entonces, cuidado con la interpretación de que letalidad traduce calidad de la atención.

La segunda idea que quiero compartir es la siguiente, a lo largo de los meses de esta epidemia ha aparecido también en la narrativa pública, en los medios de comunicación, que México es el país con la mayor afección y se habla de nuestra razón de letalidad, que en promedio ha estado cercana al 10 por ciento.

Y en no pocas ocasiones se plantea que esta es una letalidad de las más altas del mundo y se compara con la letalidad puntual que tienen los países, por ejemplo, en este momento, en Europa tenemos una letalidad promedio de 2.5 por ciento, en México se usa la cifra de 10 por ciento.

Identifiquemos el porqué de esto.

Primero, voy a presentar la mortalidad, la probabilidad de morir en un país, en este caso México, por COVID, y es la curva que conocen, presentamos todos los días, acaba de presentar el doctor Alomía, y yo presenté esta mañana.

Llegó a un punto máximo en la semana 27 del año, que es la segunda semana de julio, descendió hacia la semana 40, que es la primera semana de octubre, posteriormente aumentó, y en este momento acaba de reducirse en dos por ciento.

Y esta es la probabilidad medida como de cada 100 mil habitantes.

¿Cuántas personas podrían morir por COVID?

Y noten ustedes que es considerablemente pequeño el número, no obstante, lo dramático que es cada muerte, ojo con trivializar ese asunto, cada una es un drama, pero en términos de riesgo, en términos de probabilidad, 77.4 personas de cada 100 mil habitantes podrían morir en un momento dado por COVID a lo largo de esta epidemia, es una cifra relativamente pequeña si la comparamos con las distintas causas por las que se pierde la vida.

Y luego la mortalidad también nos permite ver la probabilidad de morir por COVID en las distintas entidades federativas si consideramos el tamaño de cada población, de cada entidad federativa, y lo vemos aquí, el promedio nacional es este, el mismo 77.4, y los distintos estados o entidades federativas, Aguascalientes, Baja California, etcétera, hasta Zacatecas, ordenados en orden alfabético.

Vamos a la letalidad con la siguiente, por favor, en la letalidad que es, si a alguien le da COVID en promedio cuál es la probabilidad de que pierda la vida, es un número que lo medimos generalmente en un porcentaje y por ello se vuelve intuitivamente más fácil de interpretar o de entender.

Pero lo que quiero destacar aquí con esta curva, que quizá la han visto pocas veces, la hemos presentado anteriormente, pero hoy la volvemos a presentar, es la diferencia entre esta letalidad promedio 9.8, que es a lo largo de todos los meses de la epidemia cuál ha sido el promedio de personas que mueren con respecto a aquellas que han padecido COVID.

Y esta es una operación que ustedes como comunicadoras y comunicadores hacen casi todos los días cuando dividen el número acumulado de defunciones, 98 mil y tantas, con respecto al número de casos que se han sumado desde que empezó la epidemia.

Pero hemos explicado que los casos, las personas enfermas en marzo, ya no son casos, las personas que tuvieron enfermedad en abril, ya no son casos, tampoco las de mayo, tampoco las de junio, tampoco las de octubre, literalmente ahorita es del 1º de noviembre a la fecha son personas que pueden tener la enfermedad activa.

Por supuesto también hemos explicado que alguien puede permanecer en el hospital varias semanas, pero de los casos nuevos sólo son casos durante 15 días las personas que tienen enfermedad leve.

Esta letalidad, cercana al 10 por ciento no puede compararse válidamente con lo que ocurre en otros países si no se considera que este número, este cercano al 10 por ciento, es la cifra acumulada de defunciones y la cifra acumulada de casos, no lo que está ocurriendo cada semana o cada día.

Entonces, esta cifra no revela el cambio que se va dando en la probabilidad de morir si es que se padece COVID.

En cambio, la letalidad de cada semana sí refleja la probabilidad de morir si es que se padece COVID en México y va cambiando cada semana, y esa es la idea fundamental de esta gráfica.

Veamos, esta empieza en la semana ocho, porque antes de la semana ocho no tuvimos ninguna defunción afortunadamente, y después tiene grandes variaciones, porque, aunque los porcentajes se ven aquí que cambian mucho llegamos al 15 por ciento, luego bajamos al cinco por ciento, es porque era un conjunto muy pequeño, una decena o dos de defunciones.

Entonces, desde luego, si de 10 personas mueren cinco la letalidad se va al 50 por ciento, pero si en la siguiente semana de 20 personas mueren tres, pues la letalidad se reduce sustancialmente, y por eso esta variación cuando hay muy poquitos casos.

Y llegamos al punto máximo en el mes de abril, abril-mayo, con un poco más de 23 por ciento cuando teníamos el incremento rápido de casos, pero posteriormente empezó a descender y en la semana 29 donde llegamos al punto máximo de la frecuencia de casos diarios o semanales, llegamos aproximadamente al promedio, la letalidad promedio nacional cercana al 10 por ciento.

Y ha continuado en descenso en las semanas posteriores, descenso, descenso, descenso, y a partir de la semana 40, en donde empezó a ver una tendencia al alza del número de casos, de todos modos la letalidad, la probabilidad de morir, si es que se padece COVID, sigue bajando, sigue bajando.

Y en este momento para la semana 45 del año, que es el corte de información dos semanas atrás, estamos viviendo en la semana 47, es de 3.3 por ciento. Esta cifra es la que se puede comparar con las cifras que comúnmente aparecen en otros países de cuál es la letalidad en la semana que se está interpretando, y no discrepa importantemente.

¿Cuál es la deseable?

Cero, por supuesto, no hay duda, todos quisiéramos que fuera cero, pero es muy importante entender que esto ha ido disminuyendo porque esto en la medida en que revela las distintas experiencias que ha ido ganando la población, en primer lugar; el Sistema Nacional de Salud, en segundo lugar, el manejo médico de la epidemia cada vez va logrando mayor éxito en disminuir la probabilidad de morir si es que se tiene COVID.

Y en esto, como lo explicará a continuación el doctor López Ridaura, yo con esta termino, tiene que ver el lograr una atención más oportuna porque se demande atención más prontamente.

Si me pasa la última, sólo para mostrarla, lo mismo se analiza por entidades federativa, aquí no está ordenadas por orden alfabético, sino por la magnitud de la letalidad, letalidad de caso, técnicamente se llama razón de letalidad de caso.

Morelos ha tenido la más alta promedio, podremos ver y yo creo que lo vamos a incorporar cuando tengamos el repertorio semanal el próximo martes, perdón, el repertorio por entidad federativa el próximo martes, vamos a incorporar una gráfica semejante a la que acabo de poner del nivel nacional para cada entidad federativa, para poder ver cómo ha cambiado a lo largo del tiempo la letalidad de casos, es decir, la probabilidad de morir si es que se tiene COVID y este es el promedio nacional de todo el periodo, pero que hoy, en el corte de información de la semana 45, es 3.3 por ciento.

Doctor López Ridaura.

RUY LÓPEZ RIDAURA, DIRECTOR GENERAL DEL CENTRO NACIONAL DE PROGRAMAS PREVENTIVOS Y CONTROL DE ENFERMEDADES (CENAPRECE): Muchas gracias, doctor López-Gatell. Buenas noches.

Como comenta el doctor López-Gatell, voy a presentar algunos de los indicadores de estas dos grandes estrategias.

La primera estrategia es la que comentó el doctor Ricardo Cortés ayer, que es esta que también hemos ya presentado en alguna otra ocasión sobre el abordaje comunitario de COVID, que desde hace ya varias semanas, más de seis semanas, se realizó un lineamiento con un grupo de expertos a nivel de la Secretaría de Salud Federal, se compartió, se socializó con cada una de las entidades federativas, hubo diálogo, se fue mejorando y cada entidad federativa ha tenido su propia forma de realizar esta actividad.

Pero como lo comentó el doctor Ricardo Cortés el propósito de esto tiene varios objetivos, pero el principal posiblemente es el poder llegar casa a casa, identificar a los grupos de alto riesgo y pueden ser grupos de alto riesgo que en el momento de la visita no tengan síntomas de infección respiratoria.

Pero, bueno, se identifican, se ve si tienen medicamentos, se acercan también a los diferentes programas de los centros de salud y se asegura que se continúe la atención.

También se identifica a un grupo de personas que no tienen factores de riesgo, que tampoco tienen síntomas de COVID y solamente se profundiza la promoción de salud de todas las indicaciones que se han dado para la prevención de enfermedad respiratoria aguda.

Y se identifica el otro grupo que sí tiene síntomas de COVID y pueden ser grupos de alto riesgo o grupos que no tengan factores de riesgo.

Y, en general, a los que no tienen factores de riesgo se les habla de los datos de alarma, pero a los que tienen factores de riesgo especialmente se les invita y se acompaña de una brigada especializada donde se hace una evaluación.

Pero para todos estos casos lo que se está buscando es que lleguen de manera más temprana a buscar atención a una evaluación clínica para así poder tener la evaluación que permita decidir si este paciente requiere hospitalización.

Y este es un detalle, estamos buscando a los pacientes, se está acercando el sistema de salud hacia cada uno de los hogares para llevar este mensaje, y eso es clave porque es uno de los determinantes muy importantes de lo que ya está comentando el doctor López-Gatell sobre la posibilidad de curarse, de curarse del COVID si tiene síntomas de gravedad.

Entonces, lo que hemos medido también con el sistema del Sisver, del Sistema de Vigilancia, tenemos el dato de que por cada estudio epidemiológico sabemos cuándo inició síntomas y cuándo acudió a atención médica cada uno de los individuos que está en el sistema.

Y lo que podemos ver en esta gráfica, solamente para mensaje principal, lo que hemos hecho en esta gráfica es una correlación sencilla del tiempo promedio de todos los pacientes que están registrados en el Sisver en cada una de las entidades federativas; entonces cada una de las bolitas, dependiendo del tamaño es el número de casos, obviamente Ciudad de México es de la bolitas más grandes, hay otras bolitas más pequeñas, pero no importa, ahora no quiero que se fijen necesariamente en los estados, lo que quiero que vean es que cada una de las bolitas es una entidad federativa.

Y lo que tenemos en la gráfica es el promedio de esa entidad, de cada una de las entidades de tiempo desde el inicio de síntomas hasta que buscaron atención, y en el eje vertical lo que tenemos es la letalidad, el mismo dato que ha estado mencionando el doctor López-Gatell.

Y aunque no es una correlación perfecta, en general lo que sugiere es que aquellas entidades que en promedio han tenido un mayor tiempo también tienen mayores índices de letalidad, aquellas entidades donde han tenido un menor tiempo promedio también tienen una menor letalidad.

Y es el mensaje principal que hemos querido llevar, es más esta correlación es el tiempo promedio durante prácticamente toda la contingencia, y esta correlación va mejorando si lo hacemos en las últimas semanas.

Entonces, este el dato, este es el dato, que sí existe una evidencia clara de que a menor tiempo hay mayor probabilidad de que se resuelva el problema.

Y lo que tenemos es esto ahora ya medido en días, cómo ha ido evolucionando desde la semana 14, que lo tenemos registrado, hasta la semana 45, cómo ha ido evolucionando el día promedio a nivel nacional.

Vemos que se ha mantenido más o menos estable y que tal vez desde la semana 32 empezó con un descenso, y en la última semana tenemos un pequeño ascenso de estos tiempos, el tiempo promedio en la última semana son 3.6 días, cuando se inició, en la semana 14, el promedio es de cuatro días.

Esto es el promedio, esto quiere decir que hay muchos pacientes que se acercan mucho más de cuatro días o mucho más de cinco, de seis o de siete días, es más, cuando lo vemos en proporción hemos marcado como tiempo ideal el que se acerquen o que busquen la atención en las primeras 48 horas.

Y esto representa más o menos que 60 por ciento, 70, prácticamente 70 por ciento de la población de manera general se está acercando en las primeras 48 horas, pero hay un 10, casi un poco más de 10 por ciento que está tardando más de seis días, y eso es lo que es grave, porque esos son los que se asocian a una mayor mortalidad.

También, digo, vamos a agrupar a algunos estados, digo no es fácil, lo que decidimos es presentar tres grupos de estados de acuerdo a cómo, en las últimas semanas, estos tiempos se han ido o disminuyendo, o más o menos mantenido estable, o han ido aumentando.

Pero como pueden ver ha habido una gran variabilidad a lo largo de la epidemia, esto no quiere decir que los estados que han disminuido en las últimas cuatro semanas, que son Campeche, Colima, Nayarit, Oaxaca y Quintana Roo, es decir, que han disminuido sus tiempos de atención, cosa que es positivo, que es bueno que disminuyan estos estados, han disminuido, pero han llegado momentos en que han estado muy por arriba, pero estos son los cuatro estados que en las últimas cuatro semanas han disminuido, esto es el impacto en las últimas semanas.

Vamos a ver muchos otros estados que realmente se han mantenido estables, no pretendo que vean cada una de las entidades federativas, hay mucha variabilidad y en las últimas semanas esta variabilidad en los algunos estados ha hecho que los clasifiquemos como que se han mantenido estables y son: Aguascalientes, Baja California, Chiapas, Ciudad de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, México, Michoacán, Morelos, Puebla, Sinaloa, Sonora, Tamaulipas y Veracruz, es decir, 15 estados, 15 estados se han mantenido estables, aunque también con gran variabilidad a lo largo de la epidemia.

Y el otro grupo de estados son aquellos estados en donde ha ido aumentando este tiempo, en la siguiente vemos que en total dos estados han ido aumentando ligeramente sus tiempos, llegando algunos estados a estar en tiempo promedio cerca de los cinco días, cosa que puede ser alarmante, porque es el tiempo promedio, y son estos dos estados que han ido aumentando.

Y este es el indicador que estamos monitoreando día con día, semana con semana y también se ha convertido en parte de la comunicación con las entidades federativas para ir mejorando el mensaje de la estrategia comunitaria.

Es una estrategia que busca esto, busca impactar en estos tiempos de reducción y es muy probable que quienes nos están escuchando en casa ya han tenido, ya han tenido que personas, brigadas, han visitado su domicilio o les han llamado por teléfono y es parte de la estrategia.

El otro componente de la estrategia es, que esto también lo presenté yo también hace algunas semanas, es la concentración de las capacidades hospitalarias, la idea es aquí, en algún momento había que expandir y tener lo más posible de camas, tratando de que todo paciente que lo requiera tenga una cama disponible.

Pero como pueden ver durante ya varias semanas, cada vez que presentamos la disponibilidad, tenemos un grupo grande de entidades federativas que están muy por debajo del 30 por ciento de ocupación.

Y lo que hemos sugerido y platicado con cada una de las entidades, después de un acuerdo con Conasa, en la Comisión Nacional de Salud, es que se tengan planes estatales de concentración de las capacidades hospitalarias en los mejores hospitales, con el propósito de esto, acompañado de una estrategia, clara, ágil, de movilización de pacientes con atención prehospitalaria se puedan mantener las capacidades en menores camas y que sea mucho más eficiente.

En total nosotros teníamos más o menos llegamos a 970 unidades que se han registrado en la Red IRAG, que son las que damos seguimiento día con día, nosotros hicimos una preselección de 332, enviamos a las entidades federativas, a las instituciones, hemos ya validado junto con ellos 410 unidades.

Esto quiere decir del total de camas que tenemos generales 35 mil, más o menos están validadas ya con estados 15 mil 653 y de las camas con ventilador, de 15 mil que se tienen, se han validado prácticamente seis mil.

Y estamos viendo con cada una de las entidades federativas cómo hacer que estos planes realmente tengan a los especialistas, a los médicos, a los equipos y a los insumos que permita que aquí, en estos hospitales, se tenga una mayor capacidad resolutiva.

También se tienen algunos centros de atención temporal que muchas entidades incluyeron y lo que estamos es manteniéndolos también con un protocolo también reciente sobre hospitalización anticipada especialmente para grupos de alto riesgo.

Además de la organización y concentración de capacidades también, junto con el Insabi y el Instituto Nacional de Nutrición, con un esfuerzo también de la UNAM y multiinstitucional, hemos tenido varias líneas estratégicas para mejorar las capacidades del personal de salud, tanto en la atención de pacientes críticos o la atención en general de hospitalización.

Tenemos una plataforma que también ya se ha comentado en otras sesiones, una plataforma que todos los días tenemos una red con prácticamente todas las unidades hospitalarias o la de mayor tamaño, la coordina el Insabi, y son sesiones con micrófono abierto donde hay un diálogo con los médicos, médicas y personal de salud en general de los hospitales para resolver dudas y ver temas de manera rotatoria.

Otra estrategia que tenemos son brigadas médico-especialistas, donde hemos tenido ya visitas presenciales de grupos de expertos que van hacia una de las entidades o vienen también médicos hacia los hospitales, a los institutos de salud o de tercer nivel de atención y tienen de alguna forma vivencias y capacitación presencial que puede ayudar mucho.

Y también en un esfuerzo muy importante, coordinado tanto por el Instituto de Nutrición de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, la UNAM y el Insabi, se echó a andar desde finales de septiembre un diplomado que va a durar tres meses, hay más de 250 personas ya inscritas, y es un diplomado presencial, virtual, mixto, también con un componente importante, práctico, donde se están viendo varios temas y también creemos que es una de las estrategias importantes para mejorar las capacidades.

En la plataforma que les comento de micrófono abierto de todos los días, más o menos se han tenido 100 mil profesionales de salud que han ingresado a esta plataforma en alguna de las sesiones, se han hecho 200 sesiones con micrófono abierto y esta es la página donde se ha invitado a cada uno de los médicos a participar, médicos y médicas a participar en estas sesiones.

En el componente de las brigadas y la telementoría, este también es un esfuerzo que se ha coordinado con el Instituto Nacional de Nutrición y Ciencias Médicas, en donde tenemos el acercamiento ya de un grupo experto con el grupo que está haciendo la atención en la unidad hospitalaria de la entidad federativa.

Hemos tenido visitas presenciales en Oaxaca, Chihuahua, San Luis Potosí y Durango, en donde también se han establecido ya los canales de comunicación para una mentoría cercana con el grupo de expertos.

Y la última es el componente ya de los intercambios de especialistas, en donde equipos, también apoyados por el Insabi y la Coordinación de Institutos, han ido a las regiones más afectadas, se tienen dos experiencias muy importantes en Oaxaca y en Tabasco, y se están haciendo réplicas de esta experiencia de llevar a especialistas ya al sitio, y también en algún momento se hicieron estas residencias donde médicos de diferentes entidades federativas rotaron durante dos semanas también aquí en los Institutos Nacionales de Salud para tener este reforzamiento de sus capacidades.

Entonces, como pueden ver, estas son las dos grandes estrategias que se están impulsando, priorizando en este momento y las dos van enfocadas, por un lado, a que la comunidad se acerque más rápidamente a la evaluación clínica y, por lo tanto, se hospitalicen más temprano, si es que se requiere.

Y, en segundo lugar, que estas unidades hospitalarias tengan mayores capacidades resolutivas con un personal más capacitado y también con la concentración de insumos y recursos.

Eso sería todo. Muchas gracias.

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: Muchas gracias, doctor López Ridaura.

Vamos a abrir a preguntas y comentarios.

Juan Carlos Machorro, AM Noticias, y enseguida usted.

PREGUNTA: Buenas noches, doctor. Juan Carlos Machorro, de AM de Querétaro.

Doctor, con esta iniciativa de la jefa de gobierno de hacer pruebas en el Metro, no estima usted que la población piense que las cosas se estén saliendo de control para que en el sistema que transporta a más mexicanos ya se hagan pruebas, o sea, no puede haber un poco de caos, si se puede decir, pues, sí, temor del público.

Y una segunda, si me permite, usted ya había comentado y bueno ya se ha dicho que lamentablemente las fiestas privadas van en aumento, esta situación no sólo de cuestión de jóvenes, hablamos de toda persona de toda edad, esto no sé si los mexicanos ya le están, llamémosle perdiendo el interés a la pandemia, ya le están perdiendo casi-casi hasta el miedo a morirse.

¿Por qué el mensaje no ha sabido que la gente lo entienda de que no es momento ahorita para esas situaciones?

Gracias.

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: Muchas gracias.

Sobre la primera, el programa de protección que tiene la Ciudad de México, que es la modalidad local de lo que está explicando el doctor López Ridaura, y comentó ayer el doctor Cortés, de esta expansión comunitaria que iniciamos o que planteamos desde el mes de junio, y que recordarán que la propia jefa de gobierno y la secretaria de Salud de la Ciudad de México presentaron aquí mismo.

Este programa nos parece que ha sido un gran acierto, posiblemente de las 32 entidades federativas es uno de los programas más completos de extensión comunitaria de la atención COVID con la detección, protección y resguardo, como se llama el propio programa.

Este programa en su momento, y aquí mismo en la conferencia nos preguntaron: ¿Es un programa de pruebas masivas?

La respuesta es: No, no solamente.

Hacer pruebas en forma masiva, lo hemos dicho en innumerables ocasiones, lo seguimos diciendo, no resuelve las cosas por sí mismas.

Detectar personas enfermas de COVID o personas que portan el COVID y tienen capacidad de contagio es desde luego importante si se logra que estas personas entren en un aislamiento preventivo durante 10 a 14 días, si no se logra no tiene ninguna utilidad, ninguna contribución el realizar las pruebas.

Por eso, lo hemos destacado una, otra, otra y otra vez, que la realización de pruebas en sí misma no es lo que va a resolver el problema, sino el hecho de que exista la capacidad de canalizar, orientar a las personas a que entren en resguardo preventivo, preventivo para ellas mismas que están en observación y preventivo para las demás personas, incluida su familia o sus seres cercanos que tendrán menor probabilidad de contagiarse.

En este sentido, y dada la confianza que nos da el éxito que ha tenido el programa en la Ciudad de México consideramos que se hará un buen uso del recurso de las pruebas, precisamente, para orientar la conducción de este programa, la propia jefa de gobierno y su equipo han hablado de las colonias en las que se ha focalizado la identificación del riesgo.

En la Ciudad de México es muy extenso el trabajo de las brigadas comunitarias que van casa por casa, han dispuesto dispositivos electrónicos e innovación tecnológica para identificar más tempranamente a las personas enfermas.

Entonces, no sorprende que, al existir un recurso técnico nuevo, que son las pruebas antigénicas, que aquí mismo comentamos desde inicios de octubre, con la previsión de que en noviembre ya se empezarían a utilizar, hoy se sumen a este programa de detección, protección y resguardo que tiene la Ciudad de México.

INTERLOCUTOR: (Inaudible)

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: Fiestas.

Sí, efectivamente, existe la percepción, realmente nosotros no la tenemos identificada por número, no tenemos una estadística de número de fiestas que ocurren por día, por semana, por fin de semana o por kilómetro cuadrado, ni creo que la tenga ninguna entidad federativa, pero apreciativamente si uno ve que el vecino no me dejó dormir el sábado porque tenía una fiesta a todo volumen, percibo que cada vez hay más fiestas.

Yo no pensaría que es que no haya quedado claro el riesgo, la población está cansada, en México y en el mundo entero, llevamos un año en una pandemia y llega un momento también, quizá pocos ya lo recuerdan que lo comentamos en febrero, cuando indicábamos que los confinamientos se tienen que hacer en el momento oportuno.

Por un lado, para que tengan la mayor utilidad en términos del acontecer epidémico, quizá algunos recuerdan cuando hablábamos del punto de inflexión, el momento en que cambia de la transmisión lenta a la transmisión rápida.

Pero, por otro lado, dijimos no demasiado temprano, porque entonces le sumamos semanas de agotamiento a la población, el agotamiento es no solamente en términos de la economía, el impacto que causa, la pérdida de los empleos, la quiebra de establecimientos, sobre todo del pequeño comercio, sino también la fatiga emocional y física que implica el estar confinados.

Esta misma mañana hablábamos del horizonte de largo plazo, la previsión de largo plazo, la hemos mencionado en un par de ocasiones, la volvemos a mencionar y la seguiremos mencionando, difícilmente COVID-19 va a ser una enfermedad que termine súbitamente y que desaparezca de la faz de la tierra, es muy, muy, muy improbable que eso ocurra.

Solamente una enfermedad que aqueja a los humanos o aquejó a los humanos fue erradicada, que fue la viruela, y esto se logró después de 200 años desde que se descubrió o inventó la vacuna, por cierto, la primera vacuna en ser inventada, 200 años, y no sólo por efecto de la vacuna, sino por un esfuerzo monumental de la salud pública global.

Entonces, no va a ocurrir eso, y en la medida en que eso no va a ocurrir, la previsión, es la buena noticia para que uno no piense que vamos a estar en este estado de intensidad epidémica todo el tiempo, es que la epidemia empezará a tomar fase en el calendario, muy probablemente con predominio en la temporada de otoño-invierno, semejante a la influenza, y la tendremos con nosotros todos los años con aumentos en la temporada fría, disminuciones en la temporada de calor.

Entonces, hay que incorporar a la vida cotidiana la realidad de COVID-19 y tener las precauciones que se han enunciado en innumerables ocasiones, la sana distancia, el lavado de manos, el uso de cubrebocas cuando las distancias no se pueden conservar suficientemente sanas.

Muchas gracias.

Por favor, usted.

PREGUNTA: Gracias, buenas noches, doctor. Karina Aguilar, del Diario 24 Horas.

Preguntarle, usted cuando inició su intervención señaló que va a haber, se avizora un cambio de fase en la pandemia, nos podría decir de qué va este cambio de fase, a qué se refiere concretamente, cuándo podría empezar a darse.

También, en torno a estas pruebas que se van a realizar en el Metro, y que se están anunciando, ustedes el gobierno federal había anunciado también la donación de unas pruebas que hicieron, quiero saber si esta donación y las que se adquirieron ya se están aplicando, en dónde, en algunas comunidades nos decían que justo para detectar algunos casos.

¿En dónde están aplicando?

Y, bueno, doctor, pues prácticamente nos estamos acercando al escenario de los 100 mil fallecidos, al margen de la mala situación alimentaria o del mal régimen alimentario que hemos tenido por años y que seguirá seguramente, desgraciadamente, en el tiempo.

¿Qué se pudo haber hecho para prevenir más estas 100 mil muertes, hubo algo que se pudo haber hecho y no se hizo, o se hizo todo lo que podía hacer?

Gracias.

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: Muchas gracias.

Son preguntas muy relevantes, lástima que nos quedan sólo dos minutos, intentaré responder algunas, si algo queda pendiente con mucho gusto mañana lo continuamos.

Respeto a la fase, esa continuémosla más adelante, en realidad, estoy anticipando, cuando teníamos la fase uno, anunciamos la fase dos; cuando tuvimos la dos, anunciamos la tres; ahora que estamos en la tres, el periodo más largo.

Estamos empezando a posicionar los elementos de la estrategia en actividades específicas, ya las estamos comentando, que en su momento podrían agruparse en una perspectiva completa de fase, pero todavía no, quizá en la siguiente semana vamos a ir detallando esos elementos, y entonces ya hablaremos de esas fases siguientes.

Respecto a la mortalidad prevenible, uno de los elementos fundamentales tiene que ver con las carencias históricas de nuestro Sistema Nacional de Salud.

¿Qué se pudiera haber hecho en retrospectiva?

Se hubiera podido evitar tener un sistema de salud en este grado tan avanzado de deterioro como está ahorita y ha estado en los últimos 25 o 30 años.

Hospitales abandonados, una carencia de más de 240 mil trabajadoras y trabajadores de la salud, esto incluye no sólo médicas y enfermeros, sino todo el conjunto, 240 mil.

Poca inversión en la renovación de equipos, poco entrenamiento del personal en muchos sentidos, en bioseguridad, en estándares de calidad de la atención, en los protocolos de admisión, en el triaje, en la evaluación de riesgos, los servicios comunitarios también francamente deteriorados, con una enorme carencia de personal, poca profesionalización en las actividades específicas de la salud pública, etcétera, etcétera, etcétera.

Entonces, lo que se hubiera podido hacer y que posiblemente, muy posiblemente hubiera resultado en otra realidad, es que a lo largo de 40 años se hubiera pensado que la salud pública, los servicios públicos de salud son una prioridad.

Es la misma reflexión que está teniendo Europa Occidental cuando a lo largo de los años 80 finales, 90 y hasta la fecha presente vio deteriorar sus sistemas de salud que fueron históricamente buenos y competentes.

Es la lección número uno que está teniendo el mundo.

INTERLOCUTORA: (Inaudible)

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: A partir de los recursos y es justo lo que acaba de presentar el doctor López Ridaura y que hemos presentado en innumerables ocasiones, la reconversión hospitalaria hubiera sido innecesaria si tuviéramos un sistema de salud de calidad.

Entonces, esta respuesta que dimos en tiempos acelerados, entre abril y finales de mayo, logramos expandir seis veces la capacidad hospitalaria en camas, cuatro veces en camas con ventilador, y esto no es sólo camas, sino ventiladores, monitores, personal, insumos, protocolos, etcétera.

Hubiera sido innecesario hacer eso si tuviéramos un sistema de salud competente de acuerdo a las necesidades de la población.

INTERLOCUTORA: ¿Lo de las pruebas?

HUGO LÓPEZ-GATELL RAMÍREZ: Las pruebas, le doy esta última, porque son las 20:01, la respuesta rápida, el donativo puede llegar a ser hasta de 200 mil pruebas, es por parte de la Organización Panamericana de la Salud, a quien le agradecemos siempre su apoyo.

No ha llegado todavía, es posible que llegue un primer embarque de 100 mil en los próximos pocos días, pero todavía no, cuando llegue se utilizará y se utilizará en las distintas entidades federativas de acuerdo a la necesidad por el momento epidémico.

Lo que está anunciando el gobierno de la Ciudad de México es una compra que ellos mismos hicieron con recursos de la Ciudad de México.

Muchas gracias.

Son las 20 horas con dos minutos.

Nos vemos mañana en esta misma conferencia.

Gracias.

Presentación de la Conferencia de Prensa 

212. La atención oportuna puede determinar la recuperación de pacientes con COVID-19

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