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Consumo de refresco. A propósito del Día mundial contra la obesidad

Información de la Organización Mundial de la Salud (OMS), especifica que existen 800 millones de personas que viven con obesidad en el mundo, derivado del cambio nutricional hacia dietas poco saludables y estilos de vida sedentarios que se han generado en la mayoría de los países.

Procuraduría Federal del Consumidor | 16 de marzo de 2023

Si bien, son múltiples las causas del incremento generalizado del sobrepeso y la obesidad, existe evidencia de que el consumo de bebidas azucaradas como los refrescos, aumenta el riesgo de padecerla, aunado a otros padecimientos como la diabetes tipo dos y otras enfermedades crónicas, así lo señala el Instituto Nacional de Salud Pública.

En este sentido, datos de la Gaceta UNAM de 2019 mostraron que México ocupó el nada honroso primer lugar entre los países con mayor número de consumidores de refresco con 163 litros al año por persona, 40% más que Estados Unidos, quien ocupó el segundo lugar con un consumo de 118 litros.

En el marco del Día mundial contra la obesidad, que se celebra el 4 de marzo de cada año, presentamos información estadística del consumo de refrescos y bebidas azucaradas, el impacto en la salud y su relación directa con el sobrepeso y la obesidad.

El consumo de refresco

De acuerdo con datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en el estudio La Pesada Carga de la Obesidad. La Economía de la Prevención”, se estimó que México tiene una las más altas tasas de obesidad en donde uno de cada tres adultos es obeso.

Este padecimiento se origina debido al desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas, es decir, la persona consume alimentos y bebidas con alto contenido energético y no realiza suficiente actividad física.

El sedentarismo, sumado a los patrones alimenticios poco saludables, una cantidad insuficiente de sueño y altos niveles de estrés son factores que pueden incrementar el riesgo de tener obesidad.

Las consecuencias más habituales de éste padecimiento es una mayor reducción en la esperanza de vida. En el caso de México se estima que las personas con obesidad viven 4.2 años menos.

Un factor que contribuye al riesgo de padecer obesidad es el consumo excesivo de jugos industrializados, refrescos y bebidas azucaradas en general que aumentan 60% el riesgo de padecer obesidad, 6% un infarto y 26% diabetes, así lo especifica la Secretará de Salud.

En este mismo contexto, el Consejo de Ciencia y Tecnología (Conacyt), destacó en el artículo “Somos lo que bebemos, el bienestar de la sociedad mexicana en juego”, que México cuenta con la región del mundo donde más se consume refresco de cola, el estado de Chiapas.

En este estado, la ingesta de refresco se calculó en 821.25 litros al año por cada habitante; es decir, un consumo diario de 2.2 litros.

Por lo tanto, no resulta extraño que la diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad, en conjunto representen la segunda causa de consulta, principalmente en personas de 50 años y más.

Algunas acciones

Los países que conforman la OCDE, dedican 8.4% de su presupuesto total en salud al tratamiento de enfermedades relacionadas con la obesidad, padecimiento que está detrás del 70% de todos los costos de tratamientos relacionados con la diabetes, 23% con enfermedades cardiovasculares y 9% del cáncer.

Acorde con el organismo, México ha adoptado medidas como el etiquetado de alimentos obligatorio en la parte frontal de los envases e impuestos sobre las bebidas azucaradas y los alimentos no esenciales con alto contenido calórico.

No obstante se sugieren algunas acciones adicionales:

  • Un paquete combinado, que incluya el etiquetado de los menús, la prescripción médica de actividad física y programas de bienestar en el centro de trabajo, podría prevenir hasta 290 000 enfermedades no transmisibles de aquí al año 2050, ahorrar 465 millones de pesos mexicanos al año en costos sanitarios, y aumentar el empleo y la productividad en alrededor de 16 000 trabajadores a tiempo completo por año.
  • Lograr una reducción calórica del 20% en los alimentos con alto contenido en azúcar, sal, calorías y grasas saturadas podría prevenir 1.4 millones de enfermedades no transmisibles de aquí al año 2050, ahorrar a México 1,99 mil millones de pesos mexicanos al año en costes sanitarios, y aumentar el empleo y la productividad en una cuantía equivalente a 71 000 trabajadores a tiempo completo por año.

Pero ¿Qué tan dulce es?

De acuerdo con la Escuela de Salud Pública de Harvard, una sola cucharada de refresco contiene 4.2 gramos de azúcar. Ahora, imagina vaciar de 7 a 10 cucharadas llenas de azúcar al vaso de agua de 12 onzas que piensas ingerir. ¿Te parece demasiado dulce? Este ejercicio puede ser una forma de visualizar la cantidad de azúcar contenida en este tipo de bebidas.

Y es que después del agua, el azúcar es el segundo ingrediente con mayor presencia en las bebidas saborizadas y refrescos. Dependiendo de cada marca, los contenidos varían entre 4 y 28 gramos de azúcares.

La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) especifica en su estudio de laboratorio de mayo del 2012 que en las bebidas de sabor y refrescos se pueden encontrar, además de agua, algunos de los siguientes aditivos:

  • Acidulantes. Como su nombre lo sugiere, se utilizan para manipular la acidez de los alimentos, modificando o reforzando su sabor.
  • Dióxido de carbono. La diferencia entre un refresco y una bebida saborizada reside en el agua carbonatada es decir, adicionada con ácido carbónico y dióxido de carbono, responsable del famoso “gas” y, por lo tanto, del burbujeo al abrir las latas o botellas.
  • Edulcorantes. Conocidos también como “sustitutos de azúcar”, su función, es endulzar los productos. Dependiendo de su origen se pueden encontrar: naturales o nutritivos, y sintéticos o artificiales (o no nutritivos). Entre el primer grupo encontramos a la stevia y al sorbitol. Del segundo grupo destacan el aspartame, el acesulfame K, la sacarina y la sucralosa, que se caracterizan por un nulo aporte energético.
  • Conservadores. Esta clase de aditivos –sean de origen natural o artificial– se utiliza con el objetivo de prevenir el deterioro que provocan los microorganismos presentes en los alimentos.
  • Colorantes. Según diversos estudios, los colores incluidos influyen en la percepción del sabor y, por ende, en la preferencia de los consumidores. De ahí que los colorantes alimentarios jueguen un papel destacado en la industria, especialmente en el ramo dedicado a la elaboración de bebidas.

Infórmate y cambia

Si eres de las personas para las que tomar refresco, más que un hábito, es una adicción, es conveniente reducir las porciones poco a poco y tratar de mantenerte hidratado con agua la mayor parte del tiempo, para disminuir el antojo. Y si a lo anterior, analizas la importancia y beneficios que el agua trae a tu cuerpo, los resultados serán mejores.

De acuerdo con la Clínica Mayo, tu cuerpo depende del agua para sobrevivir toda vez que es el componente químico principal del cuerpo y representa aproximadamente del 50% al 70% del peso corporal.

Cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente. El agua hace posible todo lo siguiente:

  • Elimina los desechos a través de la orina, la transpiración y las deposiciones.
  • Mantiene la temperatura en niveles normales.
  • Lubrica y amortigua las articulaciones.
  • Protege los tejidos sensibles.

Por el contrario, la falta de agua puede provocarte una  deshidratación, un trastorno que ocurre cuando no hay suficiente agua en el cuerpo para llevar a cabo las funciones normales. Incluso una deshidratación leve puede agotar tu energía y causarte cansancio.

Pero, uno, dos, o ¿cuántos litros al día deberíamos de beber? Es una de las preguntas que muchas personas se hacen. A este respecto, el sitio de la Catedra Internacional de Estudios Avanzados en Hidratación, cuenta con la Guía de hidratación con base en datos de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés).

En el siguiente cuadro, te mostramos las recomendaciones de ingesta de total de agua en función de la edad y sexo (Ver cuadro).

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No obstante, la ingesta total de líquidos dependerá de diferentes factores:

  • Ejercicio. Si haces cualquier actividad que te haga sudar, necesitas beber agua adicional para cubrir la pérdida de líquidos. Es importante beber agua antes, durante y después de un entrenamiento.
  • El entorno. El clima cálido o húmedo puede hacerte sudar y que bebas más líquido. La deshidratación también puede ocurrir a grandes altitudes.
  • Salud general. Tu cuerpo pierde líquidos cuando tienes fiebre, vómitos, diarrea u otras afecciones. Bebe más agua o sigue la recomendación de un médico de beber soluciones de rehidratación oral.
  • El embarazo y la lactancia. Si estás embarazada o amamantando, es posible que necesites más líquido para mantenerte hidratada.

Para que tengas una idea del consumo de bebidas y su porción recomendable al día, la Secretaria de Salud propone la jarra del buen beber, como una guía para la correcta hidratación y como ayuda para evitar el sobrepeso (Ver imagen).

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Apégate lo más posible a las cantidades líquidas sugeridas. Si bien es preferible optar por el agua natural, puedes ingerir otros tipos de bebidas con moderación, cuidando las cantidades que consumes al día, sobre todo si contienen azúcares.

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La obesidad es reversible

Bajo el entendido de que la obesidad se origina debido a que existe un desequilibrio energético entre las calorías consumidas y gastadas, es decir, cuando consumes alimentos y bebidas con alto contenido energético y no realizas suficiente actividad física, ha llegado el momento de hacer cambios saludables en beneficio de tu calidad de vida en el corto y largo plazo.

No esperes más, infórmate e inicia tu transformación con buenos hábitos, menos kilos y más salud. Considera las siguientes recomendaciones:

  • Para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad, la Norma Oficial Mexicana NOM-008-SSA3-2017 especifica que es necesario incluir un tratamiento nutricional, psicológico, de rehabilitación, de actividad física y, en su caso, quirúrgico. Acude con el profesional de la salud, en este caso un Licenciado en Nutrición con cédula profesional que puedes verificar en el Registro Nacional de Profesiones.
  • Evita la sensación de sed bebiendo agua a lo largo del día. Si esta aparece, es probable que haya cierto grado de deshidratación en el organismo.
  • Consume alimentos ricos en agua: frutas y verduras, caldos, sopas, etc.
  • No es recomendable beber agua en exceso, te puedes producir una intoxicación hídrica.
  • Toma en cuenta las necesidades específicas de agua de cada persona (en función de la edad, sexo, actividad física, condiciones fisiológicas especiales, etc.), solicita asesoría con un profesional de la salud.
  • Cuida la ingesta de líquidos en niños y personas mayores, aun cuando no expresen sensación de sed.
  • Revisar las etiquetas no está de más. En el caso de las bebidas saborizadas y refrescos, conviene fijarse en el aporte calórico y el contenido de azúcares, pues son el segundo ingrediente con mayor presencia después del agua.
  • Aumenta el consumo de verduras y frutas y disminuye el consumo de alimentos que contengan grasas, carbohidratos y sal.
  • Al comer, que ésa sea tu única actividad. Hazlo con tranquilidad, disfruta tu comida y evita realizar otras actividades que interfieran con la percepción del hambre y la saciedad.
  • Acumula al menos 30 minutos de actividad física al día.

Fuentes:

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