MODERADOR: Preside esta ceremonia conmemorativa, Centenario Luctuoso del General Felipe Ángeles el presidente de los Estados Unidos Mexicanos, licenciado Andrés Manuel López Obrador.

Integran el presídium la doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, esposa del presidente de México.

General Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional.

Almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina.

Senadora Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores.

Doctor Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad y Protección Ciudadana.

Doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de la Ciudad de México.

Doctora Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación.

Distinguidos integrantes del Gabinete Legal y Ampliado del Gobierno de México, funcionarios de la Secretaría de la Defensa Nacional y de Marina, generales en la honrosa situación de retiro, invitados especiales, representantes de medios de comunicación y público en general.

Reciban todos la más cordial bienvenida.

Hace uso de la palabra el general de brigada diplomado de Estado Mayor, Julio Álvarez Arellano, director del Heroico Colegio Militar.

JULIO ÁLVAREZ ARELLANO, DIRECTOR DEL HEROICO COLEGIO MILITAR: Licenciado Andrés Manuel López Obrador, presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas; doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, esposa del presidente de la República; senadora Mónica Fernández Balboa, presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Senadores; doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa de gobierno de esta ciudad.

Respetables integrantes del Gabinete Legal y Ampliado del Gobierno de México; apreciables familiares del general Felipe Ángeles, invitados especiales, compañeros de armas en servicio activo y en honrosa situación de retiro, representantes de los medios de comunicación.

Tengan todos ustedes muy buenos días.

Es un honor hacer uso de la palabra en esta conmemoración del centenario luctuoso del general Felipe de Jesús Ángeles Ramírez. General revolucionario egresado del Colegio Militar que ocupa un lugar especial en la historia nacional por las cualidades que los distinguieron como hombre culto, de principios e ideales, pero sobre todo por sus aportaciones a la causa revolucionaria.

Su ascendencia y ejemplo familiar sin duda influyeron para despertar en él la vocación por la carrera de las armas, puesto que su padre, el coronel Felipe Ángeles, combatió la invasión norteamericana en 1847 y la segunda invasión francesa, ocupando además diversos cargos públicos en la tierra natal, el estado de Hidalgo.

Con estos antecedentes, el general Felipe Ángeles a la edad de 14 años ingresó al Colegio Militar, emblemático plantel donde formó una personalidad serena, carácter firme, lealtad y apego a la disciplina.

Desde cadete mostró una notable inteligencia y siendo sargento segundo de alumnos se le designó para impartir la clase de Mecánica Analítica. Una vez egresado y debido a su apego al conocimiento regresó al Colegio Militar como profesor de matemáticas.

Con tenacidad fue ascendiendo en la carrera militar y paralelamente participó en diversos proyectos relacionados con el mejoramiento de armamento y municiones, y con las experiencias adquiridas profundizó en la investigación escribiendo tratados de balística, prácticas de tiro y artillería.

Fue director de la Escuela Nacional de Tiro y posteriormente se le ordenó trasladarse a Francia para realizar un curso práctico de artillería. Mientras se encontraba en ese país, en México inició el movimiento revolucionario encabezado por don Francisco I. Madero mediante la proclamación del Plan de San Luis en 1910.

Después del triunfo de este movimiento en enero de 1912, el general Ángeles regresó a nuestro país y se adhirió al nuevo proyecto nacional identificado plenamente con la visión democrática de don Francisco I. Madero.

El Apóstol de la Democracia, en su calidad de primer mandatario, lo designó como director del Heroico Colegio Militar donde realizó reformas a la educación castrense, incluyendo en los planes de estudio materias del área de humanidades e implementó disposiciones para elevar la moral de los cadetes. Como reconocimiento por estas acciones y por su destacada trayectoria militar, ascendió a general brigadier en 1912.

Durante la Revolución en las misiones que se le encomendaron se distinguió por emplear métodos conciliadores y evitar los excesos. Sus dotes de gran estratega le permitieron participar con éxito en importantes batallas que definieron el rumbo de la Revolución, como la Toma de Torreón, la Batalla de Paredón y la Toma de Zacatecas.

En todas las acciones donde participó quedó de manifiesto su sentir humanista a través de su preocupación por preservar la vida de soldados y civiles, ofreciendo un trato digno a los prisioneros.

Su actitud era pacificadora, de diálogo y de conciliación. En ese sentido, al general Ángeles se le conoció por el cúmulo de valores que poseía como soldado y como ciudadano. Abrazó con determinación los principios de la democracia, defensa de las instituciones legalmente constituidas: justicia, paz social, progreso y respeto por la vida.

Actuó siempre con honestidad, sin prestarse a actos de corrupción, convencido de que debían cuidarse los recursos del pueblo. Fiel a sus convicciones demostró subordinación, marcado patriotismo, lealtad y amor por México.

La firmeza de sus ideales de justicia y una vida digna para el pueblo chocaron con aspiraciones muy distintas de esos preceptos. Esas diferencias marcaron el camino que seguiría el destino del general Ángeles y el 26 de noviembre de 1919 entregó la vida en aras de un mejor país.

Por ello hoy, en su centenario luctuoso, lo recordamos en este marco solemne con respeto y nostalgia.

Señor presidente.

La profesión militar acrisola valores que desde la etapa de formación moldean a quien la ejerce por vocación como una forma de vida. De esta manera, en el Heroico Colegio Militar, cuna del general Felipe Ángeles, así como en todos los planteles de educación militar, se forjan las futuras generaciones con honor, lealtad, honestidad y un compromiso perene con la patria.  El legado virtuoso del general Felipe Ángeles se constituye en digno ejemplo que se manifiesta todos los días a través del actuar del soldado mexicano en el servicio a la patria.

Así como el general Ángeles compartía la visión democrática del presidente Madero, nosotros respetamos la democracia y el orden constitucional. Así como el general tenía por principio el respeto a la vida, nosotros respetamos los derechos humanos de las personas. Así como el general Ángeles respetaba y defendía las instituciones legalmente constituidas, continuamos respetándolas y defendiéndolas quienes servimos en las Fuerzas Armadas. Así como el general Ángeles tenía profundo amor por México, lo tenemos quienes actualmente portamos el uniforme militar. Así como el general Ángeles era leal a la institución presidencial que en su momento representó don Francisco I. Madero, en la actualidad los soldados de México seguimos siendo leales.

Compañeros de armas:

Mantengamos el legado de integridad y valores del general Felipe Ángeles conduciéndonos siempre con disciplina, honor, lealtad, patriotismo, honestidad y sentido del deber en el desempeño de las misiones que tenemos encomendadas.

Trabajemos siempre con esa misma visión de que las tareas que desarrollamos ahora servirán en el futuro para la transformación y el bien de la patria.

A 100 años de la muerte del general Felipe Ángeles, honremos la memoria de este destacado militar y héroe revolucionario que vivió y murió sin alejarse de sus ideales y de su convicción de construir un mejor México.

Muchas gracias.

MODERADOR: Los cadetes Iris Carolina Villafuerte Guillén y Juan Enrique Castillo Bravo pertenecientes al Heroico Colegio Militar declamarán la poesía titulada Salve artillero.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN: Salve artillero inmortal en tu mirada tranquila reflejaba la nobleza que tu alma perpetuaba, en tu sangre de héroes y de gloria.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO: Patriotismo y pureza reflejaba en tu afán por instaurar la democracia, pero la bestia, herida por la envidia, rodeaba tu existencia temeraria.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN: Era tanta la luz que emanabas, que el traidor tuvo miedo a tu presencia. Pegaso místico, mi artillero mexicano galopando en los cielos de la historia.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO: Traicionado en el Cerro de La Mora fue tu Gólgota, Iscariote y Pilatos te rodeaban, fue tu muerte tu gloria ejecutando sentencia.

VOCES A CORO: Pelotón: Preparen, apunten, fuego.

Al corazón pediste que apuntaran para apagar de tu pasión el fuego de la patria que amabas.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO:  A hombres como yo se les dispara al corazón. No a la cabeza.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN:  Y plasmaste tu lealtad de puño y letra.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO:  Mi muerte hará más bien a la causa democrática que todas las gestiones de mi vida.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN:  La sangre de los mártires fecundiza las buenas causas.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO:  Madero fue apóstol de una causa.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN:  Y Villa es un santo en los altares.

VOCES A CORO: Sabe Dios que en la Huasteca temeraria eres arcángel conciliador que calma tempestades. 

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN:  Los fusiles apuntaron a su pecho degradado por Huerta y por la escoria, por cada estrella que el canalla disfrutara arrancando del quepí tu propia historia.

Dios te otorgó las estrellas de los cielos y el manto de la gloria.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO:  Cuenta la historia que aquel pelotón que acabó con su vida nunca logró borrar de su memoria aquella herida.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN:  A la hora de su muerte una extensa nube negra cubrió el cielo de la hidalguense Huasteca, eran los tordos llorando por el héroe de su tierra.

VOCES A CORO: Salva artillero inmortal, como herencia sublime nos dejaste.

IRIS CAROLINA VILLAFUERTE GUILLÉN:  El amor a la verdad.

JUAN ENRIQUE CASTILLO BRAVO:  El linaje inconfundible a la palabra.

VOCES A CORO: Y el supremo valor de la lealtad.

MODERADORA: El teniente de infantería Uziel García Correa, dará lectura a la vida, obra y ocaso del general Felipe Ángeles.

UZIEL GARCÍA CORREA, TENIENTE DE INFANTERÍA: El general Felipe Ángeles, destacado artillero, nació el 13 de junio de 1868, en Zacualtipán, Hidalgo.

Desde su niñez tuvo contacto con la vida militar, ya que su padre, el coronel Felipe Ángeles, combatió la invasión norteamericana de 1847 y contra la segunda intervención francesa en 1863.

Esto influyó notablemente en la vocación por la carrera de las armas del joven Felipe, quien el 26 de enero de 1883, y contando con tan sólo 14 años de edad, ingresó al Colegio Militar.

A lo largo de sus años de estudio mostró una notable inteligencia, formó una personalidad serena, carácter firme, leal y apegado a la disciplina castrense, pero sobre todo al conocimiento y a la ciencia reflejado en su dedicación como profesor y formación de los nuevos cadetes de su alma mater.

Dentro de esta notable institución, el general Ángeles logró tener los grados de teniente de plana mayor facultativa de ingenieros, capitán segundo, capitán primero y mayor de plana mayor facultativa de artillería, teniente coronel técnico de artillería permanente, coronel técnico de artillería y general brigadier.

Escribió tratados acerca de balística, práctica de tiro y de artillería. Formó parte de la Fundición Nacional de Artillería donde tuvo la oportunidad de realizar numerosas innovaciones tecnológicas para producir armamento.

Participó en el estudio de la carga reducida para el armamento con sistema Remington de siete milímetros.

Formó parte de la comisión que inspeccionó la construcción del material de 75 milímetros del sistema Schneider-Canet tipo ligero y posteriormente la de la construcción del cañón Saint Chaumond-Mondragón en París, Francia. Estudió la pólvora sin humo propuesta por el norteamericano Hudson Maxim.

Fiel a sus ideales y a la carrera de las armas, el destacado hijo del Colegio Militar, una vez que se enteró del comienzo del movimiento revolucionario maderista, solicitó regresar al país; sin embargo, le fue negada su solicitud para continuar con sus estudios.

A su regreso, se identificó con la visión democrática del presidente Francisco I. Madero, quien los nombró jefe del Primer Regimiento de Artillería y posteriormente director del Colegio Militar de Chapultepec.

Al suscitarse el cuartelazo contra el presidente Madero en febrero de 1911, Ángeles se trasladó a la capital del país y su destino fue similar al del presidente y vicepresidente, pues fue aprehendido; sin embargo, a él se le perdonó la vida debido a su prestigio militar y se resolvió enviarlo nuevamente a Francia.

Encontrándose en el viejo continente recibió la invitación de Venustiano Carranza para unirse al Ejército Constitucionalista.

A su llegada a Sonora fue nombrado subsecretario de Guerra y Marina, y posteriormente y a petición del general Francisco Villa, se incorporó a la División del Norte con el cargo de comandante general de Artillería y con quien lucharía posteriormente en contra de las tropas constitucionalistas, hasta su derrota en las batallas de Celaya en 1915.

Con la victoria del Ejército Constitucionalista y el gobierno de Carranza reconocido por los Estados Unidos de América, el general Felipe Ángeles se exilió a dicho país, donde proclamó el Plan de Río Florido, buscando unificar a todos los grupos revolucionarios levantados en armas contra Carranza.

Por este motivo se unió de nuevo al general Villa, con quien atacó el 12 de abril 1919 la población de Hidalgo del Parral y el 14 de abril del mismo año Ciudad Juárez, Chihuahua. Posteriormente se separó definitivamente de las filas revolucionarias por no estar de acuerdo con las ideas y acciones del Centauro del Norte.

Ante este panorama, el destacado general Ángeles reunió a un reducido grupo de partidarios con los cuales marchó por Chihuahua. En esta travesía enfermó de paludismo y con la necesidad de descansar su débil cuerpo se resguardó en una cueva en la Sierra de Nonoava, Chihuahua, lugar donde fue capturado debido a la traición de uno de sus hombres y conducido en tren a la ciudad de Chihuahua.

Para el día 23 de noviembre de 1919 iniciaron las sesiones del Consejo de Guerra al cual fue sometido y, después de un par de días, ante la mirada de un número considerable de ciudadanos, el 26 de noviembre de 1919 se apagó la llama de uno de los héroes de la Revolución mexicana, el más grande de los artilleros que ha conocido la historia de nuestro país.

Muchas gracias.

MODERADOR: Escuchemos el mensaje que dirige la doctora Beatriz Gutiérrez Mueller, esposa del presidente constitucional de los Estados Unidos Mexicanos.

BEATRIZ GUTIÉRREZ MUELLER: Buenos días, señoras y señores, soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas, familiares del general Felipe Ángeles, representantes del Poder Ejecutivo y legislativo. Señor presidente, buenos días.

Felipe Ángeles fue sentenciado a muerte por el Consejo de Guerra Extraordinario reunido en Chihuahua el 25 de noviembre de 1919. Citado tres días antes, este tribunal declaraba culpable a Felipe Ángeles por del delito de rebelión y deserción ante el enemigo.

Presidían tal consejo Manuel M. Diéguez, el general de brigada Gabriel Gavira y cuatro vocales: Miguel M. Acosta, Silvino M. García, Fernando Peraldi y J. Gonzalo Escobar. Se reportaba casado con 50 años de edad originario de Zacualtipán, Hidalgo.

En dicho proceso estaban inculpados también el mayor Néstor Enciso de Arce, casado de 26 años originario de Rincón Antonio Oaxaca; y Antonio E. Trillo de 18 años, soltero y de Chihuahua.

La determinación del Consejo de Guerra fue fusilarlo, lo cual ocurrió a primera hora del 26 de noviembre de 1919. No sirvieron las gestiones de sus antiguos amigos ni de Sara Pérez, la viuda de Francisco I. Madero, a quien permaneció devoto y fiel aún después de la Decena Trágica.

Cables y noticias recogieron su detención. Declaró por qué había vuelto a México y por tanto fue capturado en Chihuahua.

Cito: ‘Vine buscando a Villa para pedirle magnanimidad en el trato a los prisioneros e hice gestiones para pasarme al sur, para hacer la misma labor acerca de los demás jefes rebeldes’. Agregó: ‘La violencia de muchos revolucionaros tiene este fundamento, la dominación española de tres siglos y los gobiernos despóticos y dictadores han hecho servil el alma del pueblo’. Villa le llegó a decir: ‘Usted es el primer hombre que me contradice y no ha muerto’.

Según los periódicos del 27 de noviembre, Ángeles demostraba serenidad y entereza en el momento de su ejecución.

Él mismo decidió en qué lugar recibía el tiro y arregló con los oficiales la forma como iba a perecer. No quiso que le vendarán los ojos, la muerte fue instantánea.

El general se desplomó.

Fue un incondicional del presidente Francisco I. Madero. Con él y con Pino Suárez pasó la última noche en vida de los dos titulares del Ejecutivo.

Días antes de morir expresó, cito: ‘Madero era benévolo con todos sus enemigos y, sin embargo, estos enemigos seguían en su contra hasta hacerlo caer. La muerte de Madero hizo más bien al país que todas las gestiones que hizo en su vida, porque los enemigos comprendieron su error, y si la Revolución sigue el mismo procedimiento, seguirán muriendo líderes y gente’.

En declaraciones últimas al periódico El Heraldo dijo resignado, cito: ‘Hago votos por la felicidad de la patria, y quisiera que todos los mexicanos se unieran para lograr la consolidación del gobierno del señor Carranza, y que los estadistas pusieran todo su empeño para resolver los arduos problemas que afligen a la nación. He querido, durante mi consejo de guerra, justificar los actos de mi vida, no para salvarla, sino que para cuando ya no exista, se diga que no fui un hombre malo’.

Descanse en paz, general Ángeles, con honor y justicia en el centenario de su fusilamiento.

Muchas gracias.

MODERADORA: La Banda de Guerra del Heroico Colegio Militar ejecutará el toque militar Silencio en honor al general Felipe Ángeles.

(TOQUE MILITAR)

MODERADOR: El presidente de la República hará entrega de una bandera y biografía de la vida, obra y ocaso del general Felipe Ángeles, al arquitecto Raúl Gómez Ángeles, sobrino bisnieto del general Felipe Ángeles.

(ENTREGA DE BANDERA Y BIOGRAFÍA)

MODERADOR: En el marco de esta ceremonia, una compañía de cadetes del Heroico Colegio Militar realizara una salva de fusilería.

(SALVA DE FUSILERÍA)

MODERADORA: Finaliza esta ceremonia con los honores al presidente de los Estados Unidos Mexicanos y comandante supremo de las Fuerzas Armadas.

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