Los huaves (mero ikooc) son conocidos también como mareños o huazantecos. Cuentan con tres celebraciones principales: la Fiesta de la Candelaria, en febrero; Corpus Christi, en mitad del año, y la fiesta patronal, a finales de año. En San Francisco del Mar el festejo del santo patrono es el día 4 de octubre. Estas fiestas coinciden con fechas y periodos significativos en el ciclo temporal: la fiesta de Corpus indica el término de la época de sequía, anunciando la época de lluvias y que ésta terminará con la celebración de la fiesta patronal.

En las prácticas musicales que los huaves utilizan durante sus celebraciones se mantiene el uso de instrumentos de probable origen prehispánico, como lo es el caparazón de tortuga, que es percutido con astas de venado, o la flauta de carrizo de dos orificios.

Las danzas: su tiempo y espacio

El profesor Celso Gómez Parada realizó una investigación para dar a conocer las manifestaciones tradicionales huaves de la comunidad de San Francisco del Mar, que no son tan conocidas como las del poblado huave de San Mateo del Mar. En su trabajo, el profesor Gómez Parada refleja una visión muy particular sobre los orígenes y desarrollo de las danzas de este pueblo, posteriormente es retomado por el grupo cultural Mi Kualaj Xa Kambaj y encuentra en este fonograma la oportunidad de compartir parte de su vida cultural. A continuación se presenta la explicación de algunas danzas que se incluyen en este disco.

Danza del borrego. Pueblo huave. Oaxaca.

DANZAS HUAVES

La principal motivación del pueblo huave para realizar sus danzas de manera continua en su ciclo festivo y ceremonial se fundamenta en el intento por lograr un equilibrio en las fuerzas de la naturaleza: el viento, la tempestad y las diversas calamidades que puedan acarrear. De la misma forma, las danzas también se ofrecen para aplacar el posible coraje de las divinidades, o bien pueden ser una petición de sustento en las necesidades básicas humanas. Pero sobre todo, tal como lo manifiestan ellos mismos, las danzas son alimento de su fe y su alegría por vivir; en general, son un conjunto de sones o danzas que juegan un papel vital en el culto religioso que practican. De hecho, su ejecución es uno de los momentos más destacados en el transcurso de alguna celebración. Aunado a esto, la música y la danza son elementos de cohesión social que logran que participen en cada fiesta todos los jefes de familia del pueblo, lo que permite la convivencia de la comunidad.

“Danza de los Negros” (Mi Son Munatso)

En el inicio de las fiestas, los danzantes son los encargados de anunciar el comienzo del festejo y de las danzas. Hoy en día son acompañados simbólicamente por dos animales: el toro y el caballo traídos por los españoles. El primero simboliza la bravura y la fuerza y el segundo el poder.

Todos los presentes huyen de la bravura del toro, pero el jinete los incita a hacerle frente, representando una simbólica corrida. Al llegar a alguna casa o templo, la flauta y el tambor enmudecen para que la banda de música interprete el son del torito. Al concluir, el toro es guardado para dar lugar a las demás danzas.

Danza “del Paseo” o “del Respeto” (Majior Respet Natam ni Pinaj) Visita a los mayordomos

En la “danza del Paseo” o “del Respeto” (Majior Respet Natam ni Pinaj) se revela el profundo respeto y aprecio que el huave tiene a sus jefes y mayores. Actualmente se ejecuta para hacerle una visita a los mayordomos de la fiesta de Corpus Christi, después al presidente municipal y, por último, a las personas más destacadas de la población, que nosotros llamamos principales. La “danza del Paseo” es símbolo de unidad entre el pueblo y la autoridad.

Los danzantes en fila india avanzan al mismo tiempo que ejecutan pasos de derecha a izquierda, dando la impresión de que al danzar están saludando. Finaliza con la llegada al domicilio del visitado, quien corresponde la distinción repartiendo una tacita de chocolate a cada danzante.

“Homenaje y la Amistad” (Nungaxnaty entre Kambaj)

Los aztecas extendieron sus dominios hasta el señorío de los huaves. En 1469 Axayácatl sometió al pueblo, aunque esta dominación no resultó negativa, pues terminó en una alianza con la gran Tenochtitlan contra las ambiciones de Cosijoeza, rey de Zaachila. Los huaves dedican esta danza en recuerdo de los que después llegaron a visitarlos.

“Parejas Divinas” (Ajkiaj Sond Nanga)

Para su ejecución, se forman los danzantes en fila, de dos en dos, en actitud de reverencia hacia alguna entidad sagrada ajena a las costumbres y creencias católicas impuestas por el hispano.

La ejecución de la danza exige una disciplina, un orden exacto al compás de la flauta y el tambor, pues en cada repetición de la melodía dos danzantes salen de sus respectivas filas para formar dos hileras más, haciendo de esta manera, a media danza, cuatro filas, mismas que regresan a su estado inicial (en filas de dos) conforme lo marca la melodía. Termina cuando retornan a dos filas con una sonora reverencia de voces ininteligibles y ruido de morros (sonajas).

Antiguamente era ejecutada frente a las laderas del Puchumbaj, pequeño cerro lleno de tradición y leyenda donde existen antiquísimas trincheras, cuyas piedras demuestran la habilidad que tuvieron sus ancestros para plomear la roca sin ninguna argamasa. Se dice que allí están sepultados los ídolos de sus antepasados.

“Danza del Caballo” (Mi Sond Caway)

El ritual de esta danza constituye una de las actividades características de hombre huave, pues a través de ella expresa el orgullo de su cultura y su afición de domador de algunos animales; demostrando su talento y habilidad, logra “amansar” al caballo en un descuido. Es ejecutada por dos danzantes: uno, con una jícara de morro ofrece maíz al caballo, tratando de cansarlo. El otro danzante representa al caballo, quien haciendo los movimientos de este animal llega a ser dominado, momento que marca el final de la danza.

“Danza del Sapo y la Culebra” (Mi Sond a Chillam Yndiok)

La intención de esta danza es calmar los vientos y la tempestad. Para que la tormenta ceda es necesario que otro ser la apacigüe: la culebra o tromba es la que se lleva las lluvias a otras partes. Los huaves, como otros pueblos indígenas de México, rindieron culto al sapo como animal de agua, pues éste, junto con distintas variedades de culebras, abunda en los pantanos de la región.

En esta danza se representa la forma en que la serpiente atrapa al batracio: lo rodea, lo asusta y, por último, lo devora. En esta escenificación, cada danzante se constituye en la defensa del sapo, dando la sensación de que se paralizan al rozar el cuerpo de la culebra: sin defensa, el sapo es tocado, no se mueve más y la danza termina con el triunfo de la culebra sobre su víctima. En las evoluciones los danzantes contorsionan su cuerpo a semejanza de una culebra al avanzar.

“Danza del Borrego” (Mi Sond a Sap)

Se ejecuta siempre con dos danzantes: uno representa al hombre y  el otro al borrego. Esta danza es la escenificación ritual de la necesidad que tiene el humano de  alimentarse. El hecho de que se toree al borrego, más que un sacrificio, representa al conjunto de artificios que se construyen para cazarlo.

“Son del Toro”

Es un baile recreativo por medio del cual se divierten los espectadores, quienes admiran las aptitudes de los osados toreros. Esta danza consiste en lidiar con el toro, al ritmo de la banda de música.

Los integrantes de la danza, los “toreadores”, que pueden ser hombres y mujeres, demuestran su habilidad para bailar, dar saltos y giros. En la parte final interviene el caballo y los “toreadores”, que terminan zapateando.

“La Tortuga” (Mi Sond a Wiñ)

Este baile es una representación de la larga caminata que el huave efectúa para encontrar la tortuga, allá en el tumbo del Océano Pacífico, tras larga búsqueda. Aunque en esta tarea no se ocupan las mujeres, el hallazgo beneficia a la familia, por lo que, a diferencia de otras danzas, este baile se ejecuta entre hombres y mujeres.

Intérpretes: Víctor García Martínez,  (flauta), José Manuel Martínez Vargas, (tambor y caparazón de tortuga), Crisanto Vicente Vargas,  (tambor y caparazón de tortuga), Gregorio Ruiz Vargas,  (tambor), José Roberto Martínez, (flauta el “Salvaje” y tambor).

San Francisco del Mar, Oaxaca. Música y danzas huaves. Fonograma en Soundcloud

Escucha las piezas del fonograma "San Francisco del Mar, Oaxaca. Música y danzas huaves" en el canal de Soundcloud del INPI.