Del nombre
Según la tradición oral del grupo, la palabra mayo significa "la gente de la ribera". Los mayos se reconocen a sí mismos como Yoremes: "el pueblo que respeta la tradición"; en contraposición, al hombre blanco le llaman : "el que no respeta". A los indígenas que niegan sus raíces y compromisos comunitarios los conceptualizan como torocoyori: "el que traiciona", "el que niega la tradición".
Localización
La región mayo se localiza entre la parte norte del estado de Sinaloa y sur de Sonora. En Sinaloa sus comunidades se distribuyen en los municipios de El Fuerte, Choix, Guasave, Sinaloa de Leyva y Ahome. En el estado de Sonora los municipios de Álamos, Quiriego, Navojoa, Etchojoa y Huatabampo.
Debido a su proceso histórico, los mayos han tenido que compartir su territorio con mestizos. Prácticamente en todas las comunidades ambos grupos conviven y en algunas localidades los indígenas han sido desplazados por el otro grupo; los mayos viven preferentemente en comunidades donde se localizan sus centros ceremoniales como son: Júpare, Etchojoa, San Pedro, San Ignacio Cohuirimpo, Pueblo Viejo, Navojoa, Tesia, Camoa, Huatabampo y Conicárit en el estado de Sonora.
Como miembros de la familia cahita, se relacionaban anteriormente con los yaquis, ocoroni y guasave, estos dos últimos grupos ya desaparecidos; actualmente los mayos de Sonora se relacionan con los yaquis hacia el norte y al este (la sierra) con los guarijíos.
Antecedentes históricos
Los mayos comparten con los yaquis su origen, lengua e historia; son dos culturas hermanas. Los warohios, los rarámuri, los guarijíos, los mayos y los yaquis son el resultado de un proceso de redistribución étnico-regional que transformó el carácter de estos grupos.
Por los vestigios rupestres de esta zona, llamada Aridoamérica, podemos registrar la existencia de la cultura de Huatabampo aproximadamente desde el año 180 a.C. Los primeros pobladores de la región se dedicaban a la cacería, la pesca y la recolección. Paulatinamente fueron desarrollando una técnica agrícola que les permitió asentarse en diversas comunidades a lo largo de una gran extensión.
El primer enfrentamiento bélico que tuvieron los mayos fue con los españoles, dirigidos por Nuño de Guzmán en 1531; en 1584 se da el primer establecimiento formal de los españoles en su territorio, a partir de la construcción del fuerte de Montesclaros. La influencia de los jesuitas, tras su llegada en 1591, fue decisiva para la pacificación. Correspondió a Diego Martínez de Iturralde vencer militarmente a los mayos y firmar su sometimiento a la Corona española en 1599. Sin embargo, éstos no cesaron de resistirse a los españoles. Luego de la firma se inicia la colonización y evangelización a cargo del jesuita Pedro Méndez, quien se encargó de construir siete capillas que funcionaron como ejes integradores de las comunidades en la región.
En 1700 el actual estado de Sonora pertenecía a la Audiencia de Guadalajara y el control lo ejercían los jesuitas, hecho que cuestionaban los mayos, puesto que no tenían el control de su propio gobierno ni de los puestos clave. Esto, y el constante despojo de las tierras indígenas por parte de los españoles, motivó el levantamiento mayo y yaqui en 1740, dirigido por el líder yaqui llamado Juan Calixto o Muni. Él logró reunir un número considerable de yoremes, con lo que se inició la guerra yaqui y mayo. Al término de la guerra, con la derrota de los yoremes, se da un periodo de paz que dura hasta 1825. En el siglo XIX ocurren otros alzamientos yaquis, como los dirigidos por Juan Banderas Cajeme y Tetabiate, en los que es importante la participación mayo. En algunos de estos levantamientos tuvo gran importancia el juego de intereses de los terratenientes y grupos de poder en la región que apoyaron a los yoremes para sus propios fines.
A partir de 1867 se agravaron nuevos conflictos en la región, ya que la política de la época era dominar a los indios y hacerlos desaparecer a cualquier costo, de ahí que se organizaran campañas de deportación. Durante la Revolución, los mayos participaron en ella por la promesa de Álvaro Obregón, oriundo de la región, de reintegrarles su tierra cuando ésta triunfara, cosa que nunca cumplió.
Más recientemente, en el periodo del presidente Cárdenas, se les resolvió su demanda de tierra mediante la constitución de los ejidos del Valle del Mayo. Aunque esto les hizo perder el control sobre su territorio al integrar a los mestizos en los ejidos y permitirles el acceso a cargos como el de comisariado ejidal.
Lengua
La lengua mayo pertenece a la familia tara-cahita del tronco yuto-nahua y está emparentada con la lengua yaqui y guarijío, aunque cada una de las tres presenta variaciones dialectales.
La lengua dominante en la región es el español y la mayoría de los mayos la hablan. El monolingüismo, que es bastante bajo, se registra sobre todo entre niños pequeños y ancianos.
Existen una serie de causas que han contribuido a desplazar la lengua mayo como factor de identificación entre los yoremes: el capitalismo de la región, la presencia de los mestizos en la misma estructura productiva de los mayos, el ejido, y el desprestigio que representa para muchos hablar la lengua de sus abuelos, etcétera.
Salud
La salud de los mayos se atiende de tres maneras diferentes: por medio de las instituciones oficiales, en el hogar (medicina doméstica) y mediante especialistas tradicionales.
La medicina doméstica atiende males comunes. Se basa principalmente en el uso de infusiones como tés y agua de uso con diversas plantas y en ciertas prácticas con frotamientos y aplicaciones en el cuerpo. Se usan plantas que son de fácil alcance. Los males más comunes que se curan a través de estos remedios son el dolor de estómago, de muelas, de oído, empacho, fiebre y mollera, entre otras. Sus tratamientos son poco complejos y los realizan principalmente las madres de familia.
Los especialistas o curanderos se dedican a atender huesos, espanto, caída de mollera, empacho, "corrimiento", partos y se dice que hasta rabia. Sus conocimientos los adquieren por don divino, por enseñanza de algún pariente, mediante un sueño, etcétera. Utilizan rezos, rosarios, oraciones, agua bendita, frotamiento con huevo, sobadas, cataplasmas e infusiones, plantas, animales y algunos minerales. Los hay quienes se dedican a los huesos, sustos, partos, rabia, etcétera. En el estado de Sinaloa los curanderos mayos han demandado reconocimiento oficial sobre el ejercicio de su profesión.
Vivienda
Ésta se construye con diversos materiales: las hay de carrizo, corazón de pitahaya o sahuaro enjarrado de adobe. En algunas casas se utiliza techo con estructura de madera y carrizo con emplastes de tierra, de adobe enjarrado y encalado para evitar el salitre. Normalmente cada hogar cuenta con una enramada hecha de postes de mezquite y techada con carrizo, tule o palma según la región; existen también casas de "material" hechas con carrizos y bloque de concreto.
La vivienda no se adquiere por compra. Por lo regular las nuevas familias se asientan en los solares paternos. Algunas tienen como mínimo dos habitaciones, una de las cuales es utilizada como dormitorio y sitio de tareas y la otra para comedor y cocina. Un pequeño cuarto externo se habilita para bañarse y otro como retrete. Es generalizado el uso de estufa de gas e instalación eléctrica. En las viviendas mayo se suele encontrar una cruz hecha de mezquite que representa su fe y es, además, un elemento protector.
Territorio, ecología y reproducción social
El territorio mayo en el norte de Sinaloa y al sur de Sonora, abarca una extensión de 7 625 km2 distribuidos en tres regiones: la falda de la sierra o sierra baja, el valle y la franja costera. Sus alturas van desde el nivel del mar hasta los 2,000 m. Lo irrigan los ríos Mayo y Fuerte; con las presas existentes se han creado algunos sistemas de riego y represas para la agricultura. Sus suelos, castaños tipo chesnut, son pobres en capa vegetal, arcillosos, limosos y con migajones difíciles de trabajar. El clima fluctúa entre desértico y subtropical, la época de lluvia es sobre todo de julio a septiembre. La temperatura máxima en el verano llega a los 45°C, pero su promedio anual es de 25° y el de su precipitación de 400 mm.
Su flora es característica de lugares desérticos: mezquites, álamos, aceituna de monte, cactus, choya, etcétera. Su fauna, en vías de extinción por la urbanización y la industrialización, se compone de jabalí, cuervos, víbora de cascabel, tlacuache, liebre, y demás especies. Otras como el venado están en franca extinción.
Las actividades principales de la región son: la agricultura intensificada con la tecnificación, y el uso de fertilizantes y pesticidas, los sistemas de riego y la ampliación de las zonas de cultivo mediante el desmonte. La zona de temporal y agostadero se compone de 30 000 ha de primera calidad y unas 328 000 de segunda. La producción se organiza ejidalmente, aunque es frecuente el rentismo y el trabajo asalariado de los yoremes. La pesca se realiza por 30 cooperativas pesqueras, el camarón es el principal producto de exportación. Son importantes también las empacadoras de atún y sardina en Yavaros. Por último, se practica la ganadería a nivel familiar y semi-intensiva en el ejido.
Hay bovinos, caprinos, porcinos, equinos y aves de granja. Las ciudades de Huatabampo y Navojoa representan los centros comerciales más importantes de la región, destacando esta última como una ciudad orientada hacia el desarrollo agrícola, donde se concentran y procesan los productos de las cosechas: cártamo, soya, garbanzo, sorgo y algodón, entre otros.
Los mayos, en general, trabajan como jornaleros; otros, se emplean en las cabeceras municipales, como empacadores, cajeras, cargadores, albañiles, carniceros, etcétera.
La migración no es importante entre los mayos, se concentra sobre todo entre sectores jóvenes de ambos sexos, pero los migrantes mantienen vínculos familiares y religiosos con su comunidad. Su carácter es temporal y en algunos casos permanente. Las opciones están en las maquiladoras de Nogales o Hermosillo y en las embarcaciones atuneras de Puerto Guaymas, entre otras.
Organización social
La agrupación social básica de los mayos es la familia extensa y las redes de relaciones y solidaridad que ésta trae consigo: la familia constituye un espacio de participación colectiva a la que se integran todos sus componentes, como son los abuelos, padres, hijos, tíos, sobrinos y hermanos.
Otro espacio es el pueblo mismo, al que se refieren como Centro Ceremonial que congrega a diversas comunidades aledañas y donde todos los integrantes participan activamente en la organización de las fiestas tradicionales a través de los Fiesteros.
En la mayoría de los casos las formas de organización y poder están controladas por los yoris: como los comisariados ejidales, la policía preventiva, la directiva de la iglesia, las juntas de progreso y las autoridades municipales. Estas últimas están preponderantemente agrupadas en el Partido Revolucionario Institucional (PRI). El gobierno constitucional se divide entre los ayuntamientos de Huatabampo, Navojoa, Etchojoa y Álamos.
Prácticamente no existe una estructura de gobierno propia de los yoremes. La organización tradicional de los mayos, a través del gobernador o consejo supremo, tiene mayor funcionalidad y representatividad entre los mayos de Sinaloa. En Sonora, estos cargos tienen más reconocimiento por parte de las instituciones y algunas comunidades que por el conjunto de la población yoreme. La organización mayo se expresa sobre todo en estructuras religiosas que aseguran el ritual tradicional.
Cosmogonía y religión
La visión del mundo mayo tiene dos grandes influencias que se han ido transformando mutuamente hasta adoptar un rostro profundo y complejo en sus significados. En sus ritos, cantos y danzas, el papel de la naturaleza, como ente proveedor de su mundo, se expresa en el carácter que desempeñan danzantes como El Venado y El Pascola. Es un mundo donde se canta a las flores, a las aves y a los venados. Otra influencia se debe, desde la acción de los jesuitas, a la fe católica reflejada en la veneración de ciertas divinidades como la Santísima Trinidad, San José, San Francisco, etcétera; ambas influencias, amalgamadas, interactúan en sus tradiciones, fiestas y creencias.
Entre sus mitos de origen se encuentra aquel que relata cómo Dios creó el oro para los yoris y los objetos de trabajo para los yoremes; las restricciones que impiden el incesto; de cómo Dios creó a los primeros animales y los hizo tal como son, entre otros.
La religión de los mayos se organiza en torno a los Centros Ceremoniales o Pueblos Tradicionales, formados por comunidades más pequeñas congregadas en torno a un santo. En cada uno de ellos se desempeñan una serie de cargos, designados por las autoridades religiosas, como el maestro rezador, el alawasin, las cantoras y la directiva de la iglesia. Gran parte de la organización se basa en una serie de compromisos a través de promesas o mandas, que pueden ser realizadas por el propio individuo que espera o ha recibido un favor divino; o a través de una persona prometida por su padre o madre para que realice la manda por dos o tres años e incluso durante toda su vida. Por este medio se compromete la participación individual y se asegura la colectiva mediante los nexos familiares.
Paulatinamente, la presencia de evangelistas y de la iglesia protestante ha ido asegurando espacios en ciertas comunidades y ganando la participación de algunos mayos. Sin embargo, el sistema tradicional de compromisos comunitarios, fiestas y promesas no ha sido alterado por estas nuevas iglesias en la región.
Fiestas
La vida ceremonial de los yoremes es de suma importancia, prácticamente todas las fiestas tienen vínculos con la Iglesia católica y su calendario litúrgico. En estas fiestas se expresan diversos elementos en espacios rituales delimitados según la ocasión y tipo de festividad: danzas, procesiones, orquestas, imágenes de santos, etcétera. Entre las fiestas más importantes se encuentran: Semana Santa, Santísima Trinidad, San José, San Ignacio de Loyola, la Santa Cruz, Virgen de Guadalupe, Día de Muertos y la Cuaresma.
Estas fiestas expresan diversos elementos en espacios rituales delimitados como son la propia iglesia, el campanario, el espacio para el conti o procesión, donde también danzan los matachines organizados en cofradía; la ramada o ramadón donde se interpretan las danzas de pascola y venado y donde están las paradas de los músicos (de flauta, de tambor, de arpa, de violín, de raspadores y de tambor de agua) que acompañan la ceremonia; las casitas de los fiesteros donde a lo largo de la fiesta viven y preparan la comida para ellos, los visitantes y los participantes de las ceremonias.
Relaciones con otros pueblos
La primera y más importante relación interétnica que viven los yoremes es con los yoris (gente blanca). Otro factor que ha tenido una fuerte influencia sobre la cultura mayo ha sido la cultura yaqui: si bien ambas son esencialmente diferentes, comparten diversos rasgos en común de carácter histórico, religioso, cosmogónico y lingüístico.