Texto de Gustavo Torres Cisneros 

La fiesta de la Cruz posee un fuerte simbolismo acuático, de fertilidad y crecimiento tanto en México como en España, de donde fue traído el culto. Indudablemente, la fiesta de la Santa Cruz es la fiesta de las siembras y del fin de la temporada de sequía y del comienzo de las lluvias; pero se encuentra en relación con otras fiestas católicas próximas como la de San Marcos (25 de abril), San Isidro (15 de mayo), o incluso más lejanas como las de San Juan (24 de junio) y Santiago (24 de julio). El día 3 de mayo, dedicado al culto de la Santa Cruz ocupa uno de los días más importantes en el calendario tradicional de México y Centroamérica.

En la tradición cristiana el sentido original de la ceremonia de la Santa Cruz el día 3 de mayo está ligado con la conmemoración de la fecha en que Santa Elena, la madre de Constantino encontró la cruz de Cristo en el monte Calvario. Los albañiles que hicieron el trabajo se encontraron con tres cruces identificándose la de Cristo por los varios milagros que realizó en esos tiempos. 

A continuación se presentan algunos datos etnográficos que se refieren a la fiesta de la Santa Cruz. 

Mayas-Chortís 

Entre los chortís, hacia principios de abril, todos los campos se limpian de vegetación silvestre que se pone a secar al sol. Luego, a mediados del mismo mes se le prende fuego utilizando las cenizas como fertilizante. Los habitantes preparan la ceremonia y la fiesta anuales de la lluvia, que se realizan desde el 25 de abril hasta el 2 de mayo. Aveni, quien cita el texto, agrega que "en este territorio, el último día coincide con el paso del Sol por el cenit fenómeno que también puede haber figurado en el programa". Sin embargo, Wisdom jamás hace alusión a ningún paso cenital ni a ningún evento astronómico en relación con la llegada de las lluvias y el paso cenital del sol. 

En este mismo pueblo, entre les ceremonias de los días 25 de abril y 3 de mayo (la Santa Cruz) se invoca a los "Ángeles Trabajadores" que están asociados a los ch icchan (serpientes terrestres imaginarias que hacen el agua de los ríos, los lagos y el mar). Se dice que los Ángeles Trabajadores" golpean las nubes para que la lluvia caiga; sus funciones terminan en noviembre con el fin de la temporada de lluvias .

El año económico social y religioso comienza con la estación de lluvias, usualmente en la última parte de abril y el principio de mayo. La fiesta de San Marcos, desde el 25 de abril hasta el 3 de mayo, señala el principio del año agrícola. La ceremonia de la lluvia (la "gran ceremonia") se realiza en el día de San Marcos. Durante estos días las cruces son decoradas con flores y los rezadores piden a los santos que asistan a Dios y a las deidades nativas para traer la lluvia. Se espera que con la ceremonia de San Marcos caigan las primeras lluvias hacia el 3 de mayo, día de la Santa Cruz, que es además el día de la fiesta de las siembras; en esta fecha los campesinos realizan ceremonias en las milpas donde los dioses de la tierra son solicitados para enriquecer el suelo (fertilidad) y hacer crecer el maíz.

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Maya-Yucatecos 

En Chan Kom la Santa Cruz se considera un santo y es omnipresente como Dios. La Santa Cruz es el denominador común religioso para todos los pueblos mayas vecinos de Chan Kom; es el patrón de todos los santos. Las cruces más importantes son las cruces verdes de madera que se encuentran en las entradas del pueblo. La fiesta más importante, obviamente, es la de la Santa Cruz el día 3 de mayo. Entonces oraciones rituales son ofrecidas a la Cruz, el símbolo religioso principal de todo el pueblo. La fiestas se relaciona con las siembras y la llegada de las lluvias que comienzan al fin de mayo o a principios de junio. La gente observa el cielo oriental, pues de ahí vienen los chaacs (dioses de la lluvia). Cuando las nubes se juntan en el este y se comienzan a oír los truenos de la estación éstos son recibidos con expresiones de júbilo, pues eso significa que las lluvias llegarán en breve.

Tzotziles

La fiesta de la Santa Cruz, que no es de las principales, se inscribe dentro de la cadena de rituales zinacantecos conocidos como k'in kruz, los cuales se rigen por el calendario solar. En el Zinacantán actual k'in es un concepto que señala las ceremonias "ordenadas regularmente por el calendario solar anual", que se expresan a través del calendario ritual católico. Es significativo el hecho de que las ceremonias de "pozo y linaje" se realicen en o cerca de la fiesta de la Santa Cruz, y con ello Vogt piensa que kruz posiblemente se refiera a tal día.

Los rituales de k'in kruz ayudan a diferenciar dos subdivisiones fundamentales del año natural en los altos de Chiapas (y en general de las sociedades agrícolas mesoamericanas): la época de lluvias y seca. Los rituales dan inicio en mayo y concluyen en noviembre: 

"En sentido simbólico podría decirse que las ofrendas de mayo aseguran que todo esté bien en relación con los dioses que controlan la lluvia; en octubre expresan reconocimiento por la época de lluvias que termina. Pero en otro sentido, quizás más fundamental, los rituales destacan y vuelven a confirmar la distinción seca/lluvia en que el zinacanteco confía".

Los rituales K'in Kruz en su nivel más concreto se orientan hacia una relación con el agua y con la tierra, dos de los recursos de crítica escasez en el territorio de los altos chiapanecos. Sin embargo, en un análisis más profundo se cree que tanto los manantiales como las tierras pertenecen al "Señor de la Tierra", pues nada se puede usar ni tomar de sus dominios sin alguna compensación. En efecto, nos dice Vogt que por lo general las ofrendas de Cruz en los altares se otorgan a los dioses ancestrales que habitan las montañas. 

Además de la fiesta del 3 de mayo como parte de la secuencia ritual K'in Kruz, en años de sequía algunos chamanes llevan a cabo ceremonias especiales para que llueva. Vogt relata que los chamanes hacen un ritual de cuatro días y una peregrinación de más de cincuenta kilómetros al centro de Zinacantán, el "Gran Cerro Joven", hermano menor del "Gran Cerro Anciano". Después de más de veinticuatro horas de marcha, el chamán, mirando al este, ofrece velas rezos e inciensos a los dioses que se cree habitan dentro del cerro y poseen un dominio especial sobre la lluvia.

Mixes 

De acuerdo con Beals la fiesta de la Santa Cruz en el día 3 de mayo es celebrada por la mayoría de los mixes haciendo especiales y grandes tamales rellenos de frijoles. 

Etsuko Kuroda piensa que los mixes no realizan ritos especiales para las lluvias, en contraste con sus vecinos zapotecos. Sin embargo, la autora nota la posibilidad de que la fiesta del 3 de mayo pueda interpretarse como un remanente de un ritual comunal de lluvias. En efecto, la autora considera esta fiesta como una de carácter "sincrético" junto con la fiesta del Zempoaltépetl, la montaña sagrada de los mixes. 

Para la gente de Tlahuitoltepec, un pueblo de la parte alta, la fiesta del 3 de mayo se conoce como el "día de la cueva". Se dice que antes se acostumbraba hacer sacrificios dentro de la cueva, aunque es una práctica que tiende a desaparecer cada vez más. La celebración se efectúa en la "Ermita el Santuario" situada bajo el cerro del mismo nombre que, además, es el lugar de sacrificios más frecuentado por la gente de Tlahuitoltepec. 

Kuroda también hace mención de la fiesta del 3 de mayo en la pequeña comunidad de Matagallinas, la cual, al igual que en Tlahuitoltepec, se consideraba también como el "día de la cueva". En efecto, la cueva se encuentra a una hora de camino y, en el interior de ella, se encuentran tres imágenes: la de la Santa Cruz, la de San Pedro y la de San Pablo.

La fiesta de la Santa Cruz en Santa María Alotepec es una de las mayores fiestas de la región. Se trata de una fiesta de peregrinación a la que acuden centenares de indígenas mixes de toda la región así como zapotecos y algunos cuantos mestizos. Curiosamente, no es a la Santa Cruz a la que se le rinde culto en esta comunidad, sino a Jesús Nazareno, a quien se le considera muy milagroso. A este santo católico se le asocia con las deidades de la lluvia, del viento, de los truenos, de la tierra y de las montañas. 

La fiesta comienza 9 días antes del 3 de mayo; es decir, el 25 de abril, que es el día de San Marcos. Se trata evidentemente de una fiesta de suma importancia en cuanto a la agricultura, pues una vez que han concluido los festejos los hombres regresan a sus comunidades para comenzar con las siembras de maíz que llevan a bendecir al templo frente al altar de Jesús Nazareno quien, como hemos visto, es una divinidad agrícola. La fiesta del 3 de mayo es un festejo de gran importancia para los mixes porque con ella se establece la transición de la temporada de sequía a la temporada de lluvias. 

En mixe, la fiesta del 3 de mayo se nombra mëj xëëw que significa “la fiesta grande”. se trata de la fiesta más importante de la comunidad y está dedicada al santo patrón del pueblo, Jesús Nazareno, el señor de Alotepec. Es una de las fiestas más grandes, concurridas y vistosas de toda la región mixe, según la opinión de los anfitriones y los peregrinos. 

En la fiesta de la Santa Cruz participan dos mayordomos, uno “mayor” y otro “menor”. El primero se hace cargo del cuidado de la imagen de Jesús Nazareno, señor de Alotepec, y el segundo de la imagen del Cristo negro de Esquipulas. El cargo que se ocupa del patrón del pueblo es, desde luego, el más prestigioso (a escala religiosa), y también el más oneroso. Mientras que el mayordomo del Cristo de Esquipulas hace un sólo “gasto” en la fiesta de la Santa Cruz, el mayordomo de Jesús Nazareno se encarga de patrocinar económicamente dos fiestas: la de la Asunción, con fecha el día 15 de agosto (llamada primer gasto ), y la de la Santa Cruz en el día 3 de mayo (llamada segundo gasto ).

Los Cristos de color “negro” que se encuentran en las comunidades indígenas han sido poco estudiados, aunque constituyen una de las grandes interrogantes de las culturas indígenas. A los Cristos negros se les atribuyen grandes poderes que se expresan a través de los milagros, y su fuerza se manifiesta en la curación de las enfermedades. También es sabido que los Cristos negros, en su mayoría, sino es que en su totalidad, son objeto de grandes peregrinaciones, como sucede en Chalma, Otatitlán, Tezoatlán de Segura, Esquipulas, y por supuesto Alotepec... Se considera que la sede, o el centro de veneración más importante es Esquipulas. 

Popolucas de Veracruz 

Según Guido Münch, la famosa fiesta del 3 de mayo de Otatitlán en el estado de Veracruz, a donde asisten indígenas popolucas y nahuas, se encuentra relacionada con el ascenso del sol y las almas de los parientes muertos. En Coacotla, en el mismo día, las gentes van de noche al panteón para adquirir poder; se realiza una gran ceremonia con bebidas, comidas y sonido de tambor. Más adelante, el 19 de mayo se festeja la Ascensión del Señor (o del Sol), que se relaciona con el día 22 de octubre en el que tiene lugar la bajada.

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Nahuas de Guerrero 

En un artículo sobre la petición de lluvias en el pozo del cerro Ostotempa al cual acuden grupos indígenas de habla náhuatl en el estado de Guerrero (Zumpango del Río, Mártir de Cuilapan, Ixtla de Guerrero, Mochitlán y Chilpancingo de los Bravo) María Teresa Sepúlveda afirma que las ceremonias y ritos propiciatorios de la lluvia ocupan gran parte del tiempo de los pueblos agricultores constituyendo la parte medular del ciclo anual de ceremonias.

Se considera que Ostotempa es el centro del mundo, pues allí vive Dios guardando el agua y la riqueza. Los habitantes creen que en el fondo de Ostotempa existen cuatro cuevas donde se encuentran semillas y maíz de todos colores resguardados por cuatro "gigantes" enmascarados como los "tlacololeros" que producen los truenos con sus látigos; cada gigante representa los cuatro vientos, siendo la función del que se encuentra al oriente atraer las nubes para producir la lluvia buena. También se piensa que en el fondo del pozo se encuentran los ídolos ("momoxtles") que los indígenas arrojaron al interior para que los evangelizadores agustinos, que llegaron después de la conquista, no los destruyeran; así, cada año la gente acude a realizarles una ofrenda.

A pesar de que son varias las comunidades que asisten a Ostotempa, Atliaca (que significa "lugar del agua hedionda") es el poblado que dirige y coordina las ceremonias y ritos a través de su organización de "huehueyotes", mayordomos, cantores y el "Tigre".

En términos generales se trata de una gran peregrinación en la que se llegan a reunir cerca de dos mil personas procedentes de una treintena de comunidades; aunque el pozo se comienza a visitar desde el 15 de abril, las ceremonias más relevantes tienen lugar en los dos primeros días del mes de mayo. Sin embargo, la celebración comienza en el día el 24 de abril y entre éste y el 1 de mayo se lleva a cabo el "saludo" a las 5 de la mañana, y el "encuentro" a las 6 de la tarde. Los meses de peregrinación (abril, mayo y octubre), según la autora, pueden conectarse con los meses prehispánicos de Toxcatl (para pedir agua), Etzalcualiztli (para venerar a Tlaloc) y Tepeilhuitl (para honrar a los montes donde se forman las nubes).

La ceremonia de petición de lluvia en Ostotempa se compone de una serie de ritos, entre los cuales destacan el paseo de la cruz, la quema de cohetes y toritos, el rezo de los rosarios, etcétera. 

Otro lugar muy cercano a Ostotempa donde es famosa la fiesta de petición de lluvia es Zitlala (o Citlala), aunque, al parecer, la fecha más importante en este sitio no es el 3 de mayo. 

"La finalidad de la ceremonia de Zitlala es halagar a los aires, para que concedan buenas lluvias y abundantes cosechas y alejen las enfermedades. Esta ceremonia se efectúa el 2 de mayo de cada año, pero los preparativos empiezan con varias semanas de anticipación".

En Zitlala son considerados como lugares sagrados los cerros, las cuevas, las grietas y los pozos, pues es aquí donde residen los vientos, que son cuatro: el negro, el amarillo, el rojo y el blanco. Los vientos, dice Suárez, se identificaban en la época prehispánica con Tlaloc y Chalchiuhtlicue, los dioses de la lluvia y, más precisamente con los Ehecatotontin, los dioses menores de la lluvia. Las ceremonias propiciatorias de los vientos, en especial del viento negro ( Áhakatl Prieto ) representado por el color negro de los zopilotes, se llevan a cabo en el "Cerro Cruzco", sobre una explanada donde hay una cruz.

Suárez y Olivera sugieren que la fiesta del 2 de mayo en Zitlala corresponde a la fiesta mexica de Huey Tozoztli en honor a los dioses del Tlalocan y que, de acuerdo con la correlación establecida por Alfonso Caso, tenía lugar entre el 15 de abril y el 4 de mayo. También mencionan el siguiente mes ( Toxcatl) asociado con el norte (el granizo y las heladas) y el Tezcatlipoca negro. De ahí que Suárez sugiera que la fiesta del 2 de mayo tenga como finalidad ahuyentar las calamidades de las cosechas halagando a estas deidades (1978:5). Por su lado, Olivera encuentra una asociación simbólica entre la cruz, que se concibe como una deidad bisexual relacionada con la fecundidad y los alimentos, y la diosa prehispánica conocida por los nahuas como Chicomecóatl o Cintéotl. Así, Olivera afirma que la Santa Cruz es "[...] un símbolo que parece haber sustituido a la diosa Chicomecóatl en muchos pueblos de Mesoamérica".

Otro evento dentro de la fiesta del 2 de mayo, y que se considera como parte importante de la petición de lluvia es la "pelea de tigres" junto al río, pues se trata de un sacrificio que aumenta la fuerza de las peticiones: "La lucha entre los tigres se hace en honor a la Santa Cruz; si no se hiciera, las lluvias no serían suficientes" (Olivera, 1979:153). Este acto ritual se efectúa al mismo tiempo que se hacen las ofrendas en el "Cerros Cruzco" y los pozos; consiste en el enfrentamiento de personas de diferentes barrios disfrazadas de jaguar. Ahora se pelea por parejas, pero antes la pelea era de "todos contra todos".

Iwaniszewski también ha hecho observaciones de las fiestas del 3 de mayo en Guerrero, aunque su interés está basado en los aspectos astronómicos. Teniendo en cuenta algunos edificios del templo 22 de Copán, los cuales fueron alineados con las posiciones de Venus vespertino sobre el horizonte entre el 25 de abril y 3 de mayo, el autor sugiere que la orientación del altar ceremonial en Petlacala y de la estructura central de Nahualac, estado de Guerrero, apuntan hacia la misma posición del sol sobre el horizonte occidental en las mismas fechas.

De la misma manera que Broda y Suárez, Iwaniszewski supone que las fiestas actuales de "petición de lluvia" el día de la Santa Cruz y el día de San Marcos (25 de abril) en Guerrero se relacionan con el ritual mexica Huey Tozoztli . Sin embargo, considera que, en realidad, el 3 de mayo no es propiamente una fecha de petición de lluvia: "Mis propias observaciones de Petlacala, Guerrero, señalan que aquí se trata sobre todo de la "bendición del maíz", antes de sembrar y la "petición de lluvia" queda en el lugar secundario y después, en junio, se "pide el agua".

“Graniceros” 

Los graniceros son especialistas en el control de las lluvias y otros fenómenos meteorológicos; en el lenguaje ritual se designan como "trabajadores temporaleños", en donde la connotación de tiempo es más bien climática. Los graniceros forman una organización selecta, un grupo de gente escogida desde "arriba". Lo más sorprendente es que la señal para ser llamado es bastante sui generis, pues deben ser personas a las cuales les haya tocado una gran descarga eléctrica por medio de un rayo; la mayor parte de las víctimas, como ha de suponerse, muere y trabaja desde "lo Alto", pero los sobrevivientes no pueden sino ingresar a la corporación.

Bonfil sugiere que estos hombres tocados por el rayo recuerdan mucho la creencia de los nahuas prehispánicos según la cual los que morían por causa de un rayo o ahogados iban a morar al Tlalocan, el paraíso del dios Tlaloc . Pero el mismo Bonfil va más allá pues observa la probabilidad de que los graniceros contengan no sólo elementos de origen prehispánico, sino también occidental, pues muchos documentos revelan ideas semejantes en ambas culturas.

Una corporación de graniceros llamada "Las Cruces" se reúne en su templo dos veces al año, en las fechas conocidas como "de obligación", los días 4 de mayo y 4 de noviembre (puesto que Alcaleca es el templo principal una ceremonia semejante tiene lugar ahí un día antes; es decir el 3 de mayo, la "fecha exacta" de la Santa Cruz). Una de las finalidades de esta ceremonias es la propiciación de la lluvia por medio de rezos alabanzas y ofrendas a los "dueños del agua". Los dueños del agua son buenos y malos, y no parece existir un número limitado de ellos. Se les encuentra y venera en las cuevas y cobertizos que son los templos de los graniceros de toda el área. La cruz es uno de los elementos ("armas") imprescindibles en el trabajo de los graniceros; representa la fuerza y el nexo de éstos con la divinidad.

Conviene mencionar rápidamente los aportes de Broda y Albores (1997) en esta materia al haber reunido un conjunto considerable de estudios consagrados a los “graniceros”, también llamados claclasquis, ahuaques, ahuizotes, quicazcles, tlamatines . Ahora bien, en Perú el altamisayoq parece ser el equivalente de los graniceros mexicanos. En la Europa medieval los brujos también eran capaces de “hacer llover” y de crear tormentas a su guisa, un poco como los “graniceros”.

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Totonacos 

Entre los totonacos tawilate o quatla-tatlawan ("la gran costumbre") designa la fiesta grande del pueblo que se celebraba cada año antes de las siembras de temporal, en mayo, y por lo tanto se le asociaba a la fiesta de la Santa Cruz (3 de mayo). En ciertos pueblos, sin embargo, estas ceremonia tenía lugar en junio, julio o incluso en agosto (Pantepec, Pápalo y Petlacotla respectivamente). El término parece venir de la raíz tawila (sentarse) y podría significar: "costumbre destinada a "sentar" el pueblo, a fortificarlo", pero es dudoso; quizá tenga que ver con el aseguramiento de las siembras. 

Se trata de una ceremonia colectiva puramente indígena dedicada a la tierra y a los ídolos del pueblo. Tenía por objeto lavar y alimentar con sangre cada año los objetos sagrados del pueblo: ídolos, objetos católicos, bastones de mando del fiscal, útiles del cementerio; al mismo tiempo se trataba de asegurar los cultivos, la legada de las lluvias y la protección contra los daños naturales dando a los dioses responsables su tributo de oraciones y ofrendas. La duración de la fiesta era de 4 a 15 días, y a veces se prolongaba durante todo el mes.

Otomíes 

La fiesta del 3 de mayo entre los otomíes goza de una singular popularidad, pues ésta revela una gran cantidad de símbolos propios de los cultos a la fertilidad y a la lluvia. La fiesta demuestra un sello de inspiración indígena, de ahí que en Santa Ana Hueytlalpan la fiesta esté virtualmente dedicada a los que han muerto ahogados y se inscribe como tal dentro del ciclo del culto a los ancestros de la comunidad.

"El agua es objeto de devociones específicas, a través de ofrendas a los manantiales, fuentes o estanques, y figura asimismo en un número considerable de rituales como una de las principales instancias sobrenaturales. Es el caso de la fiesta del Día de la Santa Cruz ( 3 de mayo) que oculta, bajo las prácticas católicas y la devoción a la cruz, una antigua veneración a la divinidad del agua".

Entre los otomíes la divinidad del agua, que es femenina, se confunde con la de la lluvia, pero su complemento masculino, su "marido", es el trueno. La luna juega un papel importante en las peticiones de lluvia en los pueblos otomíes. Este astro está considerado como el principio motriz de los ciclos naturales, y de ella dependen las siembras, las cosechas y el crecimiento de los árboles. La luna se presenta como una deidad del agua a través de un simbolismo relativo a la frescura y el rocío; en los ritos de petición de lluvia la luna aparece representada con un circulo de papel y se le llega a asociar con la Virgen de Guadalupe.