A principios del siglo XIX, la Corona Española sufrió una invasión por parte del imperio francés, comandando por Napoleón Bonaparte. Esto representó una oportunidad irrepetible para todos los pueblos de América que estaban subyugados por el Virreinato, y que llevaban en esa condición cientos de años. 

Una de las primeras naciones en independizarse fue Chile y, bajo el ideal de que el resto de países pudieran seguir el mismo camino, Bernardo O’Higgins envió una escuadra a costas mexicanas, específicamente, al puerto de Acapulco. Y así comienza el origen de las chilenas mexicanas, naciendo de la hermandad y camaradería entre soldados. Estas alegres canciones que brindan calidez al espíritu y al corazón, tienen una historia de lo más particular. Después de un pedido de ayuda, O’Higgins mandó embarcaciones a nuestro país con el objetivo de brindar el mayor apoyo posible al ejército insurgente.

Chilenas de la Costa Chica. Homenaje a los compositores. Primera parte (Libro electrónico).

Pero cuando llegaron, no esperaban para nada lo que estaban a punto de ver. Con las nubes disipadas, y aún directamente debajo de los rayos de sol, en la arena no se podía vislumbrar ningún rastro de españoles. 

Al bajar de las embarcaciones chilenas, entre estas; dos fragatas, una corbeta, un bergantín y dos goletas, las tripulaciones se dirigieron a investigar qué estaba pasando, cuando se llevaron una gran sorpresa: los mexicanos estaban de buen humor. Y es más, estaban celebrando. ¿Pero por qué un pueblo destrozado bajo la violencia de interminables batallas se encontraría tan alegre? Fácil: porque la guerra había terminado. Así es, antes los traslados eran muy lentos y las noticias viajaban con la misma tardanza, así que para el día en el que arribaron al puerto de Acapulco, el 28 de febrero de 1822, la Independencia había sido consumada y declarada en México desde hace meses. 

Se dice que las tropas enviadas por O’Higgins se unieron a las celebraciones que veían en la calle, trayendo consigo mismos su propia música y danza. Los ciento cinco marineros enviados desde el sur, bailaron con regocijo al lado de los pobladores costeños, y les introdujeron la cueca, un tipo de música folclórica proveniente directamente de Chile que a su vez tomó inspiración de la zamacueca argentina.

Chilenas de la Costa Chica. Homenaje a los compositores. Primera parte (Libro electrónico).

Y así fue como los habitantes costeños escucharon por primera vez esta música que pronto adoptarían con total disposición. Después de un tiempo, Agustín de Iturbide agradeció a Cochrane y de paso también a O’Higgins, que se encontraba en Chile desde el inicio de esta travesía. 

Con el paso del tiempo, la chilena fue tomando identidad propia en nuestra nación, combinándose con sones sureños propios de la Costa Chica en Guerrero y Oaxaca. Al sol del día de hoy, a pesar de que su origen se debe a la fusión de culturas, es un género musical muy arraigado al folklore mexicano y cada vez se llena más de estilos indígenas y afrodescendientes. Su compás es muy tradicional y característico de ritmos tanto mexicanos como latinoamericanos en general, ya que las personas pueden zapatear, aplaudir y bailar.

Las chilenas nacieron de un acto de hermandad, seguido de confusión y culminando con una celebración. Su música y sus letras nos llenan de alegría. Nos invitan a bailar sin preocuparnos por el mañana. Nos encaminan a cantar como si nadie nos estuviera escuchando, pero rodeados de quienes más queremos. Sus melodías pueden ser disfrutadas por las comunidades indígenas, afromexicanas de la Costa Chica.

En esta primera publicación de la serie, realizamos un homenaje a dos de los compositores contemporáneos más reconocidos del género de la chilena en la Costa Chica: Indalecio Ramírez Rodríguez e Higinio Peláez Ramos.

Chilenas de la Costa Chica. Homenaje a los compositores. Primera parte (Libro electrónico).

Chilenas de la Costa Chica. Homenaje a los compositores. Primera parte (Libro electrónico).

Descarga el libro Chilenas de la Costa Chica. Homenaje a los compositores (Primera parte) en formato PDF