Dirección General Adjunta de Comunicación Social y Cambio Cultural
Comunicado de Prensa 32, 14 de mayo de 2013

La labor del magisterio resulta fundamental en el desarrollo de los países, ya que la transmisión y el desarrollo de conocimientos, enseñanzas, valores y habilidades no se circunscribe al aula, sino trasciende sus paredes e influye en la formación de la futura ciudadanía.

Se plantean muchos y diversos retos y responsabilidades para educadoras y educadores. En el marco de la igualdad entre mujeres y hombres, por ejemplo, es indispensable su contribución en la eliminación de estereotipos y de acciones que promuevan la discriminación, desigualdad y violencia en el ámbito escolar. El intercambio de ideas y saberes entre educadoras(es) y sus educandas(os) nutre a ambas partes y propicia sociedades críticas, propositivas e incluyentes.

De acuerdo con cifras de la Secretaría de Educación Pública, en el ciclo escolar 2011- 2012, dentro del sistema educativo nacional escolarizado, un millón 842 mil 896 docentes contribuyeron en la formación de 34 millones 821 mil 326 estudiantes (17,491,124 hombres y 17,330,202 mujeres).

El 64.39 por ciento del personal docente se concentra en la educación básica (preescolar, primaria y secundaria), el 15.51 por ciento en la educación media superior (profesional técnico y bachillerato), el 17.84 por ciento en la superior (técnico superior, licenciatura y posgrado), y el 2.23 por ciento en la capacitación para el trabajo.

El papel de las mujeres en el sector educativo es de gran importancia en la vida del alumnado, ya que tienen que combinar su rol de maestras con el de madres de familia e incluso de psicólogas.

El Instituto Nacional de las Mujeres reconoce y celebra en este día a las maestras y maestros que, desde el ámbito urbano y rural, en los diferentes niveles de estudio y sus sistemas, y con las particularidades que se presentan en un país tan diverso como el nuestro, dedican su trabajo y esfuerzo diario al alumnado.

Desde hace 95 años en México, el 15 de mayo conmemoramos a maestras y maestros. Su día fue celebrado por primera vez en 1918, mediante decreto firmado por el presidente Venustiano Carranza.