Uno de los objetivos del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) es alcanzar la igualdad sustantiva, y para ello se requiere desarrollar políticas públicas con perspectiva de género, interculturalidad e interseccionalidad; sin estereotipos, prejuicios ni discriminación; econociéndonos diversos/as y diferentes con distintas maneras de “ser” y “vivir”. Desde la revolución de conciencias que el presidente Andrés Manuel López Obrador enarbola como un cambio de mentalidad, para favorecer los asuntos de la vida pública del país, resulta trascendental considerar una visión pluralista, progresista, centrada en los derechos sociales, en el combate a las desigualdades y en la justicia social. Por ello, al hablar de masculinidades no debemos encasillarnos en construcciones, condiciones u ordenamientos sociales basados en los roles o atributos tradicionales o socialmente construidos sobre lo que significa “ser hombre o varón”, ya que estas percepciones son generalmente estereotipadas y desconocen la realidad en los diferentes contextos. Para el Inmujeres, es importante concientizar sobre esos roles o conductas que hemos asociado a los hombres y que debemos desaprender y visibilizarlas. Es decir, parte de lograr la igualdad sustantiva y la eliminación de cualquier tipo de violencia contra las mujeres debe involucrarlos para que dejen de reproducir comportamientos que les hacen daño y le hacen daño a las demás personas de su entorno. Ellos mismos se deben cuestionar sobre el impacto social de la masculinidad hegemónica que han reproducido históricamente. Es necesario interpelarlos y generar una reflexión sobre los “clichés” que les prohíben mostrarse débiles o vulnerables. Debemos desmitificar, entre muchas otras cosas, que las actividades de la crianza y el cuidado son exclusivas de las mujeres.
Nadine Gasman, Presidenta del Instituto Nacional de las Mujeres