En México y en gran parte de Latinoamérica, la población afrodescendiente se ha mantenido invisible bajo el manto del mestizaje y su historia oficial. Esto explica por qué una gran mayoría de las personas a.n desconoce la existencia de nuestra tercera raíz: la afromexicana.
Las y los afromexicanos han estado, están y estarán ahí, siendo parte esencial de nuestra conformación política, económica y social, por lo menos desde el virreinato y José María Morelos es ejemplo de ello; sin embargo, en la narrativa histórica y en la realidad, la población afromexicana fue condenada a las sombras. Según el informe “Desigualdad territorializada, afromexicanas en el Censo 2020”, en México habitan alrededor de 126 millones de personas, de las cuales, poco más de 2.6 millones se reconocen como afromexicanas, negras o afrodescendientes, y de éstas, poco más de 50 % son mujeres.
En las últimas décadas, las mujeres afromexicanas han generado movimientos de resistencia y participación, desde los afrofeminismos, para librar los obstáculos que enfrentan. Hoy, en esta Cuarta Transformación, son ellas las principales impulsoras de la resignificación de la negritud como motivo de orgullo y de aporte. A esta lucha se debe que finalmente en 2019 se haya reconocido a los pueblos y comunidades afromexicanas en el artículo 2. de nuestra Constitución Federal. Por ello, desde el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) queremos contribuir con estos avances, impulsando la creación de espacios que permitan construir redes. Es así que, en abril de este año realizamos el Encuentro Nacional de Mujeres Afromexicanas 2023, en Pinotepa Nacional Oaxaca, donde expresaron sus demandas y se logró la articulación entre las mujeres afromexicanas y el Inmujeres para llevar a cabo talleres sobre derechos políticos y electorales; espacios y actividades para las jóvenes afro, y para construir una red de mentoras donde exista una formación cultural, educativa y política. Desde el Instituto seguiremos fortaleciendo y ampliando estas redes de mujeres afromexicanas, para avanzar en su reivindicación dentro de sus comunidades, crear una agenda para eliminar las desigualdades y discriminaciones que viven, así como hacer tangibles todos sus derechos. Tenemos la convicción de que las mujeres son agentes de cambio y que ahí donde se fortalecen toda la comunidad se beneficia. La historia de las mujeres afromexicanas se está escribiendo desde la resistencia.