Bases de participación de la convocatoria del Fondo para el Bienestar y el Avance de las Mujeres (FOBAM) 2022

Dirigida a las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas para presentar proyectos que contribuyan a la erradicación del embarazo infantil y la disminución del embarazo en adolescentes, así como al impulso de estrategias para vincular la acción colectiva de las mujeres con la construcción de la paz, todo ello, con perspectiva de género y enfoques de interculturalidad, interseccionalidad y derechos humanos.

Instituto Nacional de las Mujeres | 14 de febrero de 2022
Logo del FOBAM Bases de participación 2022

El Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), con fundamento en los artículos 7, fracciones X, XIV y XVII, y 16, fracciones II y III, de la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres (LINM); 80 de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (LFPRH); 183, 183 A, 183 B y 184, fracción III, del Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria (RLFPRH); 22, fracción I, de la Ley Federal de las Entidades Paraestatales (LFEP), así como en el marco de lo dispuesto en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia (LGAMVLV); la Ley General para la Igualdad entre Mujeres y Hombres; la Ley General para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia; la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Contra la Mujer (CEDAW), en particular, las recomendaciones 26, 38b y 52 del Noveno Informe Periódico de México de su Comité; la Convención sobre los Derechos de la Niñez; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (Convención de Belém Do Pará); el Capítulo VII de la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo de El Cairo; el Consenso de Montevideo sobre Población y Desarrollo 2013; el Objetivo 3 y la Meta 3.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS); el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024, en su principio “No dejar a nadie atrás, no dejar a nadie afuera”; el Programa Institucional 2020-2024 del Inmujeres, que atiende las acciones puntuales 1.1.4, 1.3.2 y 3.3.2,; el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres 2020-2024 (Proigualdad), específicamente sus objetivos prioritarios 3, 5 y 6; los Ejes Rectores de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea); la Estrategia Nacional de Seguridad Pública del Gobierno de la República (2018-2024), en su objetivo 6: Emprender la construcción de paz; la Resolución 1325. Aprobada por el Consejo de Seguridad en su sesión 4213ª; el Plan Nacional de Acción para el Seguimiento de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad Sobre “Mujeres, Paz y Seguridad en México” y el Modelo Integral de Prevención Primaria de Violencias contra las Mujeres:

CONVOCA

A las Instancias de las Mujeres en las Entidades Federativas (IMEF), para presentar proyectos que contribuyan a la erradicación del embarazo infantil y la disminución del embarazo en adolescentes, así como al impulso de estrategias para vincular la acción colectiva de las mujeres con la construcción de la paz, todo ello, con perspectiva de género y enfoques de interculturalidad, interseccionalidad y derechos humanos.

JUSTIFICACIÓN

Para las presentes Bases se contemplan dos ejes temáticos prioritarios para el avance de los derechos de las mujeres, adolescentes y niñas en México:

1.  Erradicación del embarazo infantil y disminución del embarazo en adolescentes, y

2. Construcción de entornos seguros y de paz para las mujeres, niñas y adolescentes.

Para el eje temático Erradicación del embarazo infantil y disminución del embarazo en adolescentes, es importante decir que los esfuerzos que ha realizado el Gobierno de México para dar cumplimiento a los objetivos de la Estrategia Nacional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (Enapea) 2021-2024[1] se han enfocado en:

1.  Promover el desarrollo humano y las oportunidades de las adolescencias;

2.  Crear un entorno que favorezca la toma de decisiones libres y acertadas sobre sus proyectos de vida y el ejercicio de su sexualidad;

3.  Incrementar la oferta y la calidad de la información y los servicios de salud sexual y reproductiva, y

4.  Brindar educación integral en sexualidad en todos los niveles educativos.

Lo antes señalado abre un panorama para continuar con los avances de las metas comprometidas: disminuir a cero los nacimientos en niñas de 10 a 14 años y reducir en un 50% la tasa específica de fecundidad de las adolescentes de 15 a 19 años (TEF15-19), para el año 2030. Bajo este contexto, las 36 instancias y expertas integrantes del Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo Adolescente (GIPEA), han realizado diversas actividades que dan cuenta de los avances, en cada uno de los seis componentes del Marco Lógico de la Enapea, para atender dicha problemática.

Dichos componentes son: 1) Educación inclusiva, integral y flexible; 2) Educación integral en sexualidad progresiva e inclusiva; 3) Oportunidades laborales apropiadas para la edad y acordes a las capacidades; 4) Entorno habilitante; 5) Servicios de salud amigables resolutivos, inclusivos y versátiles, y 6) Detección temprana y atención de la violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes.

De acuerdo con las Proyecciones de la Población de México 2016-2050, elaboradas por la Secretaría General del Consejo Nacional de Población (SGConapo), en 2020, el número de personas adolescentes de 10 a 19 años en el país es de 22,185,367, que representan 17.4 por ciento del total de la población; de las que poco menos de la mitad, casi once millones (10,909,810) son mujeres. La población femenina adolescente representa 15.8 por ciento del total de mujeres en edad fértil y contribuyen con 373,661 nacimientos al total de 2,151,358 nacimientos, los cuales representaron 17.4 por ciento del total de nacimientos estimados para 2020.

La Enapea surge con el objetivo de contribuir a la reducción del embarazo en adolescentes y representa la vinculación entre gobiernos, instituciones, dependencias y organizaciones de la sociedad civil para erradicar este fenómeno a través de la implementación de acciones efectivas para su prevención. A cinco años de su implementación, se observa que para 2020 se ha logrado un descenso de la Tasa de Fecundidad en Adolescentes (TFA) de 7.8 por ciento, ubicándose en 68.5 nacimientos por cada mil adolescentes.

Los avances son claros, pero es necesario revisar los retos de la implementación a nivel local, por ello, el Grupo Interinstitucional para la Prevención del Embarazo en Adolescentes (GIPEA), cuya Secretaría Técnica está a cargo del Inmujeres, ha destinado un recurso económico para dar continuidad a los avances de las entidades federativas, que, sin duda, han mostrado grandes logros por los derechos sexuales y derechos reproductivos de las adolescentes y el compromiso de erradicar la violencia sexual en niñas de 10 a 14 años.

Ahora bien, respecto al eje temático de Construcción de entornos seguros y de paz para las mujeres, niñas y adolescentes, es preciso decir que, en México, 66 de cada 100 mujeres han sufrido algún tipo de violencia a lo largo de su vida, según lo reporta la Encuesta Nacional sobre la Dinámica y las Relaciones en los Hogares (Endireh, 2016). Esta misma fuente indica que las mujeres pueden ser víctimas de violencia sin importar su edad, escolaridad, condición laboral o pertenencia cultural; sin embargo, entre más profundas son las desigualdades a las que una mujer se enfrenta, más vulnerable es ante la violencia.

Actualmente, es posible reconocer que la violencia contra las mujeres no solo se manifiesta en el ámbito privado, sino también en el público; por ejemplo, la Endireh 2016 señala que el 34 por ciento de las mujeres ha sufrido violencia física en el ámbito familiar y el 38 por ciento ha experimentado violencia en el ámbito comunitario.

Dada la manifestación comunitaria de la violencia y su comportamiento territorial, las estrategias de prevención focalizadas plantean la posibilidad de mejorar las condiciones de seguridad para las mujeres.

Es así que las estrategias contempladas en el ámbito local tienen como objetivo impulsar la participación de la ciudadanía en acciones que promuevan la reconstrucción del tejido social y la toma de decisiones desde una perspectiva de igualdad, con una visión de construcción de paz.

Un eje de la construcción de una cultura de paz es la prevención de la violencia de género; considerando a la paz como el estado de bienestar, buen trato y ejercicio de derechos para mujeres y hombres en un contexto determinado. Las acciones encaminadas a prevenir todos los tipos de violencia contra las mujeres en el nivel comunitario constituyen una apuesta de paz para el mediano y largo plazo.

En este sentido, la acción social y política de las mujeres resulta fundamental, no solo porque la mitad de la población se compone de mujeres, sino porque, al ser receptoras de diversos tipos de violencia, desarrollan estrategias de prevención que requieren ser fortalecidas y respaldadas desde lo comunitario e institucional.

Bajo este contexto, durante 2019, el Inmujeres, en coordinación con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), impulsó la estrategia Redes de Mujeres Constructoras de Paz (Redes-Mucpaz), con el fin de promover un involucramiento activo de las mujeres en procesos de reconstrucción del tejido social a nivel local y comunitario, desde una perspectiva de prevención de la violencia contra las mujeres y construcción de paz.

Las Redes-Mucpaz son grupos de trabajo, planeación y participación ciudadana, en donde las mujeres juegan un papel trascendental en el alcance de los procesos de paz y la prevención de la violencia. Estas redes se encuentran conformadas por mujeres de una misma comunidad o municipio, que llevan a cabo estrategias focalizadas e integrales que contribuyen a identificar factores de riesgo, fomentar la igualdad entre mujeres y hombres, crear entornos libres de violencia y, por tanto, promover una cultura de paz.

A través de estas Redes, las mujeres pueden reactivar los procesos solidarios y los lazos al interior de sus comunidades, a través de la apropiación del espacio y de nuevas formas de habitarlo, construyendo diálogos ciudadanos para la paz.

El propósito de fortalecer la estrategia Redes-Mucpaz, a través del Fobam, es vincular la acción colectiva de las mujeres con la construcción de la paz, lo que permitirá asegurar un enfoque de integralidad que complementa a otras estrategias y programas.

En virtud de lo anterior, se considera necesario fortalecer la estrategia, dotándola de recursos que permitan su continuidad y el establecimiento de objetivos a mediano y largo plazo, con el propósito de crear y consolidar a las Redes-Mucpaz.

La estrategia Mucpaz es un esfuerzo nacional que opera desde lo local, para construir la paz a través del fortalecimiento del liderazgo y la organización de las mujeres en sus comunidades; es una estrategia innovadora porque coloca en un primer plano la acción colectiva y la incidencia de las mujeres desde el nivel local.

La estrategia Mucpaz impulsa los liderazgos de las mujeres y acompaña sus procesos organizativos, para potenciar su capacidad de incidencia en los gobiernos locales, desde una perspectiva de género con un enfoque situado, de interseccionalidad, de derechos de las mujeres y con pertinencia cultural. 

 

 

 

 

 

 

 

 

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