Alcanzar el objetivo de que todas las personas tengan acceso a la alimentación es un reto que exige acuerdos ante el aumento poblacional en el mundo. La investigadora del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), Dra. Ana Lid Del Ángel Pérez, explicó la importancia de la agricultura urbana y periurbana en las ciudades, donde incrementa la demanda y el alza de precios en los alimentos.

La urbanización influye en la alimentación, la economía y la salud de las familias, por ello, la agricultura urbana-desarrolla capacidades y nuevos conocimientos en personas urbanas para cultivo de alimentos-, y la periurbana-orientada a población urbana con altos índices de pobreza que vive en áreas marginales, algunos de ascendencia rural-, son alternativas para llevar a su mesa alimentos sanos y de alta calidad nutricional que, a su vez, permiten ahorros económicos, explicó la especialista.

Estos tipos de agricultura, con apoyo de la tecnología, colaboran a la seguridad alimentaria en las ciudades al otorgar conocimientos para producir comida sana y diversificar la alimentación familiar, disminuir riesgos de enfermedades como diabetes y desnutrición, fortalecer los lazos sociales en las comunidades, y empoderar el desarrollo de las capacidades de grupos urbanos vulnerables en los que habitan niños, ancianos, personas con capacidades diferentes, viven en barrancas y humedales, y con bajos ingresos en sus empleos. Ambos casos, pueden realizarse sin suelo porque se hacen en contenedores que utilizan sustratos-que dan soporte a las plantas y sus raíces- del sitio donde se establezcan, añadió.

La investigadora, también miembro de la Red de Manejo Forestal Sustentable y Servicios Ambientales en el instituto, expuso que la salud pública está de por medio en este tema debido a que la mala alimentación representa altos costos en medicinas y médicos. Señaló que, por la importancia, además de su labor en estudios de especies no maderables para empoderar a productores ante al Cambio Climático, se encuentra estableciendo huertos en domicilios y escuelas de zonas urbanas en Veracruz, capacitando grupos, hogares y estudiantes, aportando plantas y conocimientos.

Cada año más de 60 millones de personas se integran a las zonas pobres de las ciudades y suburbios en crecimiento, los consumidores urbanos pagan 30 por ciento más por alimento en comparación con quienes están en el campo, y en algunos casos, las poblaciones urbanas pobres destinan entre 60 y 80 por ciento de sus ingresos para comer.

Se estima que para 2030 el 60 por cierto de la población vivirá en ciudades, por lo que es necesario incentivar la práctica de agricultura adecuada a las formas de vida en las que la convivencia social será parte del desarrollo. En todas las ciudades se pueden aplicar estas alternativas que favorecen a las familias más necesitadas en las urbes de México.