La transmisión de muchas enfermedades puede ocurrir por prácticas erróneas en el manejo y tratamiento del ganado, donde el hombre puede actuar para corregirlas y evitar el contagio horizontal entre los bovinos. Por tal motivo, la implementación de buenas prácticas de manejo relacionadas con bioseguridad, son un punto clave para controlar la entrada de microorganismos y su diseminación dentro del hato.

Como apoyo a la transferencia de tecnología, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) trabajó en la implementación de estos protocolos en un rancho de Montemorelos, Nuevo León, donde se aplicaron medidas de bioseguridad, tales como: prácticas eficientes de manejo, desinfección de instrumental, limpieza y mantenimiento de equipo. Además, se aplicaron tratamientos contra enfermedades reproductivas, vacunación y desparasitación, de endoparásitos y ectoparásitos, con el fin de disminuir su prevalencia.

Es importante eliminar los fetos abortados y tejidos como placentas, para evitar que puedan ser un vehículo de transmisión de enfermedades, por lo que se llevó a cabo un control y monitoreo de los bovinos y de las mascotas en el rancho, con pruebas serológicas, y en los casos que fueron positivos se estableció un programa de vacunación, control o eliminación del hato, de lo contrario no deben de ser empadradas o deberán llevar un seguimiento serológico de la enfermedad. Se recomendó realizar monitoreo de las enfermedades con la finalidad de evitar brotes. También, se elaboró un programa de capacitación en materia de buenas prácticas de manejo, y se llevaron a cabo, mediante pláticas a todos los niveles de jerarquía del rancho.

La implementación del protocolo de bioseguridad y su estricto seguimiento ayudó a incrementar la fertilidad en un 10 por ciento en el hato. La aplicación de las medidas de biocontención como vacunación, tratamientos, eliminación de animales positivos y monitoreo de enfermedades ayudó a disminuir la prevalencia de enfermedades en un cinco por ciento.

Los trabajos se llevaron a cabo con la Fundación Produce Nuevo León. A. C., la Unión Ganadera Regional de Nuevo León y la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL).

 

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