En los sistemas de lechería familiar el alto precio de alimentación de las vacas puede representar del 65 al 80 por ciento de los costos de producción de leche. Además, con frecuencia se observa un manejo inadecuado de la alimentación, lo que limita su producción. 

Una alternativa para los ganaderos es producir e incluir forraje de alta calidad nutricional en la alimentación de las vacas que permita disminuir la cantidad de concentrado comercial en la ración para reducir el costo y, por otro lado, tener una dieta mejor balanceada para lograr mayor producción de leche.

La soya puede ser cultivada en condiciones de buen temporal, con rendimientos de 7 a 7.8 toneladas de forraje seco por hectárea. La planta de soya cosechada en etapa R6 (cuando en algunos de los cuatro nódulos superiores de la planta, se presente por lo menos una vaina con los granos de color verde completamente desarrollados), es la etapa óptima para utilizarla como forraje, y la calidad nutricional es comparable a la alfalfa, ya que contiene altos niveles de proteína cruda (16 a 19 por ciento), bajas cantidades de fibra detergente neutro (41 a 50 por ciento), y una concentración de energía neta de lactación de 1.30 a 1.60 megacalorías por kilogramo de materia seca.

Expertos de Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) recomiendan cosechar la soya para forraje en etapa R6, el forraje se deja secar al sol en campo para henificarlo, después se muele utilizando molino de martillos con criba de un centímetro de diámetro. El heno de soya molido se incluye en la dieta balanceada para vacas en producción a base de concentrado comercial (65 por ciento), heno de soya (30 por ciento) y rastrojo de maíz (cinco por ciento). 

En un establo representativo de este sistema, las vacas son de raza Holstein y sus cruzas con Suizo y Jersey, con promedios de peso vivo de 441 kilogramos, producción diaria de leche de 23.8 kilogramos, consumos diarios de 18 kilogramos de alimento seco por vaca, y la alimentación es comúnmente realizada al momento del ordeño de la mañana y tarde.

Con el uso del heno de soya en la alimentación de vacas en producción del sistema familiar se mejora la calidad de la dieta e incrementa la producción diaria de leche en 1.3 kilogramo por vaca, sin afectar negativamente la composición de la leche (concentración de grasa, proteína, lactosa, sólidos totales y sólidos no grasos), además, con la inclusión del heno de soya en la dieta se puede reducir diariamente un kilogramo de concentrado por vaca, y se disminuye 10.5 por ciento el costo de alimentación, al compararla con la dieta tradicional a base de concentrado comercial (69 por ciento) y rastrojo de maíz (31 por ciento).

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Aspecto del cultivo de soya a 49 días post-siembra en condiciones de buen temporal