La piña es un fruto de agradable imagen, aroma y sabor, nativo de Brasil y Paraguay que, con el impulso de la tecnología, ha logrado introducirse al mercado mundial para consumirla en forma de rodajas de pulpa en fresco, deshidratadas o en conserva, mermeladas, jugos, vinos y bebidas fermentadas, entre otros.

A inicios del Siglo XX, un grupo de norteamericanos introdujeron de Hawaii la variedad Cayena Lisa a la región del Bajo Papaloapan, la mayor región productora de piña en México. A finales del siglo pasado, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), introdujo la variedad Champaka y el híbrido MD2 o “Piña Miel”, desarrollos hawaianos de los 70´s, ahora considerados como los mejores en el mundo para proceso industrial y consumo en fresco, respectivamente.

En el proceso de producción de piña en el país, investigadores del Instituto, han colaborado -con tecnología- en la solución de problemas como deterioro progresivo en la calidad y fertilidad de los suelos por erosión exacerbada; fitosanitarios; nutricionales; de daños en las plantas y frutos por la excesiva radiación solar; deficiente manejo en la programación de cosechas; reducida inocuidad y vida de anaquel de la fruta, por lo que al iniciar los trabajos experimentales en este cultivo en el sureste del país, en 1979, muchos productores se han beneficiado.

Para la reconversión varietal, el INIFAP diseñó un programa de importación e incremento acelerado de material vegetativo, genética y fitosanitariamente sano, que incluyó el establecimiento de viveros para su adecuada e intensiva multiplicación, acorde a las exigencias de productores y empresas, sobre todo de aquellas ligadas a la exportación. Se iniciaron los estudios de campo para definir los programas de tecnología de manejo de este híbrido, bajo las condiciones del Bajo Papaloapan.

Aspectos de preparación y mejoramiento del suelo; densidades, fechas y métodos de siembra; nutrición; protección fitosanitaria integrada con prácticas e  Ingredientes Activos químicos, biológicos y orgánicos autorizados; riego; control de floración y maduración del fruto; sistemas de cosecha y post-cosecha; así como métodos de monitoreo y control durante el ciclo, son técnicas que se generaron, adaptaron, validaron para MD2 y, finalmente, se adoptaron progresivamente con programas de transferencia de tecnología realizados en conjunto con autoridades federales, estatales y especialmente organizaciones de productores, como el Comité Nacional Sistema Producto Piña de México A.C.

Para aumentar la inocuidad de la fruta y reducir daños al agro-entorno, los componentes se integraron en la Tecnología para la Producción Intensiva de Piña en Ambiente Protegido, que se diferencia de otros sistemas, por el uso del Acolchado Plástico Total (APT) para la protección del suelo contra la erosión y la mayor conservación de su humedad, y de la Malla-Sombra Plástica (MSP), para proteger a las plantas y los frutos contra quemaduras por alta radiación solar. Con su uso se reduce: la erosión del suelo, 95%; herbicidas, 90%; fertilizantes y agroquímicos, 30%; pérdida de humedad por evapotranspiración, 60%; incidencia de floraciones naturales prematuras, 80%; frutos con coronas múltiples o deformes, 70%; frutos con quemaduras por exceso de radiación solar, 90%, lo que permite aprovechar casi el 100% de ellos; y el ciclo de cultivo, en 30%.

Mientras, el rendimiento y calidad del fruto se incrementan de 25 a 50%, así como su inocuidad y vida de anaquel. Así, el impacto ambiental que causa la producción de piña como actividad humana bajo un Manejo en Ambiente Protegido, se reduce 50%, lo que hace de estas piñas de las más inocuas y ecológicas del mundo. El APT puede utilizarse por dos, cuatro o más ciclos de cosecha consecutivos para evitar remover el suelo por lo menos cinco o más años; y la MSP dura hasta ocho años. Cabe mencionar que para evitar que sus restos inservibles contaminen los campos de producción, se deben recoger y entregar a un Centro de Acopio para su manejo y re-utilización ecológica.

Entre las ventajas del híbrido de piña MD2 sobre la Cayena Lisa, para ser consumido en fresco y exportado, están la forma cilíndrica del fruto; ojos planos, extendidos y brillantes; corona casi sin espinas; atractiva pulpa color amarillo-intenso, densa y con más fibras dietéticas finas; sabor dulce; 50% menor cantidad de rafidios de oxalato de calcio -causante de laceraciones en la lengua; ocho veces mayor contenido de Vitamina C; y más resistencia al “Ennegrecimiento Interno” –desorden fisiológico- en su traslado bajo refrigeración.

Este genotipo es ahora cultivado en el 40% de la superficie que anualmente se cosecha por medianos y grandes productores y empresas, principalmente para el mercado externo, aunque más de la mitad es consumida en el mercado interno, fresco y de proceso.

El 50% de una fruta de piña es pulpa comestible, 35% es cáscara para tepache, 15% es una corona para planta ornamental, mientras que las 60 a 80 hojas de la planta-madre, contienen fibras fuertes, blancas y sedosas que –en otros países- se usan en textiles para elaborar tapicería para muebles, ropa, bolsas, y últimamente, calzado de alta calidad.

Por otro lado, a la piña se le atribuyen cualidades benéficas para la salud por su alto contenido de agua, tipo de azúcares, fibra dietética, vitaminas A, B, C, D y E, minerales como calcio, fósforo, potasio, magnesio, zinc y yodo, carotenos y principalmente bromelina, enzima natural que suele ser utilizada en tratamientos antiinflamatorios, de cicatrización, del sistema inmunitario, anticancerígenos, diuréticos y sobre todo para la buena digestión de los alimentos, con fines de mantener un adecuado balance nutricional y peso corporal, entre otros.

Para mayor información, consulte: http://ciestaam.edu.mx/libro/la-pinia-mexicana