Al cumplir sus primeros 80 años de vida hay muchas formas de recorrer la historia del Instituto Mexicano del Seguro Social y hoy quiero proponer un método distinto. No están ustedes para saberlo, pero yo sí para contarles que en mi tesis de licenciatura en Ciencia Política utilicé un método de investigación poco común: la historia contrafactual. Partir de la pregunta ¿qué hubiera pasado si? ¿Cuál habría sido el devenir de la historia si una decisión, un acontecimiento, hubiera tenido un final distinto?

En Historia de la Noche, Jorge Luis Borges hace un planteamiento similar: Pienso en las cosas que pudieron ser y no fueron. (…) La historia sin la tarde de la Cruz y la tarde de la cicuta. / La historia sin el rostro de Helena (…) / En las tres jornadas de Gettysburg la victoria del Sur. El amor que no compartimos. / El orbe sin la rueda o sin la rosa. / El otro cuerno del Unicornio. / El hijo que no tuve.

De ahí esta provocación: ¿Qué hubiera pasado si no hubiera existido el IMSS?

En las Olimpiadas de México de 1968 el ruso Vladimir Kosinsky hubiera ganado la medalla de oro en los 200 metros braza de natación. En 1988, el primer trasplante de corazón habría ocurrido en un hospital privado y probablemente por médicos extranjeros. En la Avenida Cuauhtémoc número 1330, quizá habría un Centro Comercial y en la Unidad Independencia un condominio residencial. Los investigadores mexicanos y latinoamericanos publicarían todos sus hallazgos en The Lancet. En las campañas de vacunación a la población rural ejércitos de Médicos Sin Fronteras. En 1954, Siqueiros hubiera tenido que hacer más pintura de caballete.

Pero afortunadamente hubo IMSS. Y el Tibio Muñoz ganó la medalla de oro en México 68; y el Dr. Rubén Arguero hizo el primer trasplante de corazón en México en La Raza; y en 1962 se fundó la revista Archivos de Investigación Médica, la más importante de Latinoamérica. Y los arquitectos Yañez y Prieto realizaron sus obras que son patrimonio arquitectónico y ejemplo mundial por su belleza y funcionalidad.

Hubo IMSS y en 1979 nació el IMSS-Coplamar. Y el Águila que abraza a la madre que alimenta al niño extendió sus alas hasta llegar a lo más lejano del país con un mensaje: aquí está el Seguro y es de México y es de todos.

Hubo IMSS porque hubo mexicanas y mexicanos que creyeron en él: García Téllez, Julieta Rico, Graciela Álvarez, Gaudencio González Garza, Carlos Mc Greggor, Georgina Velázquez, Benito Coquet, Gálvez Betancourt, Ortiz Mena, Reyes Heroles, Martínez Manatou, García Saenz, que tuvieron la osadía de imaginar al IMSS y proyectar su crecimiento.

Hubo IMSS y entró en operaciones con 207 empleados, una infraestructura médica de cinco sanatorios y una oficina rentada de 15 despachos. La primera cuenta de cheques se aperturó por 100 mil pesos que alcanzaba para pagar apenas 45 meses de renta. El área de investigación inició en una bodega, la promoción al deporte en una pequeña clínica en la Ciudad de México. Los teatros del IMSS en un pequeño cuarto a la entrada de lo que sería el Teatro Xola.

Sin IMSS, México sería otro. Un país con menos oportunidades, menos solidaridad y menos conciencia del valor social de la salud y la seguridad de los trabajadores. Pero hubo IMSS y hoy tiene 500 mil trabajadoras y trabajadores, 7 Centros Médicos Nacionales que agrupan 25 unidades médicas de alta especialidad, 251 Hospitales, 1,526 unidades de medicina familiar, 123 centros de seguridad social, cinco Centros y 41 Unidades de Investigación Médica, Biomédica, Epidemiológica y de Servicios de Salud,12 unidades deportivas, 38 teatros, 60 tiendas, 18 velatorios, 1,323 guarderías y 4 centros vacacionales.

En un año se otorgan 88 millones de consultas de medicina familiar, 21 millones de consultas de especialidad, se hacen 1.3 millones de cirugías y, cada día 1,128 bebés nacen en una cama del IMSS. Además, se cuenta con una reserva de 400 mil millones de pesos e ingresan al año 601 mil millones de pesos para su operación.

Hubo IMSS y eso nos lleva a reflexionar: ¿qué ha permitido a las naciones, las instituciones y a las personas salir adelante en los momentos de agitación? La difícil y valiente decisión de tomar un rumbo y no cambiarlo. Y en el IMSS de la cuarta transformación lo tenemos claro: el plan es la transformación y el rumbo el porvenir.
 

POR ZOÉ ROBLEDO, DIRECTOR GENERAL DEL IMSS

PUBLICADO EN MILENIO EL 31 DE ENERO DE 2023