Hablemos de Dinamarca. Pero no de sus 43, 094 kilómetros cuadrados de extensión, sus 406 islas y 7, 314 km de costas, no; hablemos de su atención médica. De acuerdo con el índice de atención médica 2022 de la revista CEOWorld, Dinamarca tiene uno de los tres mejores sistema de salud del mundo.

Este sistema ha destacado por su calidad, infraestructura médica, costos y disponibilidad de medicamentos. Con excepción de farmacia, odontología, fisioterapia y podología, todos los servicios médicos en Dinamarca son gratuitos y el 99% de la población tiene asignado un médico especialista en atención primaria. En el país danés se apostó por un sistema 100% público, con planeación centralizada, gratuita y universal, de cobertura amplia y enfocado en lo preventivo. Se apostó por la seguridad social como derecho universal.

Para el economista y político británico William Henry Beveridge, famoso por su informe Social Insurance and Allied Services, de 1942, los sistemas de salud deben estar gestionados por el Gobierno para tener mejores resultados. Desde entonces el modelo Beveridge se ha implementado en diversos países: Suecia, Finlandia, Noruega, Dinamarca o Nueva Zelanda. Un modelo que busca consolidar una amplia red de infraestructura hospitalaria pública y fortalecer la contratación de personal de salud como funcionarios de gobierno a través de una política fiscal para su sostenimiento.

Comparado con otros modelos y sistemas de salud como el de Alemania, Bélgica, Suiza o Austria, donde los usuarios pagan una tarifa a un fondo que financia los servicios de salud otorgados por instituciones estatales o privadas (Modelo Bismarck), los países con atención médica 100% pública tienen más cobertura, menores costos y mejor calidad en la prestación de servicios.

Además los sistemas 100% públicos han demostrado más fortaleza y solidez ante la emergencia. Desde 2022, derivado de la pandemia, hemos visto a gobiernos operando rescates financieros de compañías privadas de atención médica. Consorcios y hospitales que se declararon en bancarrota: 46 en China, 36 en Estados Unidos, 33 en Japón. En Alemania uno de cada 3 hospitales privados está en bancarrota por el incremento de los precios de la energía.

A eso nos referimos cuando hablamos de Dinamarca en la transformación del sistema de salud de nuestro país, a un sistema 100% público. Con el Organismo Público Descentralizado IMSS Bienestar se brinda atención en unidades médicas públicas donde nunca participan proveedores privados financiados con recursos públicos, como ocurría con el seguro popular.

IMSS Bienestar, además, no subroga ningún servicio de las áreas operativas básicas como lavandería, intendencia, higiene y limpieza y preparación de alimentos y dietas. Se hace frente a la privatización silenciosa de los servicios de atención médica: salas de hemodiálisis dentro de las unidades y farmacias privadas en hospitales públicos.

Con este modelo hoy se brinda atención médica y medicamentos gratuitos a 25.7 millones de personas sin seguridad social en 330 hospitales y 10 unidades de especialidades médicas en 24 estados. De 2019 a la fecha pasó de tener 3,982 unidades de primer nivel a 8,079.

Nayarit, Tlaxcala, Colima, Sonora, Sinaloa, Baja California Sur, Campeche, Veracruz y Guerrero ya se han sumado a esta transformación en salud y pronto se sumarán más. Con diálogo, trabajo en equipo y voluntad política lograremos el sueño planteado por el presidente Andrés Manuel López Obrador: garantizar el derecho humano a la salud. 
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