Cuando se aborda el tema de la salud mental, es común que se perciba como algo que no tiene impacto en nuestras vidas. Sin embargo, esta percepción es errónea. Una de cada ocho personas en el mundo tiene un problema de salud mental (OMS, 2022), esto sin contar a todas aquellas que sufren en silencio por temor a lo que la sociedad dirá de ellas. 

 

Puede ser que alguien cercano, tu pareja, un familiar o incluso tú, estén pasando por algo complicado y no pueden expresarlo por miedo al “¿qué dirán?”. 

 

¿Cuál es la razón de esto? El estigma existente sobre la salud mental, el cual es propiciado por la forma en la que hablamos del tema.

 

El primer paso es hablar correctamente de ésto; no se trata de trastornos o enfermedades, sino de condiciones o problemas de salud mental.

 

En el universo de la salud, donde la comprensión y la empatía son el punto de partida, el lenguaje emerge como una herramienta que aporta un espacio seguro para todas las personas. 

 

Sin embargo, su uso descuidado puede generar un sesgo discriminatorio que obstaculiza la búsqueda de ayuda y perpetúa la lucha interna de quienes viven con ello.

 

El lenguaje no es solo un medio de comunicación, es un reflejo de nuestras creencias, prejuicios y actitudes hacia el mundo que nos rodea. Las palabras pueden construir puentes de comprensión o levantar muros que propician la discriminación de las personas. Por ejemplo, aún existen países que penalizan la conducta suicida (OMS, 2022). En lugar de darles su mano a aquellos que lo solicitaban, deciden quitarles su libertad. 

 

Es esencial comprender que el estigma se alimenta de la falta de información, los mitos arraigados y los estereotipos negativos. Y es en este punto donde la forma en la que nos comunicamos cumple una misión fundamental.

 

¿Cómo podemos utilizar las palabras para promover la comprensión en torno a la salud mental? Entendiendo que hablamos de personas, no de números. 

 

El lenguaje puede desempeñar un papel vital en la promoción de la esperanza y la recuperación: utilizar palabras que transmitan un mensaje de empoderamiento puede ayudar a contrarrestar el aislamiento que a menudo acompañan a las personas que luchan día a día con problemas de salud mental. 

 

La lucha queda en cada uno de nosotros. Cambiemos la forma en que las personas entienden este tema, una palabra a la vez.