En 1957, el Comité de Expertos en Organización de la Asistencia Médica de la Organización Mundial de la Salud publicó el documento Función de los hospitales en los programas de protección de la salud. Ahí se apunta que el hospital es parte integrante de una organización médica y social cuya misión consiste en proporcionar a la población una asistencia médico sanitaria completa, tanto curativa como preventiva, y cuyos servicios externos irradian hasta el ámbito familiar.

Desde entonces se advertía que para otorgar servicios de salud de forma adecuada era conveniente un control administrativo general y unificado de los servicios hospitalarios y de salud pública, así como la centralización de funciones, como las de contabilidad, estadística, lavandería y compra de medicamentos y suministros médicos.

Su aplicación en México inició en 1982 con una reforma de Estado y administrativa que promovía la descentralización de la vida nacional y buscaba consolidar un Sistema Nacional de Salud con los gobiernos subnacionales, las entidades federativas. Esto derivó en fundamentos legales robustos, diseños institucionales contradictorios, procesos inacabados e implementaciones que arraigaron la desigualdad, la fragmentación del sistema de salud y una atención heterogénea que complicó procesos.

En el mejor de los casos se trató de buenas intenciones que no se materializaron en los servicios brindados y que terminaron de acentuar de manera regionalizada las brechas de desigualdad. Por eso hoy, en tiempos de la cuarta transformación de la vida pública del país, revertimos la descentralización que tanto daño le ha hecho al sector y a la salud de las y los mexicanos.

Al hablar de Dinamarca en la transformación de la salud nos referimos a un sistema de salud integrado, uniforme y con un responsable fuerte para ejercer recursos. Para ello, el 31 de agosto de 2022 se creó el Organismo Público Descentralizado denominado Servicios de Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social para el Bienestar (IMSS-BIENESTAR), un organismo con personalidad jurídica y patrimonio propio para atender a las personas sin seguridad social.
 

Este 1 de abril cumpliremos un año desde el inicio de la implementación del IMSS Bienestar en los estados y en este tiempo los resultados saltan a la vista: En primer lugar, se cuenta con una atención homogénea: se diseñó el Modelo de Atención para la Salud MÁS Bienestar que es el esquema de cuidados integrales que conjunta las estrategias, procesos, procedimientos, herramientas y recursos que deben asegurarse en las instituciones públicas de salud para otorgar asistencia. Un modelo con cinco ejes: promoción de la salud, prevención de enfermedades, tratamiento, rehabilitación y cuidados paliativos y, finalmente, prevención y alivio del sufrimiento por enfermedades potencialmente mortales.

En segundo lugar, la planificación centralizada permite contratar al personal necesario. Desde el arranque de la federalización hemos contratado 4,704 médicos y médicas especialistas para el OPD IMSS-Bienestar: 1,210 médicos especialistas contratados vía las Convocatorias lanzadas del 24 de mayo al 20 de agosto de 2022; 610 especialistas vía el Convenio con Servicios Médicos Cubanos; 171 reclutados por medio de la Convocatoria Internacional lanzada del 15 de febrero al 2 de marzo de 2023; 2,057 residentes en su último año de formación que estarán en 232 hospitales IMSS-Bienestar y 656 especialistas que se incorporaron en la Jornada de Reclutamiento 2023.

Con el IMSS Bienestar la salud es un derecho, por eso en la próxima entrega explicaré la gratuidad de este modelo y cómo se han ido cerrando las cajas de cobro que había en clínicas y hospitales a lo largo del país. 
 

Zoé Robledo.