¿Cuál es mi propósito en la tierra?, ¿Qué hago aquí y cómo le hago para que el mundo se dé cuenta de que existo? Son algunas de las preguntas que me hecho en este periodo de mi corta vida, en que me he identificado, conocido y trabajado para saber cuál será mi gran misión en el planeta. La pregunta se fue contestando por sí sola: me he dado cuenta que en la sociedad hay mucha carencia de cultura y valores, hay gente tan egocéntrica y mala allá afuera que impide que seamos una sociedad desarrollada como la merecemos. Gracias a la formación académica y personal CONALEP ha influido en mí para experimentar y conocer la idea de cómo se está manejando mi entorno. Al ingresar a la institución fui incentivando una etapa de madurez que me ayuda a pensar en un nivel óptimo para ir encontrando lo que tanto estoy buscando. Los valores que me son inculcados dentro del plantel me han orientado de una excelente manera, ya que la solidaridad y el trabajo en equipo son de suma importancia para hacer contacto con las demás personas y así promover la colaboración, la empatía, el compañerismo y más que nada la satisfacción de hacer trabajo de calidad.

Nuestro planeta está en peligro, nuestros recursos naturales se están agotando, los animales se extinguen, los océanos se contaminan, la pobreza está creciendo, los glaciares se derriten y los fenómenos meteorológicos se han vuelto catastróficos para toda la población. Tenemos problemas que nos están afectando y no valoramos lo que tenemos ahora. Las pequeñas acciones que hacemos comúnmente, esas pequeñas acciones a las que no les damos importancia, pero sabemos que están mal, hacen que nuestro mundo se deteriore, luego empezamos a justificar por qué las cosas nos suceden a nosotros, pero esas son excusas, sabiendo que hay que ver la perspectiva de las sucesos como una oportunidad para seguir creciendo y darnos cuenta que el daño que estamos causando nos afecta a nosotros también.

Hoy es el momento de cambiar, de tener empatía por el mundo y entender la problemática que estamos viviendo. La naturaleza no negocia y no está dispuesta a esperar que todos cambiemos la forma de ver las cosas, pero creo que cada uno de nosotros puede hacer la diferencia.

Debido a la gran carencia de valores en nuestra sociedad, con el simple hecho de hacer un cambio y que los demás lo vean, comenzarán a tomar conciencia de las pequeñas acciones que impactan para un nuevo estilo de vida, en nuestra personalidad y, sobre todo, en nuestro planeta. Porque hacen falta personas que decidan cumplir con su compromiso social, que utilicen sus mejores habilidades y contribuyan a hacer un beneficio en la sociedad. No hay que esperar a que nos sigan sucediendo catástrofes, para darnos cuenta de lo que estamos perdiendo. Es momento de hacer la diferencia, y eso está en cada uno de nosotros.

Hoy en día, los jóvenes tenemos mucho miedo a hablar, a hacernos sentir, a expresar lo que sentimos, y sobre todo a ser comprendidos. Tenemos tanta preocupación por lo que va a pasar allá afuera, porque sabemos lo frustrante que es el pensar en lo que pasará en nuestro futuro. Queremos estar seguros de lograr nuestras metas u objetivos propuestos y así ser felices. Estamos obsesionados en que la felicidad radica en si la carrera que vas a estudiar es la correcta, en conseguir un buen empleo, saber si generaremos el dinero suficiente para satisfacer nuestras necesidades, y en todo lo que podamos llegar a acumular, ahí llega un momento de frustración en la que todos esos pensamientos nos bombardean por todos lados y nos sentimos en un momento de incertidumbre muy malo. La felicidad no debe radicar en todos esos pensamientos, la felicidad debe radicar en el camino, en el esfuerzo, en el intento, el haber dado lo mejor de ti debe ser razón suficiente para sentirte satisfecho por lo que has logrado y por todo el sacrificio que hiciste para verte donde ahora estás Y si te llega una oportunidad de crecer, debes tomarla, arriésgate, vive la experiencia y aprende de ella, eso te transforma en una mejor persona, eso te hace esencial, eso te hace ser tú.

Independientemente de los resultados que se vayan dando, debes disfrutar cada uno de esos momentos, debes estar agradecido con lo que tienes, porque una lágrima es para una pronta sonrisa, un esfuerzo es para posibilitar un logro, un fracaso es para un pronto éxito y la conciencia de llevar eso en nuestra mentes debe de romper las barreras que se van presentando en nuestra vida y sobrellevar todos esos obstáculos, convertirlos en logros importantes para nuestra vida. Hay que recordar que es momento de cambiar y tener una perspectiva diferente de ver las cosas, porque todo eso que nos pasa dejará un beneficio en nuestra vida.

Todos estos sucesos que reflejo en el texto han sido de cada aprendizaje que he tenido en CONALEP, cada maestro, cada actividad, cada participación social, cada testimonio de algún compañero, me lleva a analizar las situaciones y conocer cómo está situado el entorno en el que me encuentro, para saber lo que necesita y tratar de tener un impacto en cada una de las personas, sé que no es fácil pero nadie dijo que la vida lo es, solo que valía la pena vivirla y es un orgullo el poder estar aquí, hacer lo que más nos apasiona, por eso hay que agradecer lo que tenemos y disfrutar cada segundo que nos han concedido. Y, más que nada, hacerlo al máximo.

Soy orgullosamente CONALEP.