Estos pueden  ser de dos tipos: a) sistemas no conectados a la red, los cuales pueden contar con sistemas de acumulación de energía (baterías) o pueden tener una configuración más simple, sin baterías (autónomos); y b) sistemas conectados a la red.

En nuestro país, existen diversas zonas que no cuentan con disponibilidad de energía eléctrica, debido a que se encuentran en lugares distantes a donde existe la cobertura de la red eléctrica nacional. En este contexto, las unidades productivas que se encuentran en estos sitios, han recurrido a fuentes de energía alternas para satisfacer sus demandas energéticas, por ejemplo, utilizando motores de combustión interna, accionados con diferentes combustibles fósiles (Gasolina, Diesel, entre otros), debido principalmente al alto costo de tender la línea de la red general hasta el lugar de uso.

Lo anterior conlleva a una gran inversión por parte de los productores, debido al alto costo de estos combustibles por concepto de transporte, almacenamiento y distribución, además de que el uso de estos propicia una alta emisión de gases de efecto invernadero, lo que trae consigo impactos negativos hacia el medio ambiente.

De ahí que el uso de fuentes de energía renovable, como el caso de los sistemas fotovoltaicos aplicados al bombeo de agua o refrigeración solar, surge como una alternativa viable que pueda abatir las dificultades presentadas por los requerimientos energéticos y de insumos dentro de estas unidades productivas.

Las aplicaciones más difundidas de estos sistemas, dentro del sector agropecuario, se están dando en riego en pequeñas áreas, el abrevadero de ganado, obtención de agua para consumo humano y bombeo para actividades de acuacultura.

Por su parte, los SF interconectados están integrados por un arreglo fotovoltaico (conjunto de módulos solares) y un inversor, el cual es un dispositivo electrónico que convierte bajo voltaje (CD) a alto voltaje (CA). Estos no tienen dispositivos de acumulación de energía, ya que la energía producida durante las horas de insolación es canalizada a la red eléctrica; y durante las horas de insolación escasa o nula, la carga de consumo proviene de la red.

Los fotovoltaicos interconectados a red pueden implementarse en un amplio abanico de agronegocios, como invernaderos, establos lecheros, granjas avícolas, rastros TIF, y unidades de turismo rural. Esta energía permite desplazar los altos consumos de energía que entrega la Comisión Federal de Electricidad y brindar la energía necesaria para diversas actividades productivas en estas unidades.