El ícono pehispánico que mayormente ha representado el México antiguo en el mundo es la llamada Piedra del Sol también conocida como Calendario Azteca; sin embargo esta pieza inconclusa no es propiamente un calendario.

La Piedra del Sol es una piedra iconográfica que conmemora el tiempo creado y destruido por los dioses, una imagen del orden cosmogónico considerado por los mexicas. La confusión proviene de la presencia de un círculo con los días del calendario indígena.

Esta Piedra esta labrada en un bloque de basalto cuya parte circular tiene un diámetro de 3.60 metros y un peso de 24 toneladas.

Sin que haya sido conformado con toda certeza, este Piedra colocada en posición horizontal puede haber sido una plataforma ceremonial en la que se realizaban sacrificios de prisioneros cuya muerte alimentaba al tiempo.

La Piedra del Sol revela su dimensión del tiempo en función de las edades del mundo y de los hombres.