•  Pese a su corta trayectoria, el célebre creador legó una vasta obra pictórica, escultórica, literaria y de grabado

Un mundo de tradiciones y rituales, de cosmovisiones y de realidades, el cual influyó fuertemente en el desarrollo creativo del chiapaneco Franco Lázaro Gómez (1920-1949), quien retrató las fiestas, leyendas y quehaceres cotidianos que de niño nutrieron su imaginación y visión artística, se presenta en una exposición en su honor.

Organizada por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), a través del Museo Regional de Chiapas, la muestra Franco Lázaro Gómez: El mensaje permanente de su vivencia, integrada por 16 imágenes impresas y ampliadas de los grabados en madera y linóleum del escultor, grabador, escritor y dibujante, se exhibe en el vestíbulo del recinto museístico.

Bajo estrictos protocolos sanitarios, como la toma de temperatura, uso de cubrebocas y sana distancia, además de un aforo de personas no mayor al 30 por ciento de capacidad del espacio museal, la muestra recuerda la calidad de la obra del artista nacido en Chiapa de Corzo, la cual a lo largo del tiempo ha sido referida y admirada por diversos especialistas en el tema.

Pese a que falleció a temprana edad (28 años), en un accidente en el río Lacanjá, en las inmediaciones de la Zona Arqueológica de Bonampak, Franco Lázaro dejó un extenso legado artístico de pintura, escultura, literatura y, principalmente, de grabado (integrado por más de 200 obras), el cual había permanecido disperso en periódicos de la época, en colecciones particulares y de su familia, y cuya obra reunida se ha ido incorporando a exposiciones; el Museo Regional de Chiapas reguarda un importante acervo del artista. 

Sus grabados han trascendido por su técnica y originalidad. En ellos, el creador chiapacorceño abordó tradiciones, leyendas, pasajes de la vida cotidiana; incorporó símbolos patrios y también recogió imágenes de la Revolución Mexicana o de acontecimientos políticos y militares que le tocó vivir.

De acuerdo al promotor cultural Rubén Anza Vázquez, Franco Lázaro Gómez reconoció la importancia de los valores cívicos y los plasmó en sus piezas, de manera que en el montaje se pueden observar las placas tituladas Castillo de Chapultepec, Niños héroes surgiendo de las llamas de una antorcha y Águila educativa, así como otras que muestran su fascinación por su cultura y su entorno, como Templo Santo Domingo de Guzmán, Carrera de caballos vista por atrás, Feria de Chiapa de Corzo y Fuente colonial de Chiapa de Corzo, además de las que plasman la vida cotidiana, las fiestas o sus personajes: Mujer orando y Parachico, entre otras.

Metal y aguafuerte eran sus técnicas más características, aunque también se le conocen grabados de línea, litografía, de punta seca y media tinta, además de haber incursionado en la pintura mural y de caballete.

Franco Lázaro Gómez nació en 1920, en una familia de artistas populares. Sus padres: Tomás Gómez y Damiana Hernández, al igual que sus hermanas y hermanos, se ganaban la vida tallando y pintando figuras religiosas y máscaras de parachico, además de moldear juguetes de barro.

Así, creció entre los trozos de madera, las pinturas, el horno, los moldes y la pila para remojar arcilla. Desde niño hacia figurillas de barro, mostrando su habilidad para moldearlas, dejando su impronta en piezas de la imaginería religiosa, como pequeños Niños Dios o Cristos. 

Su experiencia en el manejo de la pintura, la gráfica y el color, fueron parte de su vida y de su formación creativa. Trabajar técnicas como la laca, el fijado o el esgrafiado, fue algo común para él, lo que lo dotó de las bases para desarrollarse como artista en solo cuatro años, luego de ingresar a la Escuela de Artes Plásticas de Chiapas, en 1945.

En dicha institución tuvo como maestros al pintor y dibujante José María de la Cruz y al precursor y promotor del arte contemporáneo en Chiapas, Jorge Olvera Hernández, quienes lo impulsaron a continuar sus estudios en la Academia de San Carlos, en la Ciudad de México; aunque regresó pronto a su tierra, para impartir la cátedra de grabado en el recinto donde inicio su formación.

La exposición del célebre artista permanecerá en el vestíbulo del Museo Regional de Chiapas hasta el 25 de mayo. Horario: martes a domingo, de 9:00 a 15:00 horas. La entrada es libre.