A través de 60 grabados, registros fotográficos y fragmentos de películas, la exhibición El pasado del futuro: Proyecciones de la modernidad soviética, presenta un arte plástico de mediados del siglo XX en el que se unificó la belleza y los propósitos de modernidad con la realidad.

Desde el 12 de mayo el Museo Mural Diego Rivera alberga la exposición integrada por piezas del acervo de la Academia de Artes, expuestas por primera vez. Se plantea un panorama de la producción gráfica soviética creada por artistas como Illarion Vladimirovic Golicyn, Skorodumova Taisiya Nikolaevna,  Aldona Skirutyte, Ivan Mikhailovich, y Lev Viktorovich.

El montaje curado por Adolfo Mantilla, muestra a los visitantes que la cultura visual de finales del siglo XIX, en la que se registró la geografía, la demografía y la dinámica social, tomando como referentes al proletariado y la vida rural; fueron las bases de la creación artística de las siguientes cinco décadas.

El espectador puede recorrer un arte cargado de elementos propagandísticos de los primeros años del 1900, donde destacan los carteles, seguido del arte visual donde se sintetizó las concepciones espirituales y actividades sociales.

La mayoría de las obras fueron creadas en la década de los años cincuenta y sesenta, en las que los artistas proyectaron un imaginario con referencias nostálgicas de escenarios bucólicos que seguían aludiendo a un pasado abandonado por las aspiraciones de modernización y con la que se registraba que seguía la permanencia de un mundo rural.

“La gráfica soviética derivó en un instrumento eficiente para proyectar concepciones ideológicas, que los 30 años siguientes  utilizaron al pueblo soviético como figura heroica y elemento simbólico para ilustrar el proceso de modernización”, se lee en el texto introductorio de la muestra.

El montaje se divide en cuatro núcleos temáticos: Registros de un presente continuo, Proyecciones de la modernidad futura, Narrativas verídicas, y Relatos fantásticos.

En Registros de un presente continuo, se observan grabados que proyectan  el imaginario de modernización a través del uso de la industria como elemento de desarrollo, aspiración del nuevo régimen bolchevique-comunista instalado en 1917, luego de disolverse la dinastía Romanov.

Entre las piezas que aquí se observan están Moscú se construye, de Gurij F. Zacharov, que muestra a una ciudad moderna en la que se levantan edificios, una serie intitulada Construcción petrolera, de Zubkovsky Georgiy Semenovich.

En el segundo apartado, Proyecciones de la modernidad futura, están obras que registraron los espacios que fueron intervenidos por la industrialización, y funcionaban como emblemas de una proyección de aquel futuro imaginado en décadas anteriores.

En las obras aparecen hombres y mujeres, un ejemplo es el grabado Preciosas de Lev Viktorovich Shepelev, en la que se plasmó un ambiente de bienestar que intentaba evocar un presente imaginario.

Las piezas que se observan suponen la sustitución de la vida rural por la urbanización, el uso del caballo y la carreta por el automóvil y las actividades agrícolas de pastoreo por el trabajo de las fábricas.

En este espacio de la muestra también se puede mirar un fragmento del filme Lo viejo y lo nuevo, del director Serguéi Eisenstein, donde a través de la poética de la imagen se refleja la implementación de procesos industriales y sus efectos en la vida cotidiana soviética, aspectos que habrían de impactar de manera significativa la construcción de la identidad, las proyecciones de la sociedad y sus ideales.

En Narrativas verídicas, se explica que la dimensión histórica encontró un punto de fusión con la poética donde héroes protagónicos sustentaron el imaginario de la lucha por la consolidación de una nación y la defensa de su soberanía, alcanzando su punto culminar con la carrera espacial marcada por el lanzamiento del Sputnik en 1957.

En este núcleo destaca una serie de grabados de Hristo Neikov, quien plasmó en la década de los sesenta las adversidades a las que se enfrentó la población durante la revolución bolchevique: Herido, Combate, Noche, Manifestación, y Mujeres, son algunos de los títulos.

En el cuarto apartado Relatos fantásticos, se exhiben obras que hacen referencia a construcciones imaginarias sobre la nación, la democratización, el pasado rural y el futuro moderno, usando a los distintos agentes sociales como instrumentos para la consolidación de la narrativa utópica que marcó el impulso del arte gráfico de dicho periodo.

Se aprecia Cancioncita de mi patria (1961), de Aldona, Prano Skirutytè y Lazo, obra que registró las dimensiones emocionales respecto a la unidad del pueblo y su identidad. La pieza es ejemplo de cómo artistas tomaron a personajes populares como al minero, los pescadores y las madres como protagonistas de una realidad poética.

La exposición El pasado del futuro: Proyecciones de la modernidad soviética, estará en el Museo Mural Diego Rivera hasta el 8 de julio de 2018. Horario: martes a domingo de 10:00 a 18:00 horas. Entrada: $35. Domingo, entrada libre.

El recinto museístico se localiza entre las calles Balderas y Colón s/n, en el Centro Histórico de la Ciudad de México.

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