El cine patrocinado por el Estado cardenista intentaba, en un nivel estético-ideológico, presentar en las pantallas al “otro México”: un país protagonista de transformaciones que el nuevo régimen propiciaba en todos los ámbitos territoriales y económicos, así lo afirmó Rosario Vidal Bonifaz en su charla Imágenes fílmicas de Michoacán durante el periodo cardenista, que tuvo lugar este 4 de agosto en la Sala 4, Arcady Boytler.

La sesión tuvo lugar como parte del ciclo de Charlas de cine, coordinado por el Centro de Documentación de la Cineteca Nacional. La profesora del Departamento de Sociología de la Universidad de Guadalajara platicó acerca de cómo la cinefilia de Lázaro Cárdenas fomentó el desarrollo de instituciones cinematográficas que, a su vez, lo ayudaron a construir su legitimidad como presidente. “Cárdenas no desconocía el potencial que el medio fílmico tenía en la moderna sociedad de masas”, aseguró.

La doctora en Ciencias del Desarrollo Humano tomó como base La transmisión pacífica al poder (Agustín P. Delgado, 1934), un cortometraje de tres minutos encargado por el propio Cárdenas al ganar las elecciones que muestra un fragmento del discurso ofrecido durante su toma de posesión. Además, retrata al político mexicano antes de aceptar la Presidencia, acompañado de su esposa e hijo en el jardín de su casa.

La investigadora comentó que “lo importante era exaltar, por medio del cine, el agrarismo, el estímulo al deporte y la cultura popular”. Jícaras de Michoacán (Jorge Pezet, 1936) fue el segundo cortometraje proyectado durante la plática e ilustra la creación de vasijas por los indígenas michoacanos, la Danza de los viejitos y diferentes locaciones en Tzintzuntzán y Uruapan para reivindicar la posición de los pueblos autóctonos en la sociedad mexicana.

“Las transformaciones implementadas a lo largo y ancho del sexenio cardenista tuvieron un gran impacto en el medio fílmico nacional”, aseguró Vidal Bonifaz. A partir de enero de 1935, el Congreso de la Unión pudo legislar en torno a la industria del cine, se llevaron a cabo las primeras discusiones para la fundación del Banco Cinematográfico, y en 1936 se creó el Departamento Autónomo de Publicidad y Propaganda, institución que estuvo a cargo de los filmes proestatales de esa época.

Otros documentales que ejemplificaron la charla fueron Flor de las peñas (Kherendi tzitzica, 1938), de Felipe Gregorio Castillo; Los niños españoles en México (1939), del mismo director; Lázaro Cárdenas con niños españoles (anónimo, 1937), y Tlalpujahua (1938), de Miguel M. Delgado. Los cuatro cortometrajes además de mostrar algunos aspectos de la educación en Michoacán y la vida obrera, trataban de enaltecer la ideología cardenista de manera propagandística.

En la primera parte de la conferencia la especialista hizo un breve recuento de los puntos más importantes del gobierno de Lázaro Cárdenas. Dijo que su administración en Michoacán, donde gobernó de 1928 a 1932, fue lo “suficientemente positiva como para catapultarlo” a la Presidencia del país. Las políticas implementadas a lo largo de su régimen como gobernador fueron ampliadas nacionalmente cuando se volvió presidente.

“La política de masas previamente ensayada en Michoacán se tradujo, no sin obstáculos y reticencias de diversa índole, en un aproximado del 60 por ciento de aumento de la inversión pública”, comentó. También consideró la creación de instituciones, por ejemplo, la Comisión Federal de Electricidad, Petróleos Mexicanos y el Instituto Politécnico Nacional, como puntos fuertes del mandato cardenista.

Las Charlas de cine del Centro de Documentación continuarán el martes 11 de agosto con La comedia romántica del cine mexicano en la etapa del neoliberalismo, a cargo de Ignacio Sánchez Prado. Se complementará con la proyección de Sólo con tu pareja (Alfonso Cuarón, 1991).

Información: RGY

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