La secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo), Gabriela Rodríguez Ramírez, mencionó que, la Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo demostró el peso que tiene la solidaridad internacional, cuando 179 países del mundo reconocieron, por consenso, el derecho a decidir de las mujeres.

Fue inédito, el llamado para incluir la salud sexual y los derechos reproductivos en la educación sexual, en los servicios de salud reproductiva y el aborto seguro donde estuviera permitido por las leyes. El Plan de Acción de El Cairo ha sido el marco que amplió la agenda en los países del continente latinoamericano. El Consenso de Montevideo concretó el Plan de Acción al centrarse en las desigualdades de clase, étnicas, etarias, sexuales y de género frente a un orden económico mundial.

Señaló que con 132.3 millones de habitantes, ocupamos el décimo lugar entre los países con más población en el mundo y que a 50 años de la creación del Consejo Nacional de Población crecemos lentamente, a menos del uno por ciento anual (0.85/2024) y que se reconoce el freno en la fecundidad: las mujeres mexicanas tienen menos de 2 hijos/as en promedio (1.9 hijas/os/2024), la tasa de fecundidad en adolescentes descendió, la educación sexual y reproductiva es un derecho constitucional y es un mandato que los planes y programas de estudio tengan perspectiva de género; indicó también que la interrupción del embarazo por voluntad de la mujer pasó a ser un derecho en 13 de las 32 entidades del país.

Y que pese a los avances aún persisten desigualdades regionales. Por una discriminación histórica y estructural, las poblaciones indígenas y afrodescendientes presentan mayores tasas de fecundidad y menor esperanza de vida, y se registra un estancamiento en la tasa de uniones forzadas y de niñas-madres menores de 14 años y que es preciso superar pautas patriarcales milenarias.

Compartió que el nuevo perfil demográfico de México obliga a anticiparse a los cambios en la estructura por edad; de acuerdo con las proyecciones de población del Conapo, el grupo de personas jóvenes adultas representa el mayor volumen de la población (38.1% tiene entre 30 a 59 años) y en 50 años engrosarán al grupo de mayores de 60 años, casi triplicando su volumen (de 12.4 a 34.2%). El inminente proceso de envejecimiento poblacional reclama un enfoque intergeneracional.

Resaltó que es importante desde la infancia eliminar situaciones de desventaja y promover una vida saludable en niñas, niños y adolescentes; erradicar todo tipo de violencias y de embarazos en la segunda década de vida; reforzar la inversión en la generación de estudiantes y jóvenes, ampliar el acceso a la educación superior y ampliar el mercado laboral y el trabajo decente con seguridad social para las y los jóvenes adultos, así como superar las brechas de género.

Sobre el sistema de cuidados, refirió que las políticas tienen que articular el trabajo de cuidados: el 96 por ciento menores de 5 años son cuidadas por mujeres, dos terceras partes de ellas cuidan a personas mayores y que aunque todas y todos los mexicanos de 65 años y más reciben una pensión universal de 180 dólares mensuales, como un mínimo vital; la brecha está en la pensión por jubilación: sólo la recibe el 40 por ciento de los trabajadores y el 25 por ciento de las mujeres trabajadoras, porque ellas se ocuparon mayormente en el sector informal y en el trabajo de cuidados, un trabajo que no se paga y que debe asumirse como responsabilidad de Estado. 

Finalizó su intervención diciendo que es necesario solidarizarnos para garantizar un trabajo decente, con horarios más cortos y más flexibles, para mejorar la atención de niñas, niños, adolescentes y de las personas en situación de dependencia. La economía de cuidados es una ruta indispensable para la convivencia, para hacer viable la movilidad social y la autonomía de las mujeres.

para ver la reunión completa puede seguir la siguiente liga: https://webtv.un.org/en/asset/k15/k1590yxuw6