Si miras a tu alrededor, descubrirás que junto a ti hay personas con las que compartes territorio, historia, idioma y algunas costumbres. Todas ellas forman parte de la población humana a la que perteneces y también te darás cuenta, que están regidas por diferentes factores como el social, económico, cultural, político y el más importante, el ambiental.
Al hablar del factor ambiental, hacemos énfasis a los recursos naturales que le han dado supervivencia a las poblaciones y que han influido para incrementar o reducir el tamaño de estos grupos. Sabemos que desde los orígenes de la humanidad, se ha mantenido una estrecha relación con la naturaleza, pues a partir de ella se han obtenido alimentos, combustibles, medicamentos, materias primas, entre otros productos.
Sin embargo, a pesar del gran valor que tienen los recursos naturales para la población humana, han sido transformados intensamente y hoy, somos testigos de cómo los bosques, selvas y otros ecosistemas se han convertido en zonas urbanas. Los mares, ríos y lagos se encuentran contaminados, son más los desechos sólidos o líquidos depositados en el suelo o el agua y la quema de combustibles se ha incrementado. Todo esto, ha formado parte de las situaciones que han afectado al ambiente y además, se han convertido en un problema de salud para la población humana.
Por mencionar un ejemplo, las sustancias químicas que se liberan en el ambiente como los plaguicidas, contaminan la atmósfera, el agua y los alimentos. Pues a través de diferentes vías, estas sustancias tóxicas entran en contacto con nuestro cuerpo, adquiriendo condiciones que nos provocan enfermedades como diarrea, infecciones de las vías respiratorias, paludismo, cáncer, entre otras.
Además, la inadecuada planeación de las ciudades, el crecimiento acelerado de la población, el consumo excesivo que se tiene y en ocasiones, la incorrecta aplicación de las tecnologías, han ejercido una fuerte presión sobre los recursos naturales, rebasando la capacidad que tiene la naturaleza para recuperarlos y lograr un equilibrio natural.
A la par, el ser humano, a lo largo de la historia, ha acelerado el proceso de modificación del entorno y es él, quien representa el elemento clave capaz de implementar soluciones al deterioro y realizar acciones de conservación de la biodiversidad, de los ecosistemas y de los servicios que de ellos obtiene.
Tengamos presente que la salud de la biodiversidad y de los ecosistemas, comprende la salud de las especies que sostiene, entre ellas, la del ser humano. Por eso es momento de trabajar en el respeto a los derechos de los seres vivos, en la conservación de la biodiversidad y en el mantenimiento de los recursos naturales. Nosotros, como población, debemos cuidar y luchar por nuestra naturaleza, por más espacios verdes y por entornos más saludables.
¡En nuestras manos y en nuestras acciones está el cambio!