En la actualidad no existe ningún sector que se encuentre exento de su uso. El consumo desmesurado de los plásticos inicio en la década de los 80’s con la intención de sustituir el aluminio y el metal, pues sus características, como flexibilidad, ligereza, durabilidad y el bajo costo de producción, hacían del plástico un material predilecto en muchas industrias.

México se encuentra entre los países que produce mayor cantidad de polietileno tereftalato (PET), debido al alto consumo de refrescos y de agua embotellada. Se estima que al año se producen 200 botellas de PET por cada mexicano.

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Al año, un poco más de ocho millones de toneladas de plásticos van a parar a los océanos, lo que es equivalente a la carga de un camión de basura cada minuto. Con el efecto del sol, el plástico libera toxinas en el agua, afectando a organismos que se encuentran a diferentes niveles de profundidad, incluso a aves marinas.

Los plásticos de mayor tamaño provocan asfixia o atragantamiento en los animales, pero los microplásticos, que son pequeñas partículas sintéticas de difícil degradación (presentes en productos como detergentes, pasta dental, cosméticos, exfoliantes para la piel, protectores solares e incluso en muchas fibras sintéticas de ropa) son ingeridos por la fauna marina sin darse cuenta, provocándoles problemas alimenticios y reproductivos. Además, estos plásticos continúan su recorrido por la cadena alimenticia hasta regresar a nuestro plato de comida.

De los millones de toneladas de plástico que se producen, sólo el 14% de envases y embalajes es recogido para ser reciclado en todo el mundo. Y, ¿a dónde va a parar el resto de la basura?

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En el Océano Pacífico, debido a las corrientes marinas, se ha formado una isla de basura conocida como el “vórtice de plástico”. Su tamaño es comparable con la superficie de Francia y está ubicada cerca de Hawai y la costa oeste de Estados Unidos.

El aumento en el uso de este material amenaza el medio ambiente, lo que pone en peligro nuestra salud, la de los ecosistemas (incluyendo los acuáticos) y las especies que los habitan.

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Ante el estilo de vida consumista que llevamos, eliminar por completo el uso del plástico no es factible a corto plazo. Sin embargo, sí está en nuestras manos dar un mejor uso a lo que adquirimos y tomar consciencia del impacto ecológico de cada producto que compramos.

Datos para reflexionar

  • En la última década produjimos más plástico que en todo el siglo pasado.
  • El 50% del plástico es desechable o de un solo uso.
  • Cada minuto compramos 1 millón de botellas de plástico.
  • De los plásticos que existen en el océano, el 80% proviene de tierra, mientras que el 20% restante de la actividad marítima.

Te invitamos a llevar un registro para reducir tu consumo de plástico.