El grupo está formado por Mariano Martínez, Daryl McCarthy, Miguel Grageda y yo (Daniel Zamora). Nos subimos al vehículo jeep para acercarnos lo más posible a la Sierra Blanca y al flujo de lava Ives, donde iniciaremos una caminata de aproximadamente 9 km de ida y vuelta.

Después de poco más de una hora de camino, a través de terrenos arenosos y con la doble tracción del vehículo puesta, a las 5:40 pm llegamos al punto indicado, justo hasta la base de una sierra granítica, donde ya no podemos continuar en el vehículo, así que tomamos nuestras mochilas, probamos equipo, linternas, nos hidratamos y repartimos el peso del equipo de video. El grupo decidió no pasar la noche en el lugar, preferimos regresar al terminar la tarea de grabación de la salida de los murciélagos, así que nuestras mochilas no llevan demasiado peso.

/cms/uploads/image/file/599121/Listos_para_empezar_la_caminata_-_copia.png

Sin preámbulos, comenzamos a caminar en subida sobre un terreno rocoso y entre ocotillos que parecen estirarse para atrapar nuestras gorras y mochilas; apenas recorridos escasos 800 metros, surgen los primeros rasguños. Después de este breve ascenso llegamos al río de lava que pondrá a prueba nuestras piernas, rodillas, tobillos y calzado sobre las rocas escarpadas que forman este impresionante flujo de lava.

/cms/uploads/image/file/599118/_DSC1520_copia_-_copia.jpg

Miguel Grageda, quien ha visitado la cueva en varias ocasiones, es el guía del grupo y lleva el sistema de posicionamiento geográfico (gps) con la ubicación exacta de la cueva. Caminamos formados en fila, casi en línea recta subiendo, bajando, brincando y rodeando obstáculos, siempre poniendo mucha atención en donde pisamos, ya que además del terreno difícil, pudiéramos encontrar alguna serpiente en el camino. Afortunadamente aún no hace demasiado calor, tenemos 30ºC que hacen más fácil la caminata.

/cms/uploads/image/file/599123/_DSC1534_copia_-_copia.jpg

La luz del atardecer, hace resaltar las extrañas formaciones que dejó a su paso la roca fundida, con una edad de 12,000 años aproximadamente. Según los estudios, toda esta lava salió de una grieta cercana a la base de la sierra del Pinacate y avanzó aproximadamente 20 kilómetros hasta donde ahora se ubica el Centro de visitantes.

/cms/uploads/image/file/599120/Atardecer_-_copia.jpg

La vegetación en esta zona se conforma por ocotillos, gobernadora, rama blanca y algunos pocos sahuaros. Después de una hora y cuarenta y cinco minutos de caminata, llegamos a la zona donde está la entrada a la cueva, el terreno cambia un poco ya que ahora caminamos sobre placas de lava sueltas, que producen un sonido muy parecido al que hacen dos platos al golpearlos. Debemos tener más cuidado aún.

Finalmente localizamos la entrada a la cueva que se produjo por un derrumbe en la estructura, que ahora permite la entrada y salida de los murciélagos. La cueva de maternidad del murciélago magueyero es un tubo de lava que avanza desde la entrada aproximadamente de 300 a 400m de longitud bajo la superficie.

/cms/uploads/image/file/599122/Parte_exterior_del_tubo_de_lava_-_copia.jpg

Los tubos de lava se forman al haber un flujo constante de dicho material, que mientras fluye, la parte exterior al contacto con el aire se solidifica, pero al interior la lava sigue avanzando hasta que finalmente el flujo se detiene tras haber formado una estructura que puede ser lineal o tener ramificaciones.

/cms/uploads/image/file/599125/Otro_deruumbe_en_el_tubo_-_copia.jpg

Llegado el momento, Miguel comienza a sacar los instrumentos necesarios para la grabación: una cámara de video básica, pero que cuenta con la opción de visión nocturna, que junto con las lámparas infrarrojas consiguen una imagen muy clara de los murciélagos. La cámara se monta sobre una base que permite colocar una lámpara infrarroja a cada lado y a su vez asegurarla a un tripié, las lámparas infrarojas se conectan a una batería como las que usan las motocicletas. Miguel busca la orientación adecuada que permita ver a los murciélagos saliendo de la cueva en un vuelo de izquierda a derecha, de esta forma, con un algoritmo en computadora, se pueden contabilizar el total de individuos que aparecen durante toda la grabación. Son las 8:00 pm y la cámara está lista, está casi completamente oscuro y en cualquier momento comenzarán a salir.

/cms/uploads/image/file/599126/Miguel_colocando_la_c_mara_en_el__ngulo_correcto_-_copia.png

A las 8:20 pm aproximadamente se empieza a escuchar el aleteo de los primeros murciélagos y con el paso de los minutos se vuelve más intenso. Mientras la cámara hace su trabajo, esperamos sentados contemplando la noche y las estrellas, eso sí, siempre alertas por la presencia de víboras de cascabel, que como los cacomixtles, buscan alimento en esta cueva. Esta vez no es necesario entrar a la cueva, así que nos mantendremos alejados de la entrada para no molestar a la fauna. Algunas veces los murciélagos pasan volando muy cerca de nosotros, mientras esperamos sentados sobre las pocas rocas adecuadas para ello, ya que la mayoría con sus formas ásperas y afiladas no lo permiten.

/cms/uploads/image/file/599127/C_mara_lista_para_la_grabaci_n_-_copia.png

Dos horas y media después, ya cerca de la media noche, finalizamos la grabación, recogemos el equipo, estiramos las piernas y en medio de la noche nos preparamos para la caminata de regreso, cansados, pero satisfechos por haber logrado una vez más nuestro objetivo, con excelentes tomas de video y fotografía, y una experiencia más en nuestras vidas. Esperando llegar a casa a tomar un baño a eso de las 4 de la mañana.

#ConservarParaVivir