Conectividad del paisaje
La conectividad ecológica del territorio es uno de los atributos más importantes para la adaptación al cambio climático, pues un paisaje bien conectado permite que las especies puedan moverse entre sitios que tengan características favorables para su supervivencia, ante condiciones cambiantes ocasionadas por sus impactos. Además, un paisaje bien conectado mantiene la provisión de servicios ambientales, que permite a las comunidades aumentar su capacidad adaptativa y resiliencia.
En el marco del proyecto Resiliencia, la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo México y Pronatura Noreste realizaron la restauración del paisaje en 1,590 ha del Área de Protección de Recursos Naturales CADNR 004 Don Martín, distribuidas en siete sitios. De éstos, dos corresponden a ranchos de propiedad privada y cinco a ejidos de propiedad social, ubicados en los municipios de Cuatrociénegas (ejidos Reforma y Estanque de Norias), Múzquiz (comunidad de negros mascogos), San Juan de Sabinas (rancho La Primavera, Santa Isabel (hoy Nueva Rosita), Sabinas (predio El Rincón) y Juárez (rancho Las Galias), en Coahuila.
Restauración del ecosistema
Las acciones de restauración se llevaron a cabo para fortalecer y ampliar la conectividad del paisaje, y mejorar las condiciones de las áreas prioritarias para el descanso y alimentación de la mariposa monarca y el murciélago magueyero. Dichas acciones fueron identificadas en el Programa de Adaptación al Cambio Climático del Complejo Cuenca Don Martín, ya que ambas especies están amenazadas por la fragmentación del hábitat y por el cambio climático. Los sitios en los que se trabajó se encuentran en zonas de paso de la ruta de migración de ambas especies.
Pronatura Noreste llevó a cabo las acciones de restauración en sitios con degradación de suelos, provocada por la ganadería extensiva, que consistieron en la construcción de obras para captación de agua (bordos y subsuelo), exclusión del ganado con cercado perimetral, reforestación con especies nativas (colecta de semilla, siembra de plántulas y propagación de semillas de pastos) y construcción de obras para la recuperación y conservación de suelos (presas filtrantes y control de cárcavas).
Las obras de restauración se llevaron a cabo para retener y distribuir de mejor manera el agua, recuperar la cubierta vegetal con especies nativas y restituir el suelo degradado, con el fin de disminuir los impactos del cambio climático en los ecosistemas y en las actividades productivas de las comunidades locales, que dependen de los servicios ambientales que brinda el área natural protegida.
Con las obras de restauración se logró la exclusión de ganado en 570 ha, la construcción de obras de bordería en 520 ha, el subsoleo en 278 ha, la colecta de semillas de especies nativas en 21 ha y el establecimiento de 90 presas filtrantes. Con estas acciones se superó la meta comprometida al inicio del proyecto y se alcanzó un total de 1,590 ha con acciones de restauración.
En paralelo a las acciones del proyecto Resiliencia en campo, se llevaron a cabo seis talleres de educación ambiental dirigidos a los habitantes de los sitios en los que se implementaron las obras de restauración, en los que participaron 95 personas, de las cuales el 30% fueron mujeres y el 70% hombres.
Como resultado de las intervenciones realizadas, se espera la recuperación de la capacidad productiva del suelo, a través de la mejora de su capacidad de infiltración y aireación, y de la regeneración de la microbiología y el ciclo de nutrientes. Al propiciar la recuperación de las funciones de soporte del suelo, se promueven también la captura de carbono y la generación de biomasa, a partir de la cobertura vegetal.
Las áreas restauradas podrán aumentar la cobertura de especies que pueden ser utilizadas para el desarrollo de prácticas agroforestales, como el pastoreo de gramíneas y leguminosas, el aprovechamiento de frutos, semillas, resinas y otros derivados de la presencia de especies florísticas.
Propiciar una mayor diversidad y la recuperación de la vegetación promueve una mayor oferta de nichos que pueden servir como núcleos para la dispersión de semillas, polinización y provisión de alimento para la fauna silvestre.
Beneficios para la gente
Las comunidades en donde se desarrolló el proyecto presentan un alto grado de marginación debido a que se encuentras alejados o aislados de cabeceras municipales y carecen de infraestructura adecuada para la salud, educación, energía eléctrica, agua potable, manejo de residuos sólidos, manejo de aguas residuales y alimentación (CONAPO, 2010).
Las actividades productivas de las cuales subsisten (ganadería, agricultura, turismo) se encuentran amenazadas debido a los cambios sufridos en la precipitación, aumento de temperaturas y factores biológicos, como la introducción de especies exóticas-invasoras, la presencia de plagas/enfermedades y factores antrópicos, como la implementación de malas prácticas productivas y la contaminación.
La restauración ecológica del área natural protegida ayuda a las comunidades a hacer frente a las amenazas identificadas en la región e incrementar la resiliencia y la provisión de los servicios ambientales, lo cual también aumenta la capacidad de las comunidades humanas para adaptarse a los efectos e impactos generados por el cambio climático (Dudley et al., 2010). La restauración de los ecosistemas y de sus servicios ambientales, crea y fortalece la resiliencia biológica, social y económica de las comunidades, por lo que se incrementa su capacidad adaptativa (Hobbs et al., 2010).
La restauración de la funcionalidad de los ecosistemas es una medida de adaptación al cambio climático, ya que disminuye la vulnerabilidad de las poblaciones humanas y de los ecosistemas a lluvias intensas o sequías, vientos fuertes, deslizamientos de suelo y cambios de temperatura. Además, mejora la calidad del suelo y contribuye a mejorar la captura de carbono y a conservar los reservorios de carbono (CONANP, 2020).
Otro de los beneficios derivados del proyecto fue el involucramiento de las comunidades con empleo temporal a través del pago de jornales, lo que representa un ingreso adicional para las familias y comunidades rurales. Sin embargo, lo más relevante es que estas obras están encaminadas a recuperar las condiciones naturales de sus terrenos y mejorar tanto el hábitat de la vida silvestre como las actividades productivas ligadas, tal es el caso de la ganadería, la agricultura y el turismo.
Pasos siguientes
Está probado que ninguna intervención de restauración permanece a largo plazo si el sitio sigue bajo presión de actividades sin un manejo adecuado o de forma no sustentable. Por ello, se establecieron acuerdos con los productores para que las obras de exclusión se mantengan durante al menos tres años, con la finalidad de ocurra la regeneración natural y se tenga un mayor impacto en la recuperación de los sitios intervenidos.
Los productores que participaron en las obras de restauración compartieron los resultados del proyecto en sus predios con otras comunidades, grupos de productores y asociaciones ganaderas, quienes han mostrado interés en replicar en un futuro las acciones en otros sitios.
Con la restauración de los sitios y los planes de conservación y manejo que se planea desarrollar en los predios restaurados, se busca hacer un manejo y aprovechamiento sostenible e integral, que permita obtener ingresos directos e indirectos, lo cual contribuirá a la mejora de las condiciones sociales de las comunidades. En este sentido, las comunidades dentro del ANP demuestran disposición para empezar a desarrollar esquemas de ordenamiento y planeación territorial.
Con la implementación de estas acciones de restauración en campo, el involucramiento de las comunidades y los dueños de los predios, el desarrollo de capacidades a través de los talleres y el seguimiento y compromiso de todos los involucrados, se impulsó un manejo adaptativo basado en ecosistemas en la Cuenca Alimentadora del Distrito Nacional de Riesgo 004 Don Martín, que busca mejorar y aumentar las áreas de paso, alimentación y descanso del murciélago magueyero y de la mariposa monarca durante sus migraciones, al tiempo que se benefician las comunidades locales. Las acciones de restauración permitieron socializar los riesgos, amenazas y vulnerabilidades que representa el cambio climático para las comunidades, impulsando acciones para mejorar el manejo de las actividades productivas, en beneficio del socioecosistema.
#ConservarParaVivir