Socorro es una isla de origen volcánico, ubicada al sur de la costa oeste de México. Con una superficie de 130 km2, es el cuerpo insular de mayor superficie dentro del Parque Nacional Revillagigedo y presenta un elevado número de endemismos, destacando las especies vegetales. No obstante, el 30% de la isla presenta pérdida de segmentos de cobertura vegetal, compactación y erosión del suelo, derivado de la presencia de borregos introducidos, que ya fueron erradicados pero cuyos impactos sobre el hábitat repercuten hasta el día de hoy.
El efecto de borde derivado de la fragmentación del hábitat, que en isla Socorro fue provocada por la presencia de los borregos, implica un incremento de temperatura, disminución de la humedad y mayor incidencia de vientos. Estos efectos, a su vez, se ven exacerbados por la variabilidad derivada del cambio climático y se prevé se verán incrementados en la próxima década.
La conservación de suelos en isla Socorro como estrategia de adaptación al cambio climático se identificó con el análisis de vulnerabilidad de los ecosistemas del Parque Nacional Revillagigedo, en el marco del proyecto Resiliencia. Este análisis se basó en la herramienta para la Evaluación Rápida de la Vulnerabilidad en Áreas Marinas Protegidas de América del Norte, diseñada por la Comisión para la Cooperación Ambiental. Al tratarse de una metodología flexible, se hicieron adecuaciones específicas para el Parque Nacional Revillagigedo, lo que permitió hacer un análisis integral de las características, amenazas, capacidades y vulnerabilidades a una escala de paisaje y con un enfoque de conectividad, un atributo que en los sistemas insulares tiene gran relevancia.
La Evaluación Rápida de Vulnerabilidad del Parque constituye un instrumento que guía la implementación de acciones específicas alineadas a una estrategia de adaptación para disminuir las vulnerabilidades en cada uno de los ecosistemas. Para el caso de los ecosistemas terrestres, el análisis arrojó como prioridad la atención del control de erosión y la retención del suelo, como parte de una estrategia de restauración en la porción sur de isla Socorro.
A finales de 2019, en el marco del proyecto Resiliencia, se diseñó una ruta crítica para la restauración de suelos en isla Socorro, con la participación de instituciones de gobierno, organizaciones de la sociedad civil e investigadores. Dicha ruta crítica está compuesta por tres fases: 1) Diagnóstico y zonificación, 2) Obras piloto e 3) Implementación.
Como parte del Diagnóstico y zonificación, personal del Parque se encuentra realizando acciones prospectivas que incluyen toma de imágenes con dron para realización de ortomosaicos e implementación de obras, como barreras de piedra y acordonamiento de material vegetativo muerto en sitios prueba. Las barreras de piedra son bardas de 30 cm de alto y 30 cm de ancho, colocadas en el terreno conforme a las curvas de nivel, y separadas entre sí de acuerdo a la pendiente del sitio, previamente calculada mediante el monitoreo de cárcavas realizado continuamente por guardaparques. El objetivo de estas obras es retener los escurrimientos del agua de lluvia, favorecer la infiltración de la misma y lograr una retención de suelo, además de reducir el impacto de incendios forestales en la zona.
Las ANP tienen un papel primordial en la adaptación y mitigación del cambio climático, ya que albergan en su interior ecosistemas de importancia regional y global, permitiendo la conservación de servicios ecosistémicos que contribuyen a la reducción de la vulnerabilidad. Por ello, es necesario salvaguardar el capital natural de isla Socorro con acciones para restaurar los suelos.