Señoras y señores consejeros:
El informe que acabo de presentar, como es claro, hace referencia al desempeño institucional durante el primer semestre del presente año. No obstante, considero fundamental poner sobre la mesa una perspectiva de aproximación a lo que ha ocurrido con el Conafe durante los meses subsecuentes, considerando muy particularmente el impacto de los sismos que en septiembre sacudieron a ocho entidades del país, incluida la Ciudad de México.
Subrayo el hecho de que los sismos nos tomaron –como a todo el sector educativo– iniciando el ciclo escolar. Desafortunadamente, el edificio de nuestras oficinas centrales resultó dañado y nos obligó a su inmediata desocupación. 
Consciente de que esta emergencia dejaba a la intemperie a 800 servidores públicos, incluido el cuerpo directivo, determiné un curso de acción que – conservando la hoja de ruta que comprometí con ustedes– nos permitiera sortear la emergencia.
En primer lugar, ante la inseguridad del inmueble que refiero, giré instrucciones de inmediato, el mismo día del sismo del 19 de septiembre, para garantizar, por un lado, la seguridad para todo el personal, sin distingo alguno. Es decir, para que lo mismo el personal de confianza que el sindicalizado fuera protegido en su integridad física, en su ingreso económico y la seguridad social correspondiente, conforme lo mandata la ley. 
También instruí al cuerpo directivo para que, mediante fórmulas no convencionales, se garantizara el funcionamiento integral y con la mayor eficiencia posible del Conafe, con énfasis en los servicios educativos de educación básica comunitaria y educación Inicial.
Esta determinación implicó articular una plataforma de emergencia flexible y descentralizada en varias sedes, apuntalando una logística adecuada, además de  poner a salvo el centro de cómputo para asegurar conectividad en la zona metropolitana de la Ciudad de México y con las 31 entidades de la República.  
En este punto, dejo constancia de mi más franco reconocimiento y gratitud a dos instituciones hermanas del sector educativo, como son el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y TV Educativa, quienes han sido solidarios y sumamente generosos con el Conafe, al otorgarnos hospedaje y garantías de funcionamiento en áreas vitales como la de informática y  la oficina de la Dirección General.
El resultado de este esfuerzo de funcionamiento emergente ha sido muy alentador, toda vez que tanto el personal directivo como el personal profesional técnico y de apoyo de la Ciudad de México, con una fuerte ancla en el almacén (como se conoce a una de nuestras sedes alternas) lograron mantener la sinergia entre sí y con el circuito de delegaciones de los estados, para acompañar el inicio de clases de educación básica comunitaria que se ubicó en un 90% aproximadamente, así como allanar el camino y asegurar el inicio de actividades de Educación Inicial a principios de este mes de octubre. Como corolario de este punto subrayo que la vertiente de consolidación fue atendida en este tiempo, de acuerdo con los compromisos establecidos, particularmente en lo que refiere al acompañamiento de los alumnos transferidos a escuelas regulares y, algo muy importante, en el otorgamiento de los apoyos en becas “Acércate a tu Escuela”.
He instruido al director de Administración y Finanzas para que garantice la suficiencia presupuestal en esta vertiente, considerando además que él estuvo a cargo del proyecto original y conoce de primera mano el alcance del compromiso de la consolidación en el marco de la política sectorial.
En segundo lugar y derivado de este modelo flexible para mantener en marcha a nuestra institución a pesar de la contingencia, es de subrayar que por la lógica regional de los daños provocados por los sismos, el Conafe, además de garantizar sus propios servicios, se convirtió en un brazo operativo de la política social del Gobierno de la República en las tareas de emergencia, justo en los estados de mayor afectación.
Es obligado para mí destacar en este contexto las ventajas del modelo que distinguen al Conafe en la constelación institucional del sector educativo. Me refiero a que la presencia territorial flexible de nuestros servicios y la movilidad e identidad comunitaria de nuestras figuras educativas, resultaron decisivas para desplegar una respuesta rápida en labores de asistencia a la población, levantamiento censal y acompañamiento de la política del presidente Enrique Peña Nieto y del propio secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, para allanar el camino de la reconstrucción.
Sin protagonismos burocráticos, conscientes de la emergencia, tomamos la determinación de que el Conafe movilizara, como actores principales, a los miles de jóvenes que fungen como educadores en sus propias comunidades, para que ellos mismos se desdoblaran –por así decirlo- como un contingente social vivo y comprometido con las familias, justo en las zonas y regiones que resultaron más afectadas, fundamentalmente en Chiapas, Oaxaca y Morelos.  
No seré exhaustivo en este punto, sólo me interesa acreditar que el Conafe no solo no se paralizó, sino que remontó adversidad y puso en juego todas sus reservas institucionales, educativas, sociales y territoriales para contribuir a la cohesión comunitaria, acompañar y potenciar el esfuerzo del Gobierno de la República y en especial el realizado por el propio sector, bajo la conducción del maestro Aurelio Nuño Mayer. 
En tercer lugar, destaco que si bien hemos realizado ajustes al programa original relacionado con los préstamos de organismos internacionales, (como es el caso del Banco Mundial), he girado instrucciones para reforzar al máximo el modelo de estas operaciones, que incluyen una misión para un nuevo préstamo con el Banco Interamericano de Desarrollo. Se trata de garantizar la solidez técnica y la transparencia del ejercicio presupuestal de los recursos, su focalización óptima y su mejor ecuación costo/ beneficio, poniendo énfasis en las actividades sustantivas para las que han sido comprometidos dichos recursos.
En esto, señores consejeros, no tengo la menor duda de que nos corresponde cuidar y honrar una larga tradición de solvencia institucional y educativa del Conafe, que suma ya más de 25 años y acumula un monto histórico de aproximadamente 2 mil 500 millones de dólares. 
En cuarto lugar, durante este tiempo el Conafe –tal y como lo comprometí en la Sesión Extraordinaria de esta Honorable Junta de Gobierno–  mantuvo e hizo frente a los compromisos de atender la agenda básica en materia de Rendición de Cuentas, con la perspectiva de garantizar un cierre ordenado, transparente y plenamente documentado de la administración del presidente Enrique Peña Nieto.
He instruido también -y aquí reitero esta instrucción- de que, si bien la publicación de un acuerdo sectorial y uno propio nos otorgó una pausa para atender requerimientos externos, en particular de auditorías, a pesar de ello, determiné que todas las áreas del Conafe debían y deben otorgar la máxima atención al descargo y solvencia más pronta posible de las recomendaciones y observaciones emitidas, lo mismo por esta Junta de Gobierno que las derivadas de la Función Pública, la Auditoría Superior de la Federación y el propio Órgano Interno de Control.
Aquí quiero informar a esta H. Junta de Gobierno que he invitado al Órgano Interno de Control para que se incorpore, no sólo como testigo, sino en cumplimiento de su función, al trabajo que hoy se despliega en regiones de emergencia para atestiguar y documentar que la operación del Conafe se mantenga -como hasta hoy lo ha hecho- en apego a la normatividad, la transparencia y la probidad, en el uso de recursos públicos.
En quinto lugar y a manera de síntesis, quiero informar a ustedes que ya se está en ruta de resolver el tema de contar con una sede adecuada, para poder avanzar en la concentración de nuestras oficinas centrales y enviar la señal de institucionalidad plena para el conjunto de la familia Conafe. 
Los plazos se están definiendo, pero hemos trazado ya una estrategia de migración para iniciarla a finales del próximo mes, para que un primer contingente -que incluirá al comando directivo y al personal estratégico para la operación- garantice una mejora del nivel de funcionamiento alcanzado en este tiempo de emergencia. 
Sobre esa base, se nos ha indicado por parte de la Oficialía Mayor de la SEP, que hacia finales de enero estaremos en condiciones de iniciar la migración gradual del resto del personal, el cual se mantendrá en las sedes alternas, bajo las condiciones de certidumbre y garantías para su integridad física y también de ingreso y seguridad social a las que me referí antes.
Para nosotros es vital recuperar una nueva sede cierta y definitiva. Es imperativo transitar hacia la construcción de una nueva normalidad, potenciando el mandato que se le otorga al Conafe como organismo público descentralizado, con personalidad jurídica propia y que tiene una responsabilidad puntual y singular que cumplir, como lo es la educación inicial y básica comunitaria de casi 700 mil niñas, niños y jóvenes, en el marco de la política educativa del país. 
Tenemos a nuestro favor un marco normativo actualizado por el decreto del presidente Enrique Peña hace un año, y a partir de ello derivamos hacia un nuevo estatuto, generamos un Manual de Organización y alineamos la Estructura Orgánica, lo cual nos da insumos imprescindibles que serán decisivos para avanzar con firmeza en la ruta de recuperar, en el menor plazo posible, la cohesión obligada de nuestra institución. El Conafe está de pie y operando.
Señoras y señores consejeros como lo he comprometido con el señor secretario Aurelio Nuño Mayer y lo hago del conocimiento de esta H. Junta de Gobierno, en el tiempo por venir el Conafe realizará una esfuerzo superior para movilizar al máximo todo el potencial al que he hecho referencia. 
Se trata de contribuir a una política social articulada, en la territorialidad de la emergencia y más allá de ésta, que se corresponde además con la concentración de la pobreza extrema y el rezago educativo. 
Hoy más que nunca el Conafe tiene que estar ahí donde nadie más llega, desplegarse territorialmente aún en la adversidad natural, para mantener abierta la única ventana que tienen las comunidades y familias de mayor marginación del país, para ejercer su derecho a una educación de calidad como la que imparte nuestra institución. 
En el centro de este renovado esfuerzo, insisto, se movilizará nuestro principal capital que no es otro que el contingente de jóvenes figuras educativas y tutores de crianza, de la mano con las familias y comunidades que gravitan en torno a nuestro modelo educativo.
Bajo esa premisa, estoy seguro de que al Conafe le esperan nuevas tareas y nuevos logros para que la política educativa sea factor que nutra y embarnezca la política social del Gobierno de la República. 
Muchas gracias.