BARCELONA, España.- La piscina municipal de Montjuic no solo es recordada por albergar las competencias de clavados de los Juegos Olímpicos de 1992, en la memoria de las mexicanas Paola Espinosa y Laura Sánchez, este escenario también representa la consagración de un sueño que se ha consolidado una década después.

El 20 de julio de 2003, en el Campeonato Mundial FINA en Barcelona, siendo clavadistas juveniles, la dupla Espinosa y Sánchez subió al podio con la medalla de bronce en la prueba de saltos sincronizados desde el trampolín de tres metros, lo que marcó el inicio de una historia que ambas siguen escribiendo.

“En ese tiempo los sueños empezaron a convertirse en realidad y comencé a fijarme metas más altas, pero al mirar hacia atrás, en aquel momento no imaginaba todo lo que 10 años después finalmente llegó”, confiesa Espinosa. “Regresar a Barcelona como competidora y voltear hacia atrás, es una oportunidad más que me da la vida de seguir adelante con estas ganas y en otro Campeonato Mundial, cuando pensé que tal vez no llegaba después de los Juegos Olímpicos”, agregó la multimedallista olímpica y mundial.

Además de un lugar en el podio, aquella presea les significó clasificar a sus primera justa veraniega, en Atenas 2004, racha que se ha extendido a Beijing 2008 y Londres 2012.

“Estar aquí es una sensación muy agradable, nuestra actuación en aquel Campeonato Mundial nos significó clasificar a nuestros primeros Juegos Olímpicos y ahora deseo que el equipo mexicano regrese con muy buenos recuerdos otra vez de esta alberca”, comentó Laura Sánchez, quien en 2012 se convirtió en la primera clavadista mexicana en obtener una presea olímpica en prueba individual.

“Hace 10 años veía esta instalación enorme y al volverla a ver se me hace una alberca bastante acogedora e incluso pequeña para la cantidad de clavadistas que estaremos ahora, pero esta sin duda es especial, cuenta con una vista bastante bella de la ciudad y estoy segura de que habrá un bonito espectáculo”, adelantó.