La salud y el medio que nos rodea están íntimamente relacionados. El aire que respiramos, el agua que bebemos, el entorno de trabajo o el interior de los edificios tienen una gran implicación en nuestro bienestar y nuestra salud. Por ese motivo, un ambiente sano son vitales para una buena salud.

Se estima que entre 20 y 30 por ciento de la carga mundial de enfermedad se puede atribuir a factores de riesgo asociados con exposiciones ambientales (Organización Mundial de la Salud, 2006). Así, entre los principales se encuentran la contaminación atmosférica, tanto en exteriores como en interiores, los contaminantes en cuerpos de agua, los químicos agroindustriales y aquellos que se presentan en el ambiente laboral, entre otros. En México, en la actualidad no se cuenta con un diagnóstico nacional completo del impacto de las condiciones ambientales sobre la salud de la población, debido principalmente a que los efectos en la salud de la población por la variabilidad del clima y el cambio climático son múltiples y complejos, por ello mediante información y análisis de datos, tanto del Sector Salud como de otras dependencias gubernamentales o de investigaciones realizadas por instituciones académicas especializadas en el tema en el país, se ha podido estimar que un 35 por ciento de las enfermedades puede estar relacionada de manera directa a exposiciones ambientales.

El Cambio Climático influye en los requisitos básicos de la salud, tales como: un aire limpio, agua potable, alimentos suficientes y una vivienda segura. Muchas de las enfermedades mortíferas, como la diarrea, la malnutrición, la malaria y el dengue, son sensibles al clima y es de prever que se agravarán con el cambio climático, contribuyendo a la carga global de enfermedad y muerte prematura.

Ante los efectos de la variabilidad del clima y el cambio climático, el Sector Salud será uno de los más vulnerables, en especial su infraestructura sanitaria presente, la cual será insuficiente para atender la demanda de los servicios de salud, por lo que deberá tomar medidas preventivas ante posibles escenarios agudos de efectos en la salud humana. Por esta razón el gobierno mexicano ha posicionado el tema como prioritario en la Agenda Nacional. Para ello ha desarrollado e implementado una serie de acciones integrales de mitigación de emisiones de Gases Efecto Invernadero (GEI) para reducir las consecuencias de sus impactos, así como medidas de prevención y adaptación ante los impactos de este fenómeno global.

El Sector Salud ha instrumentado en el marco del Plan Nacional de Desarrollo, la ley General de Cambio Climático, la Ley General de Salud, la Estrategia Nacional de Cambio Climático y el Programa Sectorial de Salud (PROSESA), un proyecto estratégico, que ha sido plasmado en el Programa Especial de Cambio Climático 2014-2018 (PECC), el cual incluye diversas medidas encaminadas a la atención de los efectos sanitarios del Cambio Climático en la población mexicana, con objetivos, medidas y líneas de acción a corto, mediano y largo plazo.

La instrumentación del proyecto del Sector Salud ante los efectos del cambio climático y la variabilidad del clima, se realiza con la coordinación y participación entre los diferentes órdenes de gobierno (Gobierno Federal y las Entidades Federativas), a través del Sistema Federal Sanitario.