Esta tradición es un crisol de ingredientes que van de lo prehispánico a lo contemporáneo, de lo rural a lo urbano, de lo reverencial a lo iconoclasta, de lo profundamente sagrado a lo inevitablemente pagano. Representamos a la muerte y nos acercamos a ella con humor, frecuentemente, pero también con un silencio reverente que la hace íntima, cercana. Casi familiar.
Te compartimos un documento que te permitirá conocer y sentir esta emblemática celebración: