Entre las décadas de los 60 y 70 se identifica una etapa fructífera del género rock, que entre sus líneas manejó un fuerte discurso de liberación y rebeldía del individuo ante los cánones sociales que imperaban en aquel momento. En el caso de México, bandas como Los Dug Dug's, La Revolución de Emiliano Zapata, Three Souls in My Mind, por mencionar algunos, comenzaron a conformarse en aquellos años, sin embargo, varios de esos grupos no marcaron la música que estuvo vinculada a señalar al Estado autoritario de aquella época, sino que fue la voz de Judit Reyes Hernández quien llamó a la juventud mexicana a protestar por sus libertades. 

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La tamaulipeca Judit Reyes Hernández nació el 22 de marzo de 1924. Con un gran talento en la música se dedicó durante su juventud a componer canciones para películas del cine mexicano. No obstante, su paulatino acercamiento al pensamiento marxista y a los movimientos sociales del país la llevaron a componer e interpretar temas relacionados con las causas sociales de su época.

Los primeros temas que la compositora lanzaría estarían relacionados con la resistencia rural encabezada por figuras como Rubén Jaramillo, Arturo Gámiz García y años más tarde Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabañas, quienes encabezaron una oposición política contra el Estado, así como una lucha por los pobres y los campesinos.

Judit Reyes sería testigo de aquella década de los 60, marcada por la represión del Estado mexicano, que de manera coactiva ejercía el poder hacia la sociedad, con acciones que iban desde el encarcelamiento hasta el uso letal de la fuerza. Varios de los corridos que compuso en aquel lapso recogieron parte del despotismo del poder que ejerció el gobierno sobre los ciudadanos, un claro ejemplo fue el huapango: Los granaderos, canto que denunció las represalias que habían sufrido la huelga ferrocarrilera (1959) y el movimiento médico (1964-1965), grupos que vieron su lucha desvanecer “porque si los obreros reclaman justa retribución sueltan a los gorilas y nos acusan de rebelión”[1] tal como cantaba una de las estrofas de la canción.

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Uno de los hechos que marcó definitivamente a Judit fue el acontecimiento del asalto al Cuartel Madera, pues varios de los insurrectos que participaron en las acciones paramilitares ―tomando como ejemplo el asalto al Cuartel Moncada―, fueron amigos de lucha durante su estancia en el norte del país, para Judit no quedó más que componer un corrido al guerrillero mexicano Arturo Gamiz, quien encabezó junto con otros guerrilleros el violento asalto.

Otro acontecimiento que fue recogido por la lírica de la activista de izquierda fue el movimiento estudiantil de 1968; primero con el canto al Corrido de la represión estudiantil del 26 de julio de 1968, que narraba aquel suceso histórico en el cual cientos de estudiantes alzaron la voz contra el gobierno y tomaron las calles de la Ciudad de México, marcando el inicio del movimiento estudiantil; posteriormente reclamó al Estado su brutal actuación en la noche del 2 de octubre con las canciones: Tragedia de la Plaza de las Tres Culturas  y Marcha de los caídos, letras que denunciaban la matanza perpetuadas sobre decenas de estudiantes, civiles y clase trabajadora.

Durante los años de los setenta la compositora encaminó su trabajo hacia la conciencia de clases creando composiciones con una carga marxista, motivando a la organización política del pueblo ante las circunstancias desfavorables de las clases más desprotegidas como obreros y jornaleros, a quienes llamó a sumarse al Partido de los Pobres, aquel que había sido creado por Lucio Cabañas. Por ejemplo, la canción Iztacalco (1975) fue la expresión de la resistencia de los pobres, pues en aquellos estribillos denunciaba la falta de acceso a la vivienda digna de miles de familias, las cuales se mantenían en situación de extrema pobreza viviendo en casas de cartón y entrampadas en un sistema que agudizaba la brecha de la desigualdad económica.  

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Su voz no calló a pesar de ser vigilada por el gobierno a través de los agentes de la Dirección Federal de Seguridad; pues en diversos mítines, la voz rebelde de Judit Reyes se escuchó, incluso posterior a la muerte de la cantante, acaecida el 27 de diciembre de 1988, sus composiciones siguieron sonando al unísono de la democracia y denuncia de la injusticia social.

Hoy en día varios de los reportes que fueron levantados, así como algunos cuadernillos de los temas que compuso se resguardan en el Archivo General de la Nación y pueden ser consultados de manera irrestricta todos los documentos que generaron las extintas corporaciones de inteligencia del estado mexicano en relación con figuras como Judit Reyes.

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[1] Cuadernillo de corridos de Judith Reyes. AGN, Dirección General de Investigaciones Políticas y Sociales. Caja 1608B, exp. 6. Fecha: 15 - 30 de septiembre 1980. 317 fs.