Nació en 1908 en la tierra de Chihuahua donde años después estallaría la Revolución Mexicana encabezada por Francisco I. Madero. Los recuerdos de su infancia estuvieron marcados por el paisaje desértico de Chihuahua, mismo que fue revivido en su obra poética, pues tal como señala la investigadora Margarita Aguilar Urbón(1), el desierto de aquel estado reaparece en su poema “Estancia en el desierto”.

Desde niña Aurora Reyes conoció la pobreza y la desigualdad, ya que su familia se vio obligada a trasladarse en 1913 a la Ciudad de México tras la participación de su abuelo Bernardo Reyes en el Golpe de Estado contra Francisco I. Madero, este mismo acontecimiento llevó a los Reyes a ser proscritos y señalados por la sociedad, obligando al padre de Aurora a permanecer en la clandestinidad mientras que su madre y ella a sobrevivir en una casa ubicada en la colonia La Lagunilla, sin embargo fue durante esta etapa de su vida, por la cual años después, abrazó los ideales de la revolución que nacieron de las exigencias del proletariado y del campesino por la defensa de las garantías sociales, laborales y agrarias del pueblo mexicano.

En 1921 ingresó a la Escuela Nacional Preparatoria y posteriormente a la Academia de San Carlos. En estos recintos la artista llegó a vincularse con otras personalidades de la vanguardia de las artes mexicanas como Diego Rivera y en especial Frida Kahlo, con quien sostuvo una estrecha amistad. Antes de finalizar sus estudios obtuvo el nombramiento de profesora de Artes Plásticas por la Secretaría de Educación Pública.

En la década de los 30 la visión política y social de Aurora Reyes se inclinó por las ideas del antiimperialismo, el antifascismo y el comunismo, pasando a formar parte del Partido Comunista Mexicano (PCM) y la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios. Sus primeros trabajos estuvieron estrechamente relacionados a su labor como profesora que junto con sus ideas políticas llevarían a la artista a plasmar la imagen de las profesoras, tal es el caso de su retrato a la educadora y política de la Unión Soviética Nadezhda krúpskaya (1930), así como su primer mural titulado “Atentado a las maestras rurales” o “La maestra asesinada”, mismo que fue pintado en 1934 en las paredes del Centro Escolar Revolucionario.

Aurora Reyes no pasó por alto uno de los problemas que las mujeres vivían dentro de organismos como el Partido Comunista Mexicano, que era la subordinación que los hombres querían imponer a “las camaradas”, asignándoles tareas mínimas y roles de género, mismos que imperaban dentro de la sociedad burguesa, además de la violencia de género que presenció dentro del partido que ella denunció.

Por tal motivo la artista salió de las filas del PCM en la época de Lázaro Cárdenas, sin embargo, su espíritu combativo no desaparece, sino que al contrario suma una causa más a sus ideales que fue la lucha por la libertad económica, política y social de las mujeres.

A su expresión artística se suma la poesía al integrarse a las tertulias del Café París, su recopilación de poemas le permitió en el año de 1953 dar vida a su primer libro intitulado Humanos Paisajes el cual fue publicado por la editorial Amigos del Café París. La obra guarda un significado intrínseco de la artista sobre su compromiso de crear arte que sea apreciado por la conciencia social pues en palabras de su biógrafa Margarita Aguilar:

La palabra “paisaje” contiene en su definición la mirada del observador… Pero, además, los paisajes de Aurora son “humanos paisajes”. El uso del adjetivo colocado delante del nombre, en castellano, se refiere a una cualidad intrínseca del objeto en cuestión. Reyes utiliza con frecuencia este recurso, llamado “epíteto”. En el caso de la expresión “humanos paisajes”, el adjetivo no agrega una cualidad específica, sino que define su esencia. Según esto, el paisaje visto por Reyes contiene al hombre que ve o, por decirlo de otra manera, no hay paisaje sin hombre.

AGUILAR URBÁN, Margarita.  Aurora Reyes: Alma de montaña. México, Chihuahua: Instituto Chihuahuense de la Cultura, 2010, p.  59. 

A lo largo de su vida la autora fue sumando otros poemas dentro de sus creaciones, sin embargo, el tema de la docencia limitó en gran medida su producción artística pictórica y literaria la cual en tiempos recientes ha despertado el interés, al ser la primera muralista mexicana y una de las mujeres que sostuvo la lucha de las libertades e igualdad de las mujeres hasta el día de su muerte acaecida en la ciudad de México el 26 de abril de 1985. En el fondo Propiedad Artística y Literaria del AGN se resguarda parte de la obra de Aurora Reyes.

Quédate en casa y conoce la historia de la primera muralista mexicana de la mano de la investigadora Margarita Aguilar Urbán con su obra intitulada Aurora Reyes: Alma de montaña.