José Vasconcelos nació en Oaxaca en 1882. Pasó su primera infancia en la frontera norte y realizó sus estudios elementales en Estados Unidos, hecho que lo marcó profundamente para convertirse en uno de los educadores más grandes de México y ejemplo para América Latina.

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En 1909 Vasconcelos fue miembro fundador del Ateneo de la Juventud, grupo formado por un puñado de intelectuales, entre los que se encontraban Alfonso Reyes, Antonio Caso, Pedro Henríquez Ureña y Julio Torri. Ese mismo año Vasconcelos se sumó a la campaña de Francisco I. Madero y dirigió el periódico El Antirreeleccionista. A partir de esta fecha, Vasconcelos expresó una honda preocupación por la educación de las clases populares.

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Al ser asesinado Madero, se unió a Venustiano Carranza para derrocar el gobierno ilegítimo de Victoriano Huerta. Al apoderarse de la Ciudad de México (1914), Carranza lo nombró director interino de la Escuela Nacional Preparatoria. Sin embargo, al no mostrar su adhesión incondicional al Primer Jefe, fue cesado y encarcelado; logró escapar y partió hacia Aguascalientes, para participar en la convención de jefes revolucionarios allí reunida.

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La Soberana Convención de Aguascalientes —como la llamó el joven Vasconcelos en uno de sus escritos—, nombró presidente interino a Eulalio Gutiérrez, quien designó a Vasconcelos como ministro de Instrucción Pública. Desde ese puesto planeó la federalización de la educación pública y la autonomía de la Universidad Nacional, como defensa ante la inestabilidad política. Dos proyectos frustrados por el vendaval revolucionario.

La guerra de facciones motivó a Vasconcelos a buscar refugio en Estados Unidos y después de un largo exilio regresó a la Ciudad de México para engrosar las filas triunfantes del grupo sonorense.

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En la presidencia interina de Adolfo de la Huerta fue nombrado Rector de la Universidad Nacional en 1920 y, desde ese puesto, trabajó intensamente en la campaña para federalizar la educación pública. El 22 de octubre de 1920, José Vasconcelos presentó el proyecto de ley para la creación de una Secretaría de Educación Pública (SEP) a nivel federal, la cual sería el organismo rector de la enseñanza en territorio nacional, gestionando los recursos para su desarrollo.

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Durante el análisis del proyecto en la Cámara, se presentaron situaciones adversas que exigieron acciones más precisas por parte de Vasconcelos, logrando que finalmente el 3 de octubre de 1921 en el Diario Oficial de la Federación se diera a conocer la creación de la SEP.

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En 1924 Vasconcelos renunció a la SEP y aspiró a la gubernatura de Oaxaca, pero perdió la contienda. Se exilió en Europa y publicó en Barcelona una de sus obras más conocidas: La raza cósmica (1925), donde pugna por el mestizaje. Refiere Christian Paredes que “curiosamente su libro salió de la imprenta mientras Hitler escribía Mein Kampf (Mi lucha), que defendía la pureza de la raza aria y veía en el mestizaje el pecado supremo contra la voluntad racista del Creador”.

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José Vasconcelos mantuvo siempre una filosofía enfocada a fortalecer el espíritu dentro de un marco cultural y nacionalista. Fue artífice de las principales campañas de alfabetización; e impulsó las artes, la lectura, la investigación científica y aun el intercambio cultural con el extranjero, aspectos que dieron forma al modelo educativo prevaleciente en el país a lo largo del siglo XX.
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En los agitados años 30 y 40, en medio de la reñida campaña electoral por la sucesión presidencial en México y el inicio de la II Guerra Mundial, Vasconcelos se puso al frente de la revista germanófila Timón.

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El maestro de la juventud de América, como se le llamó a Vasconcelos, falleció en 1959, dejando su impronta en la historia de México.

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