Las sesiones se dedicaron a compartir visiones e intercambiar experiencias sobre la inclusión social y económica como un enfoque transformativo para combatir las causas estructurales de la pobreza, la exclusión y la desigualdad en el mundo, y poder enfrentar los retos actuales y futuros del desarrollo. De las conclusiones principales podemos resaltar:
- Con independencia de su nivel de desarrollo, los países enfrentan el desafío de alcanzar un desarrollo inclusivo. Tanto en los países menos adelantados, como en los de renta media y países más desarrollados, las desigualdades producen limitaciones para el desarrollo social y económico, que deben ser abordadas. Si bien cada país requiere atención específica para abordar el desafío de la inclusión social y económica, es necesaria una visión global a favor de desarrollo inclusivo a fin de enfocar la acción de los gobiernos en el bienestar de las personas.
- El desarrollo social y económico inclusivo no solo lleva a sólidas políticas financieras y políticas públicas de largo plazo, sino también, y de manera importante, es un imperativo moral para la comunidad internacional.
- Es esencial crear o fortalecer ambientes habilitadores que permitan el desarrollo social y económico inclusivo. Con esto en mente, los participantes abordaron la importancia de establecer una perspectiva general de inclusión social y económica como principio rector de la Agenda de Desarrollo Post-2015.
