Muy buenas tardes tengan todas y todos ustedes.

Es para mí un honor poder estar como secretario de Educación, ya la tercera vez, aquí en El Colegio de México, pero como lo decía ahorita la doctora Giorguli, la primera vez en las dos anteriores fueron más eventos institucionales: toma de posesión y después en la inauguración de la ampliación de la biblioteca.

Hoy estar por primera vez con todos ustedes en una discusión distinta, en un ámbito más académico y no solo eso, sino con motivo de estos seminarios tan importantes del análisis de la desigualdad, que hace El Colegio de México ahora analizando la desigualdad en el tema de la educación y particularmente en el contexto del Nuevo Modelo Educativo.

Y es un verdadero honor y placer y, además, felicito por supuesto a la doctora Giorguli, a Patricio, a Laura, a todos los que participan en este seminario, en continuar y reforzar una extraordinaria tradición de El Colegio de México.

No únicamente ser una de las instituciones con mayor calidad académica en la investigación y en la enseñanza, sino que además teniendo una agenda muy proactiva para que, utilizando esa gran calidad en investigación y de experiencia educativa, puedan contribuir en el debate de los grandes temas del país.

En un debate fundamental, pero además no solamente un debate por tener un debate, sino también con otra gran característica de esta institución que es poder contribuir a tener políticas públicas que puedan mejorar, o dar, o contribuir, a tener un mejor país.

Y eso es algo que ha hecho El Colegio de México desde su fundación y por eso celebro muchísimo el que lo sigan haciendo, el que se tenga, como se ha marcado aquí, una gran visión de pluralidad en los puntos de vista, en las visiones, en los académicos que participan.

Y por supuesto algo que es muy sano, y particularmente cuando se quiere tener un debate de los grandes temas nacionales y se quiere contribuir al ejercicio de la política pública, el diálogo entre los expertos, entre la academia y quienes tenemos una responsabilidad institucional.

Y en ese aspecto yo quiero ratificar aquí, primero mi agradecimiento a esta apertura de El Colegio de México, y segundo, a que de nuestro lado han tenido y seguirán teniendo también esa apertura.

Entonces nos interesa mucho lo que ustedes discutan, nos interesa muchísimo ser parte de esa discusión, ser parte de esa pluralidad, poder escuchar, que seamos escuchados y que podamos ir contribuyendo, no solo a un mejor debate, sino a que las conclusiones de los debates nos permitan tener una mejor política pública.

Así es que siempre que nos inviten, aquí vamos a estar con total apertura, abiertos a escuchar todo, críticas, planteamientos y que podamos ir construyendo, como lo ésta buscando El Colegio de México, contribuir a esa parte.

Así es que muchas gracias por esta invitación y cuenten con que todas las veces que nos inviten aquí vamos a estar con mucho gusto. Muchas gracias doctora y felicidades.

Doctora Sylvia Schmelkes, muchas gracias Sylvia por estar aquí, coincidir en una mesa más, como en las que coincidimos, además también aquí hacer un reconocimiento a que desde el ámbito de la autonomía constitucional del INEE hayamos podido construir una muy buena relación de coordinación en función de estos objetivos.

A todos los que nos acompañan  muchas gracias. Déjenme yo creo que sé que quienes me han antecedido en el uso de la palabra han expresado muy bien los retos que tenemos en materia de desigualdad y en materia de educación.

Sylvia Schmelkes hizo de manera una corta, una síntesis, pero una síntesis muy poderosa de dónde están los puntos más complicados en términos de desigualdad educativa y de los retos que enfrentamos. Y que después sintetizó, aún más con tres datos muy contundentes, Patricia, que efectivamente nos marcan un problema.

Por un lado, la educación puede y debe de ser una de las políticas más fuertes para poder romper con la desigualdad. Tiene esa capacidad porque tiene la capacidad a través de la educación y del conocimiento dar herramientas a quienes lleguen de entornos muy desfavorecidos. Tengan las herramientas personales para poder romper eventualmente con todo un entorno de desigualdad.

Pero al mismo tiempo, sin lugar a dudas, puede convertirse no en una manera de romper con la desigualdad sino de perpetuarla. Y hay que decir que en gran medida y ahí están algunos de los datos, podríamos dar más de lo que hizo Patricia, que por lo menos en las últimas décadas eso es lo que sucedido.

En términos generales no ha ayudado a romper con la desigualdad sino ha ayudado a mantenerla. Y esa es una de las razones más poderosas para entender porque se tenía que hacer una Reforma Educativa y ahora un replanteamiento de todo el modelo o de gran parte del modelo educativo de nuestro país.

La educación de nuestro país a la entrada del siglo XXI enfrenta dos grandes retos: por un lado, la calidad. En términos genéricos tanto en lugares y en escuelas que viven entornos con mucha desigualdad como en los que no. Es decir, en términos generales nuestro sistema educativo no tiene la calidad que se desea. Y eso se puede constatar con evidencia empírica de distintos tipos, desde las pruebas nacionales e internacionales hasta análisis cualitativos de cualquier manera que lo quieran ver, la calidad en nuestra educación deja mucho que desear.

Salvo, por supuesto, nuestro sistema educativo tiene, déjenme expresarlo así, islas de una gran calidad educativa. Estamos justamente en una que es El Colegio de México, pero viéndolo en general, queda muy abajo de lo que necesitamos como país y  de lo que deseamos.

Y el segundo componente que va de la mano es el de la desigualdad. En donde el tema de la calidad se agudiza porque si de por sí la calidad en nuestro sistema educativo es baja en entornos de desigualdad es aún mayor. Y los entornos de desigualdad están muy claros. El primero y voy a repetir un poco y recojo de lo que planteó Patricia y algo de lo que planteó Sylvia Schmelkes. El primero está en la cobertura. Ustedes pueden ver una gráfica y la cobertura educativa conforme se va avanzando de nivel educativo, es decir, se pasa de la educación básica a la educación media superior y después a la superior, la cobertura está directamente relacionada con el decil económico. Es decir, el decil económico más alto de nuestro país desde la educación básica hasta la educación universitaria, mantiene prácticamente una cobertura universal.  Mientras que el decil más bajo tiene prácticamente, no totalmente, tiene prácticamente una cobertura universal en educación básica, pero después se va cayendo conforme se va avanzando.

La educación universitaria tiene el mayor nivel de desigualdad, obviamente incluso mayor al de la educación media superior; es decir, quienes tienen, o quienes hemos tenido el privilegio de llegar a la educación superior, estamos en los deciles más altos económicos.

Y por lo mismo, un primer principio básico para romper con la desigualdad tiene que ver con seguir aumentando la cobertura. Obviamente eso es insuficiente, porque no sólo es un problema de desigualdad en la cobertura, tenemos una desigualdad en el trato de las escuelas, eso lo explicó ahorita muy bien Sylvia, las escuelas en zonas marginadas económicamente, o en zonas indígenas, son escuelas que tienen condiciones materiales, y dijéramos de capital humano, en más desventajas o peores de las que están en zonas urbanas, y en zonas menos marginadas,   ese es otro problema que se tiene que romper, también lo explicaba ahorita Patricio con algunos de los datos que nos daba, que reflejaban el nivel de desigualdad regional, no solamente es un tema de decil económico sino de cómo se distribuye regionalmente que tiene que ver con temas más allá de la educación, la desigualdad también tiene una geografía en el país.

Tiene que ver, por supuesto, con una desigualdad –lo explicaba también muy bien Sylvia y por eso la importancia aún mayor de las escuelas—de un problema generacional. Si hay algo que está comprobado, aquí hay muchos expertos, de alguna manera, es que un nivel educativo alto en una familia, da mayor probabilidad a los hijos de tener un nivel educativo alto. Al ser hijo de una madre que es alfabeta, incrementa la posibilidad de llegar a la universidad o a la educación media superior. Y es un entorno fuera de la escuela, pero que se tiene que hacer cargo.

Entonces, frente a este tema, y con esto quiero ir concluyendo, y frente a esta realidad, la importancia del Nuevo Modelo Educativo, ese es su objetivo, esa es nuestra visión, es que nos permite tener un replanteamiento –lo decía Sylvia--  para romper con esa desigualdad necesitamos un replanteamiento de gran parte de la política educativa, de cómo está organizado el sistema educativo. Y eso es lo que plantea el Nuevo Modelo Educativo. El Nuevo Modelo Educativo tiene cinco ejes, cinco puntos centrales, de los cuales se parte para hacer una nueva organización del sistema educativo de nuestro país.

La primera tiene que ver con el planteamiento curricular y con el cambio del enfoque pedagógico. Cómo, porque esto es una realidad, si no generalizada sí muy amplia, del sistema de educación pública de nuestro país, cómo vamos dejando atrás, y simplifico, un modelo pedagógico sustentado de manera central únicamente en la memorización para tener uno donde las niñas y los niños aprendan a aprender.

Obviamente, porque sé que ha sido uno de los debates alrededor del modelo, obviamente el planteamiento de aprender a aprender no es nuevo, el modelo educativo no pretende  ser un documento de nueva pedagogía, es un documento de política pública, pero lo que es una realidad es que no es un elemento que esté presente en las escuelas y tiene que tener una política pública sistematizada para que se vuelva una realidad, porque no ha sucedido así y eso es muy claro.

Junto con ello está la inclusión de habilidades socioemocionales que son una parte totalmente novedosa para el sistema educativo mexicano como parte de la currícula, etcétera.

El segundo cambio tiene que ver con la manera en que están organizadas las escuelas. Hoy tenemos escuelas que vienen, o que tienen organización, justamente vertical, sin autonomía de gestión, con mucha burocracia y sin acompañamiento pedagógico y lo que busca el modelo es un replanteamiento de la organización de las escuelas, precisamente, para darles mayor autonomía de gestión, precisamente, para poder quitar burocracia, para dar el acompañamiento pedagógico que se requiere, etcétera.

El tercero tiene que ver con la profesionalización de los maestros con un eje fundamental, que la carrera de los maestros esté basada y sustentada en su mérito; que la manera de entrar al sistema de educación pública no sea por sistemas no definidos u opacos y clientelares, sino a través del mérito y que el ascenso y la carrera que puedan hacer los maestros de igual manera esté sustentada en concursos y en el mérito y no en el influyentismo y, dentro de ello, todo un programa para poder dar una formación continua útil, aterrizada en las aulas y que permita fortalecer esta profesionalización de los maestros.

Y, finalmente, llegamos a lo que hoy nos ocupa que es el cuarto eje del modelo que es la equidad y la inclusión, visto como un eje transversal porque aquí lo que pensamos es que tanto el cambio pedagógico, como el cambio en la organización de las escuelas, como la profesionalización de los maestros –como tres ejes generales de este Nuevo Modelo Educativo- tienen que llegar a todas las escuelas. Y, por eso, se plantea el eje de equidad e inclusión, como un cuarto eje pero un eje transversal en donde lo que busca es tener una orientación estructurada, sistematizada, de política pública, donde los desiguales sean tratados de manera igual, proactiva como lo decía ahorita Sylvia Schmelkes.

Estamos convencidos de que para lograr igualdad se tiene que tratar con desigualdad, desigualdad en el sentido de apoyar a los que son más desiguales y tener políticas afirmativas que nos permitan romper con los principales rubros de desigualdad; romper con el trato desigual a las escuelas, ya lo platicábamos, tanto en las condiciones de las propias escuelas como de los maestros; romper, por ejemplo, con barreras de acceso a becas que es un tema fundamental.

Hoy, el Estado mexicano hace una gran inversión y un gran esfuerzo en términos de becas, se invierten 40 mil millones de pesos al año, son casi 8 millones de becas que se dan en el sistema educativo, pero no necesariamente están distribuidos hacia los deciles que más lo requieren. En fin, todos estos temas, por supuesto, el aislamiento o la desigualdad que vive la educación indígena se le trata en el Modelo Educativo; la importancia de la educación inicial para desde ahí romper con las barreras de desigualdad, pero esa es la visión.

Concluyo simplemente diciendo que el poner ahorita a discusión y a debate ésta nueva visión, éste modelo que busca esa transformación global del funcionamiento de nuestro sistema educativo, partiendo del principio de que lo que teníamos no nos daba ni la calidad ni la igualdad que necesitábamos y que se tenía que hacer un replanteamiento de esta manera y teniendo como eje fundamental esta visión transversal para romper con los principales nudos de desigualdad, al mismo tiempo que en todo el sistema vamos incrementando la calidad educativa estamos convencidos de que es el proyecto de país más importante que podemos tener en las próximas décadas y poderlo discutir en un foro como este es algo extraordinario en el que participamos con mucho entusiasmo, mucho ánimo y mucho agradecimiento de poder tener estos espacios para esta reflexión.

Muchas gracias a todos.

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Participación del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer