Muy buenos días, señora canciller; muy buenos días, muchas gracias por
esta invitación a la Reunión Anual de Embajadores y Cónsules.
Muy buenos días a todos ustedes, señoras y señores embajadores,
cónsules, miembros del Servicio Exterior de nuestro país.
Es un honor y un privilegio para mí poder estar con todos ustedes, para
poder platicar sobre una de las transformaciones más importantes que está
teniendo el país hoy en día, que es la trasformación educativa.
Déjenme, para poder estructurar lo que les quiero platicar, déjenme
iniciar con un poco de perspectiva, cuál es la visión que tiene el gobierno sobre
cómo ha evolucionado el sistema educativo y cómo llegamos de manera muy
resumida al punto que estamos ahorita, para después poder explicar un poco cuál
es la visión que se tiene de qué educación queremos en los próximos 10 o 20
años; y en función de estos dos factores, poder explicar de una mejor forma las
razones, los contenidos, y lo que estamos haciendo con la Reforma Educativa.
En 1921, el presidente Álvaro Obregón –como todos ustedes saben–, funda
la Secretaría de Educación Pública, y el primer secretario de educación es José
Vasconcelos.
En el decreto de creación de la Secretaría de Educación Pública se dice
textualmente que se crea, posiblemente, una de las primeras instituciones como
resultado de la Revolución Mexicana; que se crea, para crear y sostener, un
sistema nacional de educación pública.
En ese momento, únicamente el 10 por ciento en edad de primaria, tenían
acceso a una escuela; y los niveles de cobertura en secundaria, en preparatoria
y en universidad, eran prácticamente inexistentes. Más allá de la oferta muy
reducida que se tenía en la ciudad de México y en algunas otras capitales, era
prácticamente inexistente.
En ese momento, en 1921, la visión de Obregón y Vasconcelos parecía
prácticamente una utopía: crear y sostener en todo el país, un sistema nacional
de educación, es decir, que a cada rincón de nuestro país pudiera llegar un
maestro y una escuela.
A lo largo del siglo XX, más allá de diversos planes educativos, muchos
de ellos con un gran éxito o visiones educativas que respondieron a su momento,
y por supuesto, a las visiones y preferencias de los gobiernos y los
presidentes del siglo XX, como fue la educación socialista con Lázaro Cárdenas;
como fue después de un poco, en fracciones, esa misma educación socialista, la
educación para la paz, la democracia y la justicia del presidente Ávila Camacho
y el secretario Torres Bodet, en su primer momento; o más adelante, el énfasis
de la educación superior del presidente Miguel Alemán, primer presidente
universitario; o después, con el presidente López Mateos y una vez más, el
secretario Torres Bodet: el plan de once años y los libros de texto gratuito;
la gran expansión del sistema educativo de los años setenta y ochenta; la
descentralización de los noventa, en fin.
Más allá de esos momentos, lo que fue una constante durante todo el
siglo XX, fue poder cumplir y alcanzar esa meta y esa utopía, déjenme calificar
así, que fue en el año de 1921 de poder crear y sostener un sistema de
educación pública.
Hoy a 94 años de distancia, que en términos históricos es un periodo muy
corto, se puede decir que ese sueño que tuvieron Obregón y Vasconcelos, en gran
medida, hoy es una realidad.
Cuando Obregón y Vasconcelos plantearon crear y sostener un sistema de
educación pública en todo el país, México tenía un poquito más de 15 millones
de habitantes. Hoy con 120 millones de habitantes, cerca de 120 millones de
habitantes, tenemos una cobertura del 100 por ciento en primaria; prácticamente
de 100 por ciento en secundaria; tenemos ya, una cobertura de 76 por ciento en
Educación Media Superior, y estamos prácticamente en 35 por ciento de Educación
Superior.
Esto quiere decir que en todo el país hay 34 millones de alumnos, en un
poco más de 260 mil planteles educativos.
Y para ponerlo en perspectiva, déjenme nada más darles un dato: en
Estados Unidos, con 86 millones de estudiantes, hay 180 mil planteles
educativos; en México, para 34 millones de alumnos, hay 260 mil.
Es decir, este sueño y esta idea de que en cada rincón del país pudiera
haber una escuela y un maestro, hoy es una realidad; y ese es uno de los
grandes éxitos de la educación del siglo XX en México, que no es menor, que no
todos los países lo han conseguido, y que en México se consiguió y eso es un
gran logro, un logro extraordinario que repito, fue un reto de diversas
administraciones que más allá de la coyuntura que enfrentaron, y del enfoque
educativo que tuvieron los diversos sexenios. Esa es una constante que hoy, en
gran medida, es una realidad.
Nos hace falta seguir avanzando en la cobertura de Educación Media
Superior y Superior, para estar al nivel de los países más desarrollados, pero
no es menor la cobertura que ya tenemos. Reitero: en Media Superior es de 76
por ciento, la meta de esta administración es cerrar con 80 por ciento y es probable
que, incluso, la podamos superar; y de Superior es de casi 35 por ciento, y que
podríamos llegar al 40 por ciento.
Dicho esto, sin embargo, hay que reconocer que este sistema educativo,
con estos grandes logros y muchos más –que no me voy a detener por razones de
tiempo–; pero nos heredaron también dos grandes retos:
El primero es el de la calidad. No obstante, que claramente este proceso
educativo generó “islas”, muchas veces grandes “islas”, y yo diría que hasta
“archipiélagos”, de enorme calidad en la educación en México. Al final de
cuentas, el país ha logrado salir adelante con un capital humano, en muchos
aspectos, de enorme calidad: creo que todos ustedes son muestra de ello, y
generaciones que nos han precedido, también lo han demostrado.
Sin embargo hay que reconocer que para lo que requiere el país, para la
visión que queremos tener esta gran masificación fundamental y positiva de la
educación en México nos dejó un rezago en la calidad educativa.
Y por el otro lado, también habría que reconocer que a lo largo de este
proceso histórico particularmente en los últimos años, tal vez ya entrados en
siglo XXI el Estado en gran medida declinó a su rol de poder encabezar la
educación pública de este país, y se permitió que en gran medida la educación
se pudiera colonizar por algunos otros intereses y entonces los intereses
políticos gobernaron en gran medida sobre los intereses educativos.
El sistema cada vez más se fue volviendo o tuvo un corte altamente
clientelista, corporativo, poco transparente, en donde las decisiones muchas de
ellas no necesariamente las tomaba la autoridad educativa o no con la autonomía
que se requiere, y no necesariamente privilegiaban las razones educativas,
pedagógicas o la necesidad del país y se sobreponían los intereses políticos.
Ante esa circunstancia, y particularmente pensando, y en la visión
del presidente de la República y de este gobierno, de cuál debería de
ser, o cuál debe de ser la educación de México en los próximos 10 y 20 años; la
educación que requiere o que va a requerir un país de ingreso medio cada vez
llegando a ingreso alto; de un país plenamente democrático, globalizado, con
una economía de exportación cada vez de mayor alto valor agregado, ¿qué
tipo de educación se requiere?
Y esa visión, la visión del presidente de ¿qué tipo de educación
queremos? Es decir, una educación que tenga la capacidad de reclutar y de
formar a los mejores maestros, que les pueda ofrecer una vida y una
carrera digna sustentada en el mérito a partir de su propia capacidad de lograr
y hacer cosas con un sistema de evaluación sofisticado que nos pueda decir en
qué deben mejorar los maestros complementarlo con una capacitación del
altísima calidad, un desarrollo profesional docente y permanente en la vida de
los maestros que pueda estar generando permanentemente una
renovación y una capacidad de ser mejores de los maestros, tener una
organización escolar que funcione y que funcione bien con una autonomía de
gestión que permita a las escuelas dentro de ciertos parámetros poder tomar sus
propias decisiones, que pueda funcionar una normalidad mínima en las escuelas
en donde todos empiecen a tiempo, en donde el tiempo para los estudiantes se
utilice de una manera adecuada y correcta.
En donde podamos tener planteles con una gran dignidad, es decir,
espacios de infraestructura educativa con las condiciones necesarias para poder
enseñar y poder aprender planes y programas de estudio que puedan tener una
gran solidez, pero al mismo tiempo una gran flexibilidad, que puedan orientar la
gran unidad que tiene este país, pero también reflejar su diversidad, que por
supuesto, puedan enseñar lo mejor de la ciencia, de la técnica, de las
condiciones económicas y tecnológicas del momento, pero también que pueda ser
un sistema que enseñe para la libertad, para la democracia, para los valores
del siglo XXI, para el respeto a los demás, la pluralidad, el respeto al estado
del derecho, en fin que pueda formar ciudadanos libres con altas competencias
democráticas, responsables, ese es el sistema educativo que queremos que esté
en todo el país, equitativo, que no por razones de geografía o de origen se
puedan quedar marginados los mexicanos de este sistema educativo.
Por supuesto que pueda tener un sistema de educación técnica y superior
de altísima calidad vinculado a los mercados laborales, a las vocaciones
económicas, regionales que existen en cada país vinculado por supuesto como es
ya nuestra economía a las diversas economías regionales del mundo también para
las cuáles México debe de estar cada vez más integrado.
Educación universitaria de altísima calidad, investigación científica
ese es el sistema educativo que queremos y claramente el sistema educativo que
fue evolucionando en el siglo XX que, reitero, tuvo inmensos éxitos, tuvo
etapas extraordinarias y que tuvo el gran éxito de lograr el sueño de
Vasconcelos y del presidente Obregón cuando se funda la SEP en el año de 1921.
Cuando arrancó el gobierno del presidente Enrique Peña en el año 2012,
tenía también estas carencias y no tenía ya la capacidad de crear ese sistema
educativo que es el que estamos buscando.
Y por eso, es que se hizo la Reforma Educativa. Una Reforma Educativa
que su corazón, el eje de la reforma es el derecho que se agrega al artículo
tercero de la Constitución a que los niños, las niñas y los jóvenes de México
tengan una educación de calidad se convierta en un derecho.
Todo lo que acabo de describir de manera muy breve se convierte en un
derecho Constitucional que además acaba de ratificar la Corte y acaba de
dejar de manera muy clara que no hay en el sistema educativo ningún derecho por
encima del derecho a la calidad de la educación.
Y a partir de ese principio, se alinea esta reforma bajo tres grandes
pilares: la profesionalización de los maestros; poner y componer a la
escuela como el centro del sistema educativo; y por supuesto, la
transformación de los diversos planes y programas de estudios y del
modelo educativo que estaremos revisando.
A partir de estos principios, de que se haya aprobado la reforma
en este momento, nos encontramos en la etapa crucial de la implementación
de esta gran transformación.
Yo lo decía desde el día de ayer, 2016 va a ser un año clave en la
transformación educativa y en la implementación de la reforma, va a ser
precisamente este año en el que vamos estar implementando y desplegando las
políticas públicas sustantivas que se derivan de la Reforma Educativa, que nos
permitan hacer esta inmensa y gran transformación.
Se inició, obviamente, con los cambios legislativos. Hemos continuado
con las transformaciones y la reorganización política, administrativa y laboral
de ese sistema que era fundamental, como lo decía hace un momento, ya hacia el
año 2012 el sistema educativo era un sistema altamente clientelar, corporativo
y opaco, y ahorita, con esta reorganización lo estamos transformando en un
sistema sustentado en obligaciones y derechos con plena transparencia y
orientado al mérito.
Así pues, para la implementación, como decía, clave para este 2016 de
esta reforma, hemos decidido siete grandes prioridades. La primera es poner a
la escuela en el centro del sistema educativo, esa es la prioridad número uno
que se verá reflejada con el Plan de Nueva Organización y de Autonomía de
Gestión para las escuelas que vamos a presentar el próximo 25 de enero.
Es un plan en donde vamos a fortalecer los consejos técnicos escolares,
el acompañamiento pedagógico que requieren las escuelas y los maestros, la
participación de los padres de familia a través de los consejos de
participación social, en donde vamos a ir, bajo parámetros razonables,
incrementando los niveles de autonomía de gestión en cada una de las escuelas,
entre ellas, por ejemplo, como lo he anunciado en días recientes una
flexibilización razonable del calendario escolar que permita a las escuelas y a
las regiones adaptarse de acuerdo a sus mayores necesidades.
Tenemos regiones en el país donde hace mucho calor, no es el mejor
momento para que los niños estén en las escuelas, o cuando hace mucho frío.
Sabemos de realidades como que hay escuelas que logran terminar el plan de
estudios antes en las últimas dos o tres semanas, ponen a hacer a los niños lo
que sea con tal de que la SEP no sancione a la escuela. Tenemos que acabar con
esos absurdos, tenemos que bajo ciertos parámetros, por supuesto, confiar en
las escuelas dándoles mayor responsabilidad y que puedan avanzar y caminar.
Ese plan lo vamos a presentar el 25 de enero. Después, en febrero vamos
a continuar con una presentación global de los proyectos, de los grandes
proyectos de infraestructura escolar.
El presidente de la República el pasado 2 de septiembre anunció el
programa más ambicioso de infraestructura escolar que se ha tenido en las
últimas décadas. Es un programa que a través de un mecanismo financiero muy
novedoso nos va a permitir tener 50 mil millones de pesos adicionales en los
próximos tres años para dejar en buenas condiciones las escuelas que hoy no
están.
Hoy sabemos, gracias también a otro instrumento de la Reforma Educativa,
que fue el Censo Educativo, la condición que guardan muchas de las escuelas del
país. Sólo déjenme darles un dato: el 11 por ciento de las escuelas del país no
tienen baños y esta condición se vuelve mucho más crítica en los estados más
pobres del país como Oaxaca, Chiapas y Guerrero, que puede llegar a ser hasta
el 30 por ciento de las escuelas.
Este programa, que se llama Escuelas al CIEN, estos 50 mil
millones de pesos adicionales que van a ir destinados a arreglar y dejar en
condiciones de dignidad estas escuelas nos va a permitir, cuando termine este
sexenio, dejar en condiciones de dignidad a prácticamente todas esas escuelas
del país. Reitero, va a ser el programa más grande de infraestructura.
Lo estaremos presentando en toda forma, incluyendo un portal, en donde
se va a poder saber escuela por escuela, el flujo de dinero, cuánto monto se
está destinando a esa escuela, para qué se está destinando ese monto, quién es
el contratista, en fin. Será uno de los programas más transparentes que tenga
el gobierno federal.
De igual forma vamos a estar presentando algo que no había existido
antes en este país que es una política nacional de equipamiento escolar. Hoy
las escuelas cada una se equipa como puede y tenemos una gran desigualdad que
se refleja incluso en la calidad educativa. Vamos a tener una política de
equipamiento escolar con un sentido pedagógico que además nos permita como país
ahorrar dinero, poder ir en ciertos temas a compras consolidadas que le
permitan al Estado mexicano gastar mejor y tener esta política que además será
una política de gran equidad.
Vamos a continuar hasta finales de febrero presentando los resultados de
esta primera evaluación que ha sido un paso muy importante en este proceso de
cambio educativo y junto con la presentación de los resultados de la evaluación,
de manera inmediata, vamos a presentar la Nueva Estrategia de Formación
Profesional Docente de los maestros, la formación continua de los maestros que
es fundamental.
La evaluación no tiene sentido si no se complementa con la formación
continua de los maestros. Para eso es la evaluación, la evaluación es
simplemente un instrumento para saber en qué podemos mejorar y en función de
esto tener un gran sistema que permita capacitar a los maestros.
Les doy un dato. Hasta el año 2015, el año pasado, el presupuesto que se
tenía para los programas de formación profesional docente de los maestros eran
220 millones de pesos; este año, el 2016, vamos a tener casi dos mil millones
pesos. Es el incremento más importante en la historia del país para la
formación de maestros.
Va a ser un plan integral, un plan que va a tener diversos aspectos, va
a ser un plan muy diverso porque se tiene que acomodar casi a la medida de cada
maestro. Estamos haciendo convenios con universidades públicas y privadas para
que puedan ofrecer cursos, maestrías y doctorados, pero también vamos a tener
cursos online, tutorías; es decir, va a haber un gran menú sobre el cual los
maestros van a poder escoger lo que más necesitan y requieren que ahora lo
vamos a saber de acuerdo también al resultado de las evaluaciones.
Después vamos a continuar con lo que va a ser la presentación del Nuevo
Modelo Educativo que en gran medida es lo que estoy describiendo, pero que hay
que ponerlo de manera clara y ordenada, y por supuesto, los nuevos planes y
programas de estudio que los vamos a presentar, es decir, tiene que haber
perfecta congruencia entre la educación inicial de los maestros, es decir, lo
que se enseña en las normales, con lo que va a ser el nuevo plan y programa de
estudio de Educación Básica y su continuidad en la Educación Media Superior. Todo
tiene que ser un marco que le dé continuidad lógica al tipo de educación que
queremos.
¿Qué van a tener estos contenidos
y estos planes? Van a tener una orientación, como lo decía hace un momento, una
orientación, por un lado sí, en donde se puedan dar los conocimientos que le
permitan a los mexicanos competir y vivir y trabajar en un mundo globalizado,
de acuerdo a las tecnologías y a la economía del siglo XXI, y a las diversas
evoluciones que tenga, pero también una educación con los valores que
requerimos en la sociedad que queremos construir. Una educación para la
democracia, una educación para la libertad, una educación para la justicia, y
sin lugar a dudas, también, una educación que permita enseñar a aprender, no
únicamente a memorizar. Esa parte es absolutamente fundamental y en ese sentido
estarán orientados los programas y los planes de estudio.
En esta parte que va a ser clave
en lo que estemos presentando, déjenme nada más porque es importante y ver
estas continuidades, citar a Jaime Torres Bodet en un discurso que dio casi
cuando fue nombrado por primera vez secretario de Educación, por el presidente
Ávila Camacho, en el congreso que dio vida al hoy Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación, y dijo: “Más importante que acumular materiales,
resulta formar criterios”.
Ése será parte fundamental de lo
que estaremos presentando. Y lo que vamos a presentar van a ser documentos bien
definidos, pero no finales. A partir de esos documentos vamos a hacer foros de
discusión, con una duración corta, bien establecidos, foros de discusión, pero
sobre esos documentos en todo el país. Vamos a convocar a los grandes
especialistas, a los pedagogos de este país, a los maestros, a las autoridades
locales, a los legisladores, a las organizaciones no gubernamentales. Todo
mundo tiene algo y va a tener algo que opinar, y es importante escucharlo,
debatirlo y, a partir de ese ejercicio, nosotros hacia mediados de este año
estaremos presentando estos planes y programas.
Conformaremos comisiones para que,
a partir de los nuevos planes y programas, se empiecen a elaborar los nuevos
libros de texto y los nuevos materiales educativos. Empezará la capacitación de
los maestros para el nuevo plan y programa de estudios, y esperemos que para el
ciclo escolar 2017-2018 o a más tardar el ciclo escolar 2018-2019, que será el
último que inaugure el presidente Enrique Peña Nieto, estén arrancando estos
nuevos planes y programas. No queremos apresurarnos de más. Queremos que se
haga bien, y esos son los tiempos que vamos a marcar.
Después vamos a seguir, vamos a
continuar con lo que es nuestra quinta prioridad, que es tener un sistema
educativo de mayor equidad e inclusión. Vamos a fortalecer muchísimo los
programas de educación inicial, que hoy sabemos que son fundamentales para la
enseñanza y el aprendizaje a lo largo de la vida de los estudiantes.
Vamos a replantear el sistema de
becas, para que puedan llegar realmente a los estudiantes que más lo requieran
y los puedan seguir a lo largo de la vida. Vamos también, por supuesto, como ya
lo hemos iniciado, también a fomentar el mérito; a acompañar a nuestros
estudiantes más destacados y más importantes, para que puedan también tener un
seguimiento y encontrar a quienes ya tienen un talento mejores espacios en su
desarrollo profesional.
Ahí continuaremos, seguiremos
otro eje fundamental, que es el sexto, que tiene que ver con la vinculación, lo
decía hace un momento, de la educación con el mercado laboral. Vamos a estar
presentando también una estrategia muy agresiva de cómo avanzar en las
capacidades de los jóvenes mexicanos y de quienes están buscando un empleo de
calidad.
Vamos a tener una estrategia
vocacional o de orientación vocacional que pueda vincular lo que se enseña en
las universidades y en las escuelas técnicas, a la realidad del mercado laboral
y de las vocaciones regionales que se tienen en el país.
Dentro de muchas cosas que
estaremos haciendo, para ya no alargarme más, decirles nada más que entre
varias cosas, estaremos presentando una estrategia específica de educación para
el sector automotriz, que es uno de los sectores –como ustedes saben- más
importantes y vibrantes del país y con mayor conexión con el mundo globalizado.
Y finalmente, y por último,
estaremos también este año presentando una restructuración administrativa de la
Secretaría de Educación Pública que responda a estas nuevas realidades, que nos
permita hacer más con menos, que nos permita llevar los recursos a los puntos y
a los programas prioritarios, que hoy muchos recursos siguen estado muy
dispersos, y que en palabras muy llamas y un poco coloquiales, nos permitan
quitarle grasa y darle más músculo a la Secretaría de Educación Pública.
De esta manera, si somos exitosos
y por eso este año es fundamental, y será en lo que estaremos trabajando de
manera incansable para lograr todo lo que he descrito aquí de una manera muy
resumida, el presidente de la República podrá estar entregando en el año 2018
un sistema educativo radicalmente distinto al que recibió en 2012; un sistema
educativo que, ahora sí, en verdad permita construir la educación que describí
hace un momento, la educación que queremos tener en los próximos 10 y 20 años.
De haber recibido un sistema
educativo clientelar, corporativo y opaco, estará entregando uno sustentado en
derechos, transparente y orientado al mérito; de escuelas que no funcionaban
bien a escuelas con una organización eficaz, eficiente y con una autonomía de
gestión importante; con planteles educativos deteriorados, con estas cifras que
les daba de 11 por ciento de escuelas sin baños, a tener escuelas dignas en
prácticamente todo el país; de criterios poco claros de cómo seleccionar a los
maestros, a tener un Servicio Profesional Docente, que esté formando y
reclutando a los mejores, evaluándolos y capacitándolos de la mejor manera
posible; de planes y programas con algunos rezagos a tener planes y
programas de estudios vigentes, para formar y preparar a los mexicanos para la
economía del silo XXI, pero también, reitero, para transformar ciudadanos para
la democracia, para la libertad y para la justicia.
En fin. No me quiero alargar más,
pero de manera muy apretada he querido transmitirles a todos ustedes la visión
que tiene el presidente, este gobierno y el secretario de Educación. Una visión
que parte sobre un entendido de la evolución que ha tenido nuestro
sistema, de la visión que tenemos de cómo queremos que sea la educación de
México en los próximos 10 y 20 años, y que eso, esas dos visiones nos han
permitido conformar este modelo de transformación educativa que hoy está en
marcha y que justamente este año, en el 2016, será el año fundamental para
lograr que esta transformación eche raíces y podamos seguir avanzando.
Muchas gracias a todos.
Audio. Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer.
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Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, durante la XXVII Reunión de Embajadores y Cónsules 2016
"2016 va a ser un año clave en la transformación educativa y en la implementación de la reforma, va a ser precisamente este año en el que vamos estar implementando y desplegando las políticas públicas sustantivas que se derivan de la Reforma Educativa..."
Secretaría de Educación Pública | 08 de enero de 2016
Mensaje del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer
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