Muy buenas tardes, tengan todas y todos ustedes.

Doy la bienvenida a la diputada presidenta de la mesa directiva del Congreso, bienvenida a su casa, quien viene y pertenece a este sistema educativo, gracias por estar hoy aquí con nosotros.

Saludo también con mucho gusto a Juan Francisco Ealy, a mi amigo Juan Francisco, gracias y felicidades por esta iniciativa.

Saludo también con mucho gusto al señor gobernador del estado de Durango, Pepe bienvenido y felicidades porque vayas a realizar este año el concurso de oratoria y de debate en tu entidad.

Saludo también con muchísimo gusto a mi gran amigo, el senador Miguel Barbosa, muchas gracias senador, muchas gracias Miguel por estar aquí, por acompañarnos el día de hoy. 

Por su puesto saludo también a Juan Francisco Ealy Lanz Duret; Juan Francisco, bienvenido, esta es tu casa.

Y saludo con muchísimo gusto, también, a Enrique Bustamante, muchas gracias enrique por este gran trabajo que realizas en esto, que sé, que entre otras muchas funciones te apasiona, que es la oratoria, y que además eres tú mismo un gran orador.

Y, sin ninguna duda, además, doy la bienvenida a quien han sido galardonados con la medalla Félix  F. Palavicini y que nos acompañan el día de hoy aquí. A don Genaro Vásquez Colmenares, bienvenido. Por su puesto al doctor Raúl Carrancá y Rivas, doctor un honor que esté aquí con nosotros, bienvenido; y por su supuesto a la doctora Magda Serrano, quien está aquí en representación del ingeniero Serrano a quien le enviamos un saludo muy cálido y muy importante.

Y por supuesto a todas y a todos ustedes, a los jóvenes, a los niños, y a los estudiantes, y a todos ustedes que nos acompañan sean bienvenidos a esta que es su casa, que es la casa de la educación de México. Y que hoy para mí es un honor poderlos recibir en este edificio histórico que alberga a la Secretaría de Educación Pública desde el momento de su creación; desde el año de 1921 cuando esta secretaría fue creada por el presidente Álvaro Obregón y tuvo como primer secretario de Educación a José Vasconcelos, estos muros han albergado a lo más importante de nuestro país: el proyecto educativo.

Muros con los extraordinarios murales de Diego Rivera y, por su puesto, este gran salón iberoamericano que tiene, aquí detrás de nosotros, este impresionante mural de Montenegro, que como decía el senador Barbosa sin duda, en estos pasillos, en estos muros, y en este salón, todos nos nutrimos de los espíritus de grandes mexicanos que han hecho, a través de la educación y de la palabra, grandes transformaciones en favor de México. Sean todos ustedes bienvenidos a este espacio.

Quiero, en primer lugar, felicitar, y hacerle un reconocimiento a Juan Francisco Ealy: Como lo dijo mi amigo el senador Barbosa, es sin duda uno de los grandes personajes del periodismo en nuestro país. Pero además de su trabajo periodístico, que encabeza en El Universaldesde que tenía 27 años, ha sido alguien que ha luchado por la libertad de expresión, por la educación y por la palabra.

Fue, por una iniciativa suya, que se creó el Día Nacional de la Oratoria que estamos hoy aquí festejando, que fue aprobado por todas las Cámaras y firmado el decreto por el presidente de la República, y que además ha conservado esta extraordinaria tradición del periódico El Universal, que desde 1926 tiene este concurso de oratoria, hoy Concurso de Oratoria y de Debate Público Nacional.

Así es que, Juan Francisco, felicidades y todo nuestro reconocimiento por todas estas obras tan importantes que haces a través del periodismo.

La oratoria y el debate público son pedagogía  y son educación. Son pedagogía y son educación porque permiten ordenar y estructurar ideas. Son educación, porque la oratoria y el debate permiten la argumentación de esas ideas que ya se han estructurado.

La oratoria y el debate son educación porque permiten convencer y persuadir a través de la palabra y del idioma y del lenguaje, que es lo más preciado que tenemos los seres humanos.

Y por eso, efectivamente, la oratoria es educar, el debate es educar a través de la palabra, a través de estructurar  ideas, a través de los argumentos y a través del extraordinario arte de la persuasión.

Y este año, este Concurso Nacional de la Oratoria y Debate Público cobra una importancia singular, porque hoy como nunca antes, es fundamental que la voz de México sea escuchada. Que la voz de México sea escuchada por nosotros, por todos los mexicanos, pero que sea escuchada por todo el mundo.

Y cuando hablo de la voz de México, no hablo la de una persona o la de un gobierno o la de un partido, o la de una visión, sino la voz de México que tiene que ser escuchada a través de una historia milenaria que forjaron nuestros antepasados,  buscando la libertad, la igualdad y normas de convivencia como una de las naciones del mundo.

Una voz que se escuche porque transmita nuestra extraordinaria cultura, una de las culturas más diversas, profundas y sofisticadas del mundo, que es el crisol de diversas culturas precolombinas sumadas con la cultura española, europea y de diversas migraciones que ha tenido nuestro país.

Esa cultura que nos da alguna de las ciudades más bellas del mundo. Esa cultura que nos da una de las comidas más ricas del mundo, esa cultura que es una cultura de Sor Juana o de Octavio Paz, que precisamente a través de la palabra nos dieron voz, nos dieron forma, nos dieron identidad y persuadieron al mundo de lo que somos los mexicanos.

Que se escuche la voz de un país que con la fuerza de esa historia y de esa cultura quiere ver hacia adelante y que quiere ser una de las naciones  más dinámicas y triunfadoras del siglo XXI y que por eso se está reformando y que por eso logró grandes consensos políticos, porque todos decidimos ir juntos en transformar a México, para que estuviera listo en el siglo XXI para competir con quien sea y donde sea y en cualquier escenario.

Y es precisamente que en esa visión, la transformación educativa lo que busca es educar para la libertad y para la creatividad, se convierte en la esencia de nuestro proyecto de nación en el siglo XXI, para que precisamente jóvenes como los que acabamos de ver, jóvenes y niños que tienen ese don de palabra, esa capacidad de oratoria; esa seguridad en sí mismos, logramos que lo tengan todos las niñas, los niños y los jóvenes de México.

Que a través de su talento, que a través de su educación, que a través del poder transmitir sus ideas y de ser seguros de sí mismos, puedan competir con quien sea y en donde sea, para que puedan hacer realidad sus sueños y pongan el nombre de México muy en alto.

Por todas estas razones, ha sido para mí un honor ser el anfitrión de esta importante conmemoración y que en este año juntos, y en unidad, hagamos sonar muy fuerte la voz de México. Muchas gracias y bienvenidos.