México, D. F., a 28 de mayo de 2014.

Licenciada Alma Carolina Villano Austria, directora del Consejo Nacional de Fomento Educativo:

Maestro Carlos León Hinojosa, Director General del CONOCER;

Licenciado Enrique del Val Blanco, Subsecretario de Planeación y Evaluación de Políticas Educativas:

Queridas María de Lourdes, Maribel y Antonio;

Estimados promotores educativos que hoy nos acompañan;

Señoras y señores:

Médicos, economistas, pedagogos e incluso ganadores del Premio Nobel coinciden en que el desarrollo de un país tiene su inicio en la educación temprana.

Si una nación invierte en la primera infancia, no sólo le será posible conocer con mejores condiciones de salud sino que además producirá un aumento decisivo en la autosuficiencia y en la productividad de las familias, brindándoles una mejor calidad de vida.

La neurociencia ha demostrado que el crecimiento saludable de los niños en sus primeros años de vida constituye el gran soporte que les permite su posterior desenvolvimiento cognoscitivo, físico y emocional.

Desde el nacimiento ocurre una extraordinaria interconexión en las neuronas, las cuales forman las vías que le permiten al recién nacido ver, oír, oler, caminar, hablar y luego pensar.

Por esta razón la etapa de los cero a los cuatro años de edad se considera un periodo extraordinario en el cual el cerebro es más receptivo que en cualquiera otra época de la vida para adquirir experiencias. Sabemos entonces que brindar una adecuada información en los primeros años de vida es la clave para alcanzar la transformación que México requiere.

En este sentido, la Reforma impulsada por el Presidente Peña Nieto considera a la educación inicial que ustedes, muy principalmente ustedes, llevan a cabo como una estrategia prioritaria en la que todos los niños sin distinción alguna reciben una educación de calidad que los prepara para seguir aprendiendo.

Para conseguirlo, la labor de los promotores de educación inicial del Consejo Nacional de Fomento Educativo resulta primordial. En sus manos está fomentar aptitudes intelectuales y emocionales de casi medio millón de niños.

La colaboración entre estos promotores y las familias es la vía idónea para realizar un acompañamiento adecuado que iguale las oportunidades para todos los infantes. El espacio familiar es donde se adquieren las primeras enseñanzas y donde se construyen los primeros lazos afectivos.

La licenciada (Carolina) Viggiano -a quien hago un reconocimiento especial por su destacada labor al frente de CONAFE- ha puesto en evidencia, en un artículo recientemente publicado, que las actitudes agresivas por parte de los niños son una forma de expresión de sus emociones ante entornos poco afectivos derivados de la ausencia de los padres o del estímulo múltiple en una sociedad de ejemplos de violencia que se ven culminados con éxito en libros, en videos, en canciones y en un sin número de elementos que van perturbando la adecuada formación del niño.

A lo largo de 22 años, el programa de educación inicial del CONAFE ha favorecido el desarrollo de los niños de diversos contextos de las zonas del país, fundamentalmente de las zonas más pobres, de difícil acceso, de alto rezago social y se brinda orientación y apoyo a madres, a padres, a niños que participan en el trabajo del hogar, a personas que participan en su cuidado y crianza y también a mujeres embarazadas.

El programa ha obtenido diversos reconocimientos al rescatar los saberes tradicionales de diversas regiones del país, a la par que se ha fortalecido al incorporar avances en el conocimiento pedagógico. Sin embargo, aún era asignatura pendiente profesionalizar a quienes diariamente tienen el contacto directo con los alumnos y sus familias.

Por eso, a los promotores de educación inicial les digo que su esencia radica en el irrenunciable compromiso de la gente con su gente. En cualquier parte del país y a pesar de las adversidades, ustedes se levantan día a día y asisten a ese momento tan valioso que es guiar, conducir, acompañar, enseñar a sus niños. Su trabajo nos demuestra que la formación es la única manera de construir una nación más justa.

CONAFE nació hace muchos años como una de las grandes instituciones de la Secretaría; después fue declinando sus tareas tan importantes para el país y sobre todo para las áreas de rezago y hoy, con Carolina, vuelve a tomar un nuevo impulso y una velocidad adquirida que, estoy seguro que al término del Gobierno del Presidente Peña, los resultados se verán y el prestigio de CONAFE, su gran capacidad educadora le habrá sido devuelta, gracias a la directora y a ustedes.

Por eso no me extraña que ahora CONAFE pueda ya certificar las competencias de sus promotores. Se lo han ganado a pulso cada uno de los promotores de los que nos sentimos profundamente orgullosos.

Y yo quisiera agregar algo que no traía conmigo pero que quiero poner en juego como un estímulo para que nuestros promotores se capaciten y se profesionalicen. Yo le giro instrucciones al Oficial Mayor de la Secretaría a partir de este momento para que quienes reciban su certificado de profesionalización reciban el incremento correspondiente en sus haberes, en su salario, para que de esta manera sirvan los primeros en hacer que después no haya uno solo sin capacitar.

Reducir las desigualdades es una responsabilidad ética y una apuesta por el desarrollo económico y social de México. Pero para mí, se los digo como Secretario de Educación, la educación no solo tiene que ver con la economía o digámoslo de otra manera -porque se nos repite como disco- “hay que enseñar para que el niño tenga trabajo”. No. Hay que enseñar para que el niño aprenda a vivir, a convivir y a resolver los problemas que desde la infancia hasta el último día la vida le planteará. Entonces la educación tendrá sentido.

Muchas gracias.